Caja Raiffeisen
La caja Raiffeisen es el nombre que reciben las primeras cajas rurales en Europa, iniciando así el crédito cooperativo en las zonas agrícolas como fenómeno de la economía social.
Su denominación se debe al creador de este movimiento, Friedrich Wilhelm Raiffeisen, que fue el primer pensador en este tipo de organizaciones financieras, orientadas al cooperativismo en el crédito y en el ahorro en un momento en que la Revolución Industrial comenzaba en Alemania, con el objeto de implantar un sistema financiero alejado de los grandes bancos y la usura y dominados por algunas familias en cada país. La idea era la autogestión, la autoayuda y la independencia para administrarse entre pequeños agrícolas, ganaderos y comerciantes de zonas deprimidas o que no podían acudir a los grandes financieros, con la ayuda del ahorro de otras personas de la zona.
Estas sociedades cooperativas de crédito tenían una baja capitalización, ya que estaban formadas por excedentes financieros (ahorro sobrante) de los socios, y se abonaba un pequeño interés a aquellos que aportaran capital. De otra parte, los socios que acudían al crédito pagaban un bajo interés que fuera asumible y sostenible en el tiempo, y todos los socios, tanto deudores como acreedores, debían ser cercanos, ya fuera una provincia, condado o región.
Historia de la Caja Raiffeisen
La Caja Raiffeisen es considerada la primera caja rural y cooperativa de crédito, en medio del movimiento obrero industrial y la aparición del socialismo autogestionario, con el fin de acabar con los abusos del capital y crear un clima de confraternización entre productores y compradores de una zona. Esto, de tal forma que todos los flujos financieros, tanto los excedentes de ahorradores como los demandantes de créditos pudieran ver cubiertas sus expectativas.
Este tipo de entidad se asemeja a las cajas rurales en toda Europa, las cooperativas de crédito social y los monte de piedad.