Vladimir Lenin (1870-1924) fue un político y revolucionario comunista ruso. De pensamiento marxista, sus aportaciones al pensamiento político de Marx recibieron el nombre de leninismo.
Su papel en la Revolución rusa y su posición de liderazgo en el Partido Comunista ruso, hicieron de él uno de los políticos y revolucionarios más conocidos del siglo XX. Por ello, Lenin ha sido una figura política controvertida, que ha suscitado odios y pasiones.
La participación de Lenin, entre otros, en la Revolución rusa, provocaría la caída del Imperio ruso.
Posteriormente, el Gobierno provisional tomaría el poder, aunque Rusia terminaría encaminándose a una guerra civil que terminó con el triunfo de los bolcheviques de Lenin.
Aupado al poder tras la Revolución rusa, se convirtió en el primer líder de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Vida y juventud de Lenin
Con tan solo 17 años, tuvo lugar un acontecimiento clave en la vida de Vladimir Lenin. Por aquel entonces, su hermano fue ejecutado por estar involucrado en una conspiración contra el Zar.
Poco después, Lenin estudió Derecho en la Universidad de Kazán, de donde fue expulsado por tomar parte en unas protestas estudiantiles. Finalmente se graduaría en la Universidad de San Petersburgo, y ejercería la abogacía mientras difundía las ideas marxistas entre las clases obreras.
Su afán por expandir el marxismo no pasó inadvertido, por lo que fue arrestado y enviado a Siberia, donde finalizó su obra «El desarrollo del capitalismo en Rusia» en 1899. Precisamente, Lenin aprovecharía su deportación a Siberia para fundar el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia.
Otra de sus obras, publicada en 1902, titulada ¿Qué hacer?, consistiría en una recopilación de artículos en los que Lenin explicaba cuál sería el rol de un partido de corte marxista y revolucionario.
Ideología política de Lenin
En el congreso del partido celebrado en 1903, existía una gran división. Por una parte, se encontraban los bolcheviques, con un ideario marxista y radical y, por otra parte, enmarcados en la moderación, se hallaban los mencheviques. Así pues, terminarían imponiéndose las ideas de los bolcheviques.
Así pues, Lenin estaba imbuido de las ideas de Karl Marx. Sin embargo, la situación política y social de Rusia era especialmente particular, por lo que adaptó las ideas de Marx al contexto ruso.
Ante el fracaso de la Revolución de 1905, Lenin propuso una revolución del proletariado. Para ello, debía forjarse una alianza entre los obreros, el campesinado y el ejército. Esta simbiosis solo sería posible si las capas de población oprimidas por la monarquía rusa se organizaban en forma de soviets o consejos.
La dramática situación social, el atraso que padecía Rusia y la tragedia que supuso la participación rusa en la Primera Guerra Mundial, fueron el caldo de cultivo ideal para que proliferasen las ideas de Lenin.
El gran objetivo de Lenin pasaba por una revolución bolchevique, la salida de Rusia de la guerra, un nuevo reparto de la tierra y un tándem de cooperación política entre campesinos y obreros. De este modo, la revolución traería consigo la denominada «dictadura del proletariado».
Revolución rusa, guerra civil y la Unión Soviética
El sufrimiento y la miseria, causados por la intervención rusa en la Primera Guerra Mundial y la creciente desafección de la población hacia los zares, terminarían desembocando en la Revolución de marzo de 1917. Como consecuencia de ello, el Zar Nicolás II sería depuesto y un Gobierno provisional tomaría las riendas del país.
Lenin, ante la represión del Gobierno provisional hacia los bolcheviques, se exilió en Finlandia. Desde el punto de vista de Lenin, la revolución se produciría cuando los soviets se hiciesen con el poder en Rusia. Por ello, los bolcheviques protagonizaron una nueva revolución en octubre de 1917. El levantamiento daría lugar a la guerra civil rusa, que tuvo lugar entre 1917 y 1922.
En este contexto, hacia 1918, el partido Socialdemócrata pasó a denominarse Partido Comunista. Por otra parte, la llegada de Trotski a sus filas supuso un importante estímulo para los comunistas.
Mientras tanto, con Lenin tomando las riendas del Gobierno, los comunistas expropiaron tierras para repartirlas entre el campesinado, al tiempo que las empresas pasaban a quedar en manos de los obreros. También en el plano económico, sectores estratégicos como la banca, la industria y el transporte, quedaron en manos del Estado.
Sin embargo, los efectos de la colectivización de la agricultura provocaron protestas, lo que llevó a Lenin a implementar la Nueva Política Económica, que introducía ciertos elementos de libre mercado en la economía rusa.
Hacia 1922, justo el año en el que se creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la salud de Lenin fue deteriorándose de tal modo, que en 1924 terminó falleciendo en Gorki, Rusia.