Cuentas incobrables
Las cuentas incobrables son aquellas que una empresa ya no puede recuperar luego de haber efectuado, por ejemplo, una venta a crédito.
Es decir, las cuentas incobrables corresponden a un monto del valor total de las ventas que los clientes o deudores no llegan a cancelar.
Usualmente, siempre existe una porción de las ventas que la compañía no llega a cobrar. Esto es parte del riesgo del negocio que se conoce como riesgo de crédito.
En concreto, este monto de incobrables tiene un impacto en las empresas porque representa un gasto. Así, lo importante es reconocer dicha pérdida en los estados financieros y prever que siempre va a ocurrir, aunque sea en una pequeña magnitud.
Además, es clave que la compañía tome medidas para impedir que las cuentas incobrables aumenten, o dejen de incrementarse, en caso de que se haya registrado un alza. Esto puede haber sido consecuencia de una mala gestión.
Otro punto a tomar en cuenta es que, cuanto más tiempo pase desde el vencimiento de una deuda, más aumenta su probabilidad de incobrabilidad.
Factores que influyen en las cuentas incobrables
Los principales factores que influyen en las cuentas incobrables son:
- Gestión de cobranza de la empresa: La compañía puede aplicar distintas herramientas para facilitar la cobranza. Por ejemplo, puede ofrecer una disminución del monto de la deuda para recuperar o, al menos, un porcentaje de valor de la venta.
- Entorno macroeconómico: Ante una coyuntura de crecimiento económico, las personas y empresas tendrán más recursos para cumplir con sus obligaciones. Sin embargo, frente a una crisis, los agentes serán más proclives a caer en el impago.
- Situación particular del deudor: Puede ser que el individuo o empresa deudora enfrente un problema de solvencia. Por esa razón, es importante que las firmas conozcan a sus clientes antes de venderles a crédito.
Cuentas incobrables en la contabilidad
Como mencionamos anteriormente, es importante que la empresa reconozca las cuentas incobrables en su contabilidad. Esto se puede hacer de dos formas, directamente o generando una provisión.
Otra opción es que la compañía siempre reconozca una provisión por incobrables. Esto puede ser, por ejemplo, en base a su información histórica. Entonces, supongamos que en promedio en los últimos cinco años no se pudo cobrar el 5% de las ventas realizadas. Por lo tanto, se decide en adelante generar una provisión con ese porcentaje.
De ese modo, estamos creando una reserva por lo que, llegado el momento que algunos de los deudores falle, no se generará un nuevo gasto. En cambio, se reducirá la provisión y, al mismo tiempo, las cuentas por cobrar.