China, durante la asamblea anual, anuncia la mayor reducción fiscal de la historia del país. Una medida que trata de corregir los impactos de la desaceleración económica y de la posible guerra comercial con Estados Unidos.
Tras las declaraciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), en las que vimos los pronósticos que arrojaba el último informe WEO de Enero de 2019, el Gobierno Chino comienza con las asambleas anuales, las cuales tienen como fin el de hacer públicas las decisiones políticas que adoptará el Gobierno china durante todo el 2019.
Como pudimos ver en el informe publicado por el FMI, los pronósticos para la economía China se reducían en contraste con 2018, reduciendo el crecimiento de la economía China en un 0,6% y situando los niveles de crecimiento en el 6% para el 2019. Una desaceleración generalizada para todos los países, ralentizando los crecimientos de las economías.
La desaceleración en opinión del gobierno chino
Para el Gobierno Chino, los pronósticos no han sido del todo malos. De hecho, según el Gobierno, la economía china está sufriendo una maduración, convirtiéndose cada vez más en una economía desarrollada y, por ende, con crecimientos más moderados y con ritmos de crecimiento inferiores. Para el Gobierno, esto viene por el cambio que ha vivido China en el modelo de exportaciones.
Según el Gobierno, este menor crecimiento se debe a la fuerza que ha ganado el consumo, las industrias de alto valor añadido y los servicios frente a las exportaciones de productos baratos y de bajo valor añadido. Por ello, los crecimientos se están moderando, debido al cambio en el modelo, acercando la economía China a los ritmos de crecimiento de otras economías desarrolladas.
Estas son las causas por las que el Gobierno no se preocupa, pues entienden que la economía China está experimentando un cambio de modelo y no debe ser una señal de preocupación para el país. Aun así, para contrarrestar esta desaceleración el Gobierno chino ha planteado uno de los mayores planes de estímulo para las empresas, incentivando el crecimiento vía reducción fiscal.
Grandes planes de estímulo para la economía
La reducción fiscal que plantea China para devolverle a la economía el oxigeno necesario que eleve los ritmos de crecimiento más allá del 6% es una de las mayores reducciones fiscales de la historia. Además, desde el Gobierno también se ha planteado la ayuda en la creación y atracción de nuevas empresas, así como la creación de empleo en base a un sustancioso aumento del gasto público.
Con estos planes, el Gobierno Chino plantea elevar los ritmos de crecimiento para la economía asiática, devolviendo los niveles a ritmos de entre el 6% y el 6,5%. Unos ritmos de crecimiento que la situarían, únicamente, un 0,1% por debajo de los ritmos a los que crecía el país en 2018. No obstante, no debemos olvidarnos de la deuda bruta de China, la cual sigue amenazando a su economía con niveles del 300% sobre el producto interior bruto (PIB). Es decir, la deuda pública más la deuda privada, que sería el total de deuda.
Lo que plantea el Gobierno Chino con esta voluminosa reducción fiscal (ver política fiscal expansiva), no es más que contrarrestar los efectos de una posible guerra comercial con Estados Unidos. De no reducirse las tensiones y no lograr la tregua comercial, los planes de contingencia del Gobierno chino son los de estimular el crecimiento y contrarrestar los aumentos de las tasas arancelarias, rebajando equitativamente los impuestos a aquellas industrias con sobrecapacidad industrial.
De este modo, los efectos de una guerra comercial se verían contrarrestados con la rebaja fiscal, compensando a las empresas la carga arancelaria con una sustanciosa reducción fiscal. Además, el Gobierno también plantea la apertura de nuevas líneas de crédito y financiación para las empresas, apoyando el crecimiento de las mismas; aunque sin olvidar el exceso de endeudamiento que vive el país.
Una rebaja fiscal millonaria
La rebaja fiscal que plantea el Gobierno supone una cuantía de más de 250.000 millones de euros en impuestos y tarifas a las empresas. Esta estrategia se complementa, a su vez, con un incremento del gasto público cercano al 6,5% respecto al año anterior, con el fin de generar nuevos proyectos de infraestructura pública. Un gasto público que se elevaría a los 3 billones de euros.
Como hemos dicho, la principal intención del Gobierno Chino es la de devolver un impulso a su economía, que cosechó el año pasado sus peores registros de crecimiento económico de las últimas tres décadas. Aunque la rebaja no les permita crecer a ritmos superiores a los de 2018, sí se espera que al menos se mantengan constantes, sorteando los efectos de la desaceleración económica.
Por otro lado, el Gobierno también ha planteado un aumento en la inversión, así como un incentivo a aquellas empresas internacionales que inviertan en el mercado de bonos chino. Por ello, ha planteado la deducción total de impuestos, durante los tres primeros años, a aquellas empresas extranjeras que destinen capital para la compra de bonos chinos.
En definitiva, estamos ante la aplicación de unas políticas mediante las que el Gobierno Chino trata de reducir los impactos de una posible guerra comercial con Washington. No obstante, la tregua entre ambos países parece estar cada vez más cerca, por lo que la aplicación de estás políticas, sumado a esa tregua comercial, podría significar un gran impulso para la economía china.
Aunque, como hemos dicho, cabe mencionar los elevados niveles de endeudamiento, los cuales, desde el Gobierno, han advertido de que se seguirá con la aplicación de medidas que disminuyan progresivamente la enorme carga de la deuda; la cual, como hemos dicho, ya representa más del 300% de su producto interior bruto (PIB).
Jorge dice
Excelente artículo
Julio dice
Buenísimo,muy enriquecedor, gracias.
Nidia Esther Brito Álvarez. dice
Creo que es una buena estrategia para que las empresas inviertan y crezcan es la de reducir los impuestos, y que pague más quien mas tiene.