Forward (contrato a plazo)
Un forward o contrato a plazo es un acuerdo firme entre dos partes mediante el que se adquiere un compromiso para intercambiar un bien físico o un activo financiero en un futuro, a un precio determinado hoy (liquidación).
De este modo, el que compra el activo subyacente se posiciona a largo, y el que lo vende, a corto. Y, al igual que otros derivados, es usual que se use para cubrir el riesgo (en especial el cambiario) fruto de la especulación.
Si el precio del activo subyacente sube durante el plazo del forward, el comprador del forward tendrá una ganancia, ya que podrá comprar el activo subyacente a un precio inferior y venderlo directamente en el mercado a un precio mayor. El vendedor del forward, en cambio, tendrá una pérdida, ya que está obligado a vender el activo a un precio menor al de mercado.
Sin embargo, si el precio cae por debajo del precio del contrato (valor inicial), el resultado es opuesto y el que tenía derecho de vender (a un precio superior al del mercado) tendrá una liquidación positiva.
Los contratos forward se realizan fuera de los mercados organizados, es decir, se realiza en el mercado OTC (Over the Counter). Esta es su principal diferencia con los futuros financieros, que son contratos a plazo como los forward, pero que cotizan en mercados regulados y tienen características estándar, lo que les permite cotizar en bolsa, al contrario que los forwards.
En los mercados OTC, aún cuando pueden existir acuerdos de procedimiento, no existe un órgano de compensación y liquidación que intermedie entre las partes y garantice el cumplimiento de las obligaciones convenidas por las mismas.
Ver diferencias entre futuros y forwards.
Ventajas e inconvenientes de los forward
Los forward poseen una gran flexibilidad al negociarse en mercados OTC, es decir, el comprador y vendedor se ponen de acuerdo en las condiciones y términos del contrato. Además, permiten establecer coberturas sin requerir márgenes de garantía de una cámara de compensación.
Al ser de ejecución obligatoria, nos exponemos a una visión errónea del mercado, lo que se aúna con la inexistencia de un mercado secundario ágil. No existen contratos a tiempo excesivamente largo ni para todas las divisas. Tampoco se puede cancelar la operación antes del vencimiento.
Además, los forward suponen un mayor riesgo de crédito que los futuros. Esto, al no estar regulados por una cámara de compensación ni tener garantías, exponiéndonos a que, aún habiendo acertado la dirección del precio, la otra parte no nos pague.
Tipos de forwards
Existen tantas clases de forward como subyacentes. Lo más utilizados son los siguientes:
- Forward de materias primas.
- Forward Rate Agreement (FRA) que son forwards de tipos de interés.
- Forward de divisas.
- Fraption, que es un tipo de opción financiera que permite a su poseedor la posibilidad (pero no la obligación) de suscribir un contrato FRA, a un precio strike y un periodo temporal determinados de antemano.
A su vez, coexisten con otros instrumentos como son el range forward –rango de precios–, o el break forward –puede revocarse en una fecha determinada–.
Cálculo de un forward
El cálculo del beneficio o pérdida en un forward, si es una compra (o posición larga), se realiza de la siguiente manera:
fT = f ST – K
Si es una venta (o posición corta):
fT = K– f ST
En dónde:
K = precio de entrega (liquidación)
ST = precio del subyacente en el momento de la comparación.
Ejemplo de un forward
Imaginemos que una persona, Juan, va a ir a vivir al extranjero en dos años por motivos de trabajo y decide vender su casa. Por otro lado, Alfonso, quiere comprar una casa y estipula que le quedan dos años para reunir el dinero de la entrada de la hipoteca. En ese momento, Juan y Alfonso acuerdan el intercambio. Juan teme que los precios de la vivienda bajen por la reciente crisis inmobiliaria. Alfonso, en cambio, cree que los precios van a subir porque ya se están recuperando.
La tasación fija el precio del piso en 200.000 euros (cotización al contado o spot), y ellos acuerdan la compraventa (dentro de dos años) en 240.000 euros (liquidación). Siempre suele ser un poco más elevado el precio de los contratos por el valor temporal del contrato.
Juan tendrá la posición a corto y Alfonso a largo. De este modo, en función del precio de mercado en el momento de la venta, los beneficios y las pérdidas irán en un sentido o en otro.