La publicidad imaginativa es una corriente dentro del marketing y la publicidad que busca ciertos impactos por medio de la creación de sentimientos positivos hacia las marcas o compañías que la ponen en marcha.
Para ello, los publicistas se encargan de trasladar su mensaje publicitario con ingenio e imaginación, buscando la sorpresa en el consumidor.
Con la experiencia y la creación de nuevos espacios y tecnologías, las empresas han comprendido que la creatividad o la originalidad son herramientas cada vez más útiles a la hora de hacer atractivo un bien o servicio dirigido a diferentes tipos de consumidor.
¿Cómo se hace publicidad imaginativa?
El ingenio a la hora de desarrollar una campaña de publicidad se ha convertido en un arma recurrente. Con todo, existe un gran número de técnicas de atracción y que pasan por el humor, el ingenio, la empatía, la solidaridad o caridad y la conciencia social.
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Así, en la mayoría de los casos de publicidad imaginativa, se recurre a la imagen como principal vía. A mayores dosis de creatividad, un espacio publicitario deberá traducirse en mayor impacto, y por tanto, en mayor número de individuos que se interesen por el bien o producto en cuestión.
Por tanto, cabe destacar que este tipo de publicidad es cada vez más usual. En este sentido, especialmente gracias a que en los tiempos de crisis o recesión económica las empresas dedican menores presupuestos a su trabajo de marketing, por lo que los profesionales deben agudizar su capacidad e inventiva. Alternativamente, este tipo de prácticas suelen tener mejor acogida en un público jóven y dinámico.
Ejemplos de publicidad imaginativa
Algunas de las modalidades que más han experimentado crecimiento dentro del ámbito de la publicidad creativa son el street marketing. Este aprovecha el espacio público para inundar sus calles o sus edificios de mensajes publicitarios de gran impacto con un presupuesto pequeño en muchos de los casos.
El packaging, que busca sorprender y seducir al consumidor valiéndose de imaginativos diseños de producto o una distribución sorprendente. O el marketing de guerrilla, que personaliza los contenidos publicitarios con originalidad a determinados tipos de colectivos.