Futuro financiero
Un futuro financiero es un derivado financiero, que se caracteriza por ser un acuerdo por el que dos inversores se comprometen en el presente a comprar o vender en el futuro un activo (denominado activo subyacente). En la operación se fijan las condiciones básicas de la operación, entre ellas fundamentalmente el precio.
Un inversor puede situarse en dos posiciones a la hora de contratar un futuro financiero. Se dice que abre un posición larga cuando compra futuros. Por otro lado, se dice que abre una posición corta cuando vende futuros. Los futuros se caracterizan en que tanto comprador como vendedor tienen obligaciones.
Obligaciones de un futuro financiero
Las obligaciones de cada una de las partes en un contrato de futuros son:
- Comprador: Tiene la obligación de comprar el activo subyacente abonando su precio en la fecha establecida.
- Vendedor: Tiene la obligación de vender el activo subyacente recibiendo su precio en la fecha establecida.
Esta obligación sólo es requerida en el momento del vencimiento del contrato pero hay que señalar que no es necesario llegar a vencimiento. Esto es debido a que puede cerrarse una posición mediante la operación contraria. Vender en el caso de tener una posición larga y comprar en el caso de tener una posición corta. Como resultado obtendremos los beneficios o pérdidas correspondientes.
El precio del futuro se va a mover paralelamente al valor de mercado actual del activo subyacente. Por tanto, un comprador de futuros obtendrá beneficios si el precio del activo subyacente en dicho momento es superior al pactado en la operación.
En el caso de un vendedor de futuros, obtendrá ganancias si el precio del subyacente es inferior al acordado. Así pues, tanto compradores como vendedores de futuros tendrán sus expectativas de cómo se van a comportar estos activos en un futuro. Se puede resumir como sigue:
Resumen de posiciones en un futuro financiero
Expectativas | Alcistas | Bajistas |
Beneficios | Ilimitados | Ilimitados* |
Pérdidas | Ilimitados* | Ilimitados |
* Hasta un valor cero del Activo Subyacente |
Es importante conocer que cuando se contrata un futuro no hay que pagar el valor del activo subyacente (como por ejemplo con las acciones), sino que únicamente se aportan unas garantías que viene a oscilar entre el 10% y el 20% del precio de lo que negociamos en el mercado. Esto significa que este tipo de activos poseen un gran apalancamiento, lo que tiene ventajas e inconvenientes.
Por último, los futuros actuales se llevan negociando desde hace un par de décadas pero su aparición se remonta al año 2.000 a.c en la época de los egipcios. Los agrícolas, al no saber la cantidad o calidad de sus cultivos en un futuro, acordaban con un comprador un precio para todo el cultivo con independencia del resultado. Posteriormente también se utilizaron en distintas épocas como en la crisis de los tulipanes.