Ya lo anticipaban muchos analistas. El Banco Central de México ha tomado la decisión de continuar con las tasas de interés del mercado interbancario en el 8,25%. Para comprender esta determinación, echemos un vistazo al panorama económico mexicano.
La economía mundial está atravesando por un momento de desaceleración, registrando menores cifras de crecimiento no solo en los países más desarrollados, sino también en las economías emergentes. A pesar de todo, el desempleo continúa en niveles que pueden ser considerados bajos al tiempo que los salarios crecen de manera moderada. En este contexto, todo parece indicar que la inflación no se ha disparado, es más, continúa en niveles que podrían considerarse reducidos.
La política monetaria de la Reserva Federal
De Estados Unidos también llegan buenos datos económicos. Dada la estrecha relación entre dos vecinos como México y Estados Unidos, es evidente que lo que ocurra en cada país, tendrá una gran influencia mutua. Así pues, el hecho de que la Reserva Federal se haya decantado por una política monetaria expansiva influirá de manera positiva en los distintos bancos centrales (cosa que también incluye al Banco Central de México).
La bajada de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal permitiría una mayor liquidez a nivel mundial, estimulando la inversión y siendo toda una oportunidad para países como México. Todo parece indicar que la bajada de las tasas de interés en Estados Unidos puede terminar por suponer todo un empujón para la economía mexicana.
Un crecimiento débil y el control de la inflación
Ahora bien, si las buenas noticias llegan desde el exterior, los puntos débiles parecen encontrarse dentro del propio México. En este sentido, México afronta problemas como una política económica austera marcada por los recortes. En este contexto, resulta difícil alcanzar un crecimiento económico importante. En mayo se hablaba de que México podía alcanzar el 1,32% del crecimiento económico, pero las últimas previsiones lo rebajan hasta el 1,13%. El origen de este débil crecimiento se encuentra fundamentalmente en un problema de demanda agregada, pues se ha producido una ralentización en el sector servicios, a la misma vez que la demanda interna no es lo suficientemente fuerte.
En lo que se refiere a la inflación, esta parece haber disminuido, pasando del 4,41% al objetivo marcado del 4%. La razón de esta disminución en los niveles de precios se explica en buena medida por un menor aumento de los precios de los productos energéticos y alimenticios, que es lo que se conoce como componente no subyacente. Precisamente la decisión del Banco de México de continuar las tasas de interés del mercado interbancario en el 8,25% responden a la necesidad de mantener controlada la inflación.
Deberes pendientes
Otro desafío que debe afrontar México es la lucha contra la corrupción. Sin duda, ganar esta batalla es fundamental para la sociedad y para las empresas, pues en entornos económicos marcados por la corrupción, las empresas perciben que no pueden competir en igualdad de condiciones y la inversión privada cae en picado o desaparece.
Por tanto, las autoridades mexicanas tienen por delante un trabajo muy importante. Para ello será necesario que el gobierno mexicano trabaje para atraer nuevas inversiones y cree un entorno marcado por un ambiente de seguridad para las empresas. Por último, dos aspectos que México no debe dejar de lado son una mejora en la productividad y unas cuentas públicas equilibradas.
Las agencias rebajan la calificación
No hay que dejar de lado las valoraciones que han llegado recientemente desde las agencias de calificación. En este sentido, podríamos decir que la agencia Fitch “ha bajado la nota” a la petrolera mexicana PEMEX, que es una gran empresa de titularidad pública debido al deterioro de sus finanzas. Cabe señalar que esto se debe a que PEMEX es una de las compañías petrolíferas con mayor endeudamiento.
Más allá de las cuestiones internas que las autoridades mexicanas deben abordar, desde el exterior existen ciertas incertidumbres. Estamos hablando de las llamadas guerras comerciales. Bien es conocida la política comercial de Donald Trump quien, en beneficio de la economía estadounidense, apuesta por el establecimiento de aranceles. No obstante, los fantasmas de un enfrentamiento comercial entre México y Estados Unidos parecen haberse alejado temporalmente tras los últimos acuerdos logrados. A pesar del alivio de las tensiones comerciales, la deuda mexicana no se ha librado y teniendo en cuenta estos riesgos, la calificación de la deuda mexicana se ha visto perjudicada.
Uff pues espero que todo este controlado por que si no, se nos viene el estilo Venezuela jaja es broma, es broma