John Pierpoint Morgan (1837-1913) fue un destacado banquero y hombre de negocios estadounidense. Su influencia en la banca estadounidense y mundial fue tan profunda que ha llegado a ser considerado el primer banquero moderno.
Morgan creó un banco (JP Morgan) que, con el paso del tiempo, llegó a convertirse en la primera entidad financiera estadounidense por activos. Pero, su importante papel en la economía fue más allá del sector financiero, jugando un rol decisivo durante el pánico bancario que asoló Estados Unidos en 1907.
JP Morgan y las crisis financieras
Nacido en 1837 en la localidad de Connecticut, Morgan era hijo del empresario Junlus Spencer Morgan. Tras finalizar sus estudios universitarios, no tardó en mudarse a Nueva York. Allí fue ganando experiencia en el mundo de las finanzas durante su etapa en George Peabody & Co.
En 1871, tras forjar una alianza en forma de fusión con Anthony Drexel, su banco, pasó a ser el gran financiador del gobierno federal de los Estados Unidos. Al frente de tan poderosa e influyente entidad bancaria, muchos se referían a Morgan como “el maestro del dinero”.
Una de sus más decisivas intervenciones tuvo lugar durante el pánico de 1893. Con el oro del gobierno federal agotándose y la economía norteamericana tambaleándose, Morgan impulsó la compra de 200 millones en bonos del tesoro. Aquella intervención fue un balón de oxígeno para un apurado gobierno de los Estados Unidos.
Pero, el pánico de 1893 no sería la última crisis que debería afrontar la economía estadounidense. En 1907 un nuevo pánico financiero hizo estremecerse a Estados Unidos. La bolsa de Nueva York se derrumbó en un 51% y el pánico llegó más allá de los mercados y sus efectos se hicieron sentir en buena parte de la sociedad.
Ante lo delicado de la situación, Morgan optó por reunirse con grandes hombres de negocios y banqueros para evitar el colapso de la economía. Así, sus inyecciones de dinero evitaron que la economía norteamericana se desmoronase.
Cuestión de competencia
John Pierpoint Morgan, como banquero y empresario, era un ferviente defensor de la libre competencia. Precisamente, en el siglo XIX, uno de los sectores más pujantes en la economía estadounidense eran los ferrocarriles. La lucha entre las compañías ferroviarias era descarnada y todos buscaban el monopolio.
El multimillonario y empresario Carneggie buscaba abaratar precios a toda costa. Para ello, Carneggie pretendía levantar una nueva vía de ferrocarril en el Estado de Pennsylvania. Abaratando costes, Carneggie podría reducir precios y vencer a la competencia.
Sin embargo, una guerra de precios entre las compañías del ferrocarril no se limitaría al sector. Los efectos sobre el conjunto de la economía nacional podían ser devastadores. Llegado este punto y, consciente de los riesgos, Morgan decidió intervenir.
Gracias a su prestigio e influencia, logró convocar en su yate a los empresarios más importantes del ferrocarril. Tras una más que compleja reunión, Morgan logró persuadir a los empresarios de que debían evitar una guerra de precios. Y es que, la clave de una economía floreciente y sólida se hallaba en el respeto a los principios de la competencia.
Críticas y legado de John Pierpoint Morgan
En 1912, el año previo a su defunción, el banco que presidía John Pierpoint Morgan, era un sólido pilar financiero del gobierno estadounidense. Prueba de ello era que dos tercios de la financiación del gobierno americano dependían de JP Morgan.
Pero, Morgan fue más allá del negocio bancario, pues como ávido inversor, también desarrolló negocios en áreas estratégicas para los Estados Unidos. Así, también tuvo un papel decisivo en compañías como General Electric y AT&T.
Pese a su importante actuación en los pánicos financieros que sacudieron la economía norteamericana, no han faltado detractores de su figura. En este sentido, Morgan y varios magnates fueron acusados de enriquecerse con las comisiones de la compra de bonos del tesoro durante el pánico de 1893.
Igualmente, Morgan también fue objeto de investigación, pues fue acusado de monopolio, aunque no fue declarado culpable. Y es que, hay quienes, frente a quien consideran a Morgan un hombre decisivo en la economía y las finanzas estadounidenses, se encuentran quienes le tildan de codicioso.