Precio de reserva
El precio de reserva es aquella cotización máxima que está dispuesto a pagar el comprador. A su vez, es la tarifa mínima que aceptará un vendedor por su producto o servicio.
En otras palabras, el precio de reserva es aquel valor límite admisible para efectuar una transacción. Así, en el caso del consumidor se trata de un tope, mientras que para el productor existe un mínimo.
En todo caso, los precios de reserva de los agentes determinan el rango dentro del cual se podrá lograr un intercambio.
Características del precio de reserva
Entre las características de los precios de reserva destacan:
- Las partes en una transacción usualmente no lo revelan desde un inicio como parte de la estrategia de negociación.
- Continuando con el punto anterior, si un consumidor revelara su precio de reserva, el vendedor podría aprovechar esa información y cobrar el máximo posible por su producto.
- Igualmente, si el productor revelara su precio de reserva, el comprador podría pagar el menor monto posible por la mercancía, aunque en su presupuesto haya considerado una tarifa más alta.
- En el caso del comprador, el precio de reserva depende de dos factores. Primero, de la restricción presupuestaria, es decir, de los ingresos del individuo o familia. Cuanto mayores sean dichas rentas, más disposición habrá para gastar.
- Asimismo, el segundo factor que determina el precio de reserva del comprador es el beneficio obtenido por consumir el bien o servicio. Cuanto más alta sea dicha satisfacción, mayor será la tarifa que podrá pagar el usuario.
- Para el vendedor, el precio de reserva depende, entre otras variables, del coste de los factores de producción. Cuanto más baratos sean, la empresa podrá aceptar una menor tarifa por su producto. Pero en el escenario contrario, por ejemplo, si los salarios o los insumos se vuelven más caros, la compañía necesitará vender por un monto mayor para recuperar la inversión.
Precios de reserva y subastas
Los precios de reserva son especialmente importantes en las subastas o pujas. En ese tipo de concurso, los compradores comenzarán a negociar a un precio menor al de reserva. De ese modo, buscan obtener el mayor beneficio por el intercambio.
Es decir, el consumidor aspira a que, como resultado del acuerdo, pueda pagar un precio más bajo que el de reserva.
En tanto, el productor apunta a lo contrario. Así, logrará la mayor utilidad cuando el precio cobrado supere lo más posible al de reserva.
Otro asunto importante es diferenciar el precio de reserva del precio base. Este último es el valor inicial con el que se empieza una subasta, pero no necesariamente es lo mínimo admisible por el vendedor.
Para entenderlo mejor, veamos un ejemplo. Imaginemos que el precio base de un artículo es de 3.000 dólares. Luego de la puja, el mejor postor ofreció 4.000 dólares. Sin embargo, el vendedor solo aceptaría mínimo 4.500 dólares por su mercancía. Entonces, la transacción no se llega a concretar.
Ejemplo
Veamos con un ejemplo el rol que cumplen los precios de reserva. Supongamos que un turista va a un mercado donde es usual regatear. Entonces, ve una artesanía que le interesa y estaría dispuesto a pagar máximo 55 dólares por ella.
Cuando el visitante le pregunta el vendedor por el precio de la mercancía, este le responde que cuesta 60 dólares. Aunque en realidad podría aceptar hasta 45 dólares por ella.
Entonces, se inicia la negociación y se llega a un precio final de 50 dólares. Así, ambas partes salieron beneficiadas. El comprador pagó un precio menor al de reserva. En tanto, el comerciante cobró una tarifa mayor a su mínimo aceptable.