Propiedad inmobiliaria
La propiedad inmobiliaria es aquella que se refiere a la posesión de bienes o activos inmobiliarios por parte de un individuo o sociedad, los cuales adquieren por ello derechos sobre el mismo y la posibilidad de obtener beneficios por su explotación económica.
Por medio del concepto de propiedad inmobiliaria es posible organizar y dar validez jurídica al control de edificios, terrenos, fincas y muchas otras unidades de tipo inmobiliario (a los que de modo general se denomina inmuebles).
El hecho de que se recoja oficialmente y se defienda la existencia de propiedades inmobiliarias está estrechamente relacionado con el concepto de propiedad privada y, por lo tanto, con el del modelo económico capitalista que prevalece en las economías occidentales especialmente.
Son muchos los estamentos públicos que engloban, vigilan y dan apoyo a la gestión de la propiedad inmobiliaria. De este modo el poseedor de activos inmobiliarios cuenta con protección y suficientes garantías para obtener de los mismos aquello que persiga.
Derechos derivados de la propiedad inmobiliaria
El hecho de que un individuo cuente con propiedades inmobiliarias le garantiza que a la vez disfrute de una serie de derechos o ventajas por ello:
- Puede ocupar el inmueble utilizándolo como residencia principal o secundaria
- Tiene el derecho de alquilarlo y obtener unas rentas por ello
- Puede donarlo de manera no lucrativa o de forma temporal a diversas acciones sociales
- Puede, bajo la legislación correspondiente, emplear el inmueble para el desarrollo de una actividad económica o empresarial
La propiedad inmobiliaria como fuente de ingresos
Con la aparición del sector inmobiliario y el crecimiento de los mercados de compra-venta y especulación en el mercado de la vivienda la propiedad inmobiliaria ha experimentado a su vez una deriva hacia este punto.
En ese sentido, y en gran parte gracias al peso en la economía del ámbito hipotecario, el factor inmobiliario se ha convertido en uno de los pilares fundamentales para el campo de la inversión y la financiación de las grandes empresas. Además, eso sí, de un modo de vida y de obtención de beneficios para las familias.
Así es como cada vez en mayor medida ha sido más habitual el empleo de inmuebles como modelo de negocio o como forma de inversión y pago. Así como de base o recurso principal para la acometida de otras inversiones aprovechando la propiedad inmobiliaria a modo de garantía.