Carl Icahn
Nacido en la ciudad de Nueva York en 1936, Carl Icahn es uno de los inversores más reputados de la historia, aunque también se le ha llegado a calificar como un tiburón financiero.
Sus movimientos no solo le han permitido lograr grandes rentabilidades, sino que su forma de operar le ha valido numerosas enemistades en el mundo financiero y empresarial.
Primeros pasos
Tras vivir sus primeros años en Nueva York, Icahn optó por estudiar Filosofía en la prestigiosa Universidad de Princeton, donde se graduó en 1967. Curiosamente, el póker le ayudó a obtener los ingresos necesarios para poder financiar sus estudios.
Sin embargo, ya a una edad temprana, la inquietud propia de un inversor y de un emprendedor brotó en Icahn. Así, en 1961 debutó en Wall Street con sus escasos recursos financieros, y en 1962 resultó un año desastroso para Icahn y para la bolsa.
Icahn no se derrumbaría por lo sucedido en 1962 y en 1968, con ayuda de un familiar, fundó su compañía de inversiones Icahn&Co. En esta etapa se dedicó fundamentalmente a llevar a cabo operaciones en áreas como el arbitraje y las opciones financieras. Los resultados fueron más que satisfactorios, haciéndole ganar alrededor de dos millones de dólares anuales.
Un tiburón financiero
Después de sus exitosas operaciones en el arbitraje y las opciones, la reputación de Icahn empezó a sufrir cambios. No tardaría mucho en ser conocido como un “tiburón financiero” por sus agresivos movimientos.
Esta reputación se debe a la práctica de Icahn de adquirir una parte importante del accionariado de una compañía para tener un gran poder de decisión en la empresa. Icahn se caracteriza por seleccionar empresas con problemas en las cuales introduce profundos cambios.
Ahora bien, Icahn no solo busca empresas con una mala gestión, pues deben tener un fuerte potencial de crecimiento. Por otro lado, llevar a cabo grandes modificaciones en la gestión de la empresa contribuye a atraer nuevos inversores. Una vez mejorada la gestión de la empresa, su rentabilidad y su atractivo, Icahn obtiene sustanciosas ganancias con su venta en el mercado.
Hay quienes afirman que esta forma de actuar es propia de un tiburón financiero. Por el contrario, Icahn se defiende argumentando que él es un inversor activista y que reflota empresas, eliminando la mala gestión y creando valor para los accionistas. En cierto modo, se aprecian similitudes entre la estrategia de inversión de Icahn y el value investing de Warren Buffett.
Esta forma de proceder provocó que Icahn fracturase empresas de diversos sectores: alimentación, discográficas, compañías petroleras, telecomunicaciones, financieras, turísticas y electrodomésticos, entre muchos otros.
Las inversiones de Carl Icahn
Una de sus más destacadas inversiones fue la compra de la compañía aérea TWA en 1985. Su paso por la aerolínea fue especialmente polémico, puesto que vendió activos de la compañía para retornar el dinero que le habían prestado. Igualmente, en 1988 optó por retirar de la bolsa a TWA y ya en 1993 abandonó la compañía, dejándola en la quiebra.
No menos polémica fue la etapa de Carl Icahn como inversor de Herbalife, donde mantuvo un durísimo enfrentamiento con el también inversor Bill Ackman. Ackman entró en el accionariado de 2012 apostando a que el valor de la compañía descendería, pero, en 2013, Icahn invirtió en Herbalife creyendo que la compañía incrementaría su valor.
Finalmente, la llegada de Icahn hizo repuntar el valor de las acciones de Herbalife después de que Ackman hiciera caer el valor de la compañía. Ackman terminaría por abandonar Herbalife en 2018 tras sufrir importantes pérdidas, mientras que Icahn obtuvo notables ganancias.
Otras inversiones reseñables de Carl Icahn son Xerox, Hertz y Apple. Bien es cierto que los planes de Icahn se truncaron en Hertz, puesto que la empresa entró en quiebra en 2020 como consecuencia de la pandemia.
Por el contrario, su inversión en Apple le reportó beneficios. Su entrada en 2013 en el accionariado de la compañía tecnológica hizo crecer el valor de las acciones, pero en 2016 vendió su participación en la empresa debido a los temores que le generaba la situación de la compañía en China. A pesar de la salida de Icahn, las acciones de Apple han seguido incrementando su valor.