Caídas históricas para la bolsa por la crisis del coronavirus. A la crisis sanitaria se la ha sumado una crisis económica. Los Gobiernos tienen que decidir en cuál prefieren centrarse. Y difícilmente van a frenar las dos a la vez.
Centrémonos primero en los termómetros de la economía global. El S&P 500, que supone casi un tercio de la capitalización bursátil mundial, ha tenido esta semana su quinta mayor caída en bolsa (-11,5%) desde la 2ª Guerra Mundial. El MSCI World ha caído también un -11,12%. Esto en términos económicos supone unas pérdidas de casi 10 billones de dólares en las cuentas de los inversores, es decir, la suma del PIB de Alemania, Reino Unido, Francia y España. No está mal para una sola semana.
La semana anterior la bolsa china había sufrido considerables caídas, sin embargo, su efecto apenas se había dejado notar en las bolsas occidentales. Fue el fin de semana anterior cuando saltaron las alarmas, tras conocerse que el coronavirus se había propagado intensamente por el norte de Italia, con más de 100 infectados. En Corea del Sur la cifra se acercaba a los mil infectados, confirmándose la facilidad para crecer de este virus.
El lunes, al abrir los mercados se produjeron descensos de más del 4% en los índices mundiales. Para después ir amontonándose las caídas día tras día a lo largo de la semana.
Esta enfermedad no parece especialmente grave, sino que se comporta muy similar a la gripe común: la mayoría de los casos son síntomas leves que no requieren hospitalización.
Y entonces, ¿por qué caen las bolsas?
Las bolsas son un indicador adelantado de la economía, que tratan de predecir el comportamiento de la actividad económica. En estos momentos nos enfrentamos a dos crisis, una de salud y otra económica. Y nadie sabe muy bien cómo se van a desarrollar las dos. Esto produce lo que menos le gusta a la bolsa: la incertidumbre. Dicho de otra manera, las caídas se producen por miedo a lo desconocido.
La crisis del coronavirus es una crisis doble. La primera, la crisis sanitaria ha desembocado en una crisis económica. Al ser una variación de la gripe, el mundo trataba de evitar lo que ya parece inevitable; que el coronavirus se convierta en una pandemia. Su alta capacidad de contagio es lo que está poniendo en vilo a los Gobiernos. Para evitar su propagación, se han establecido cuarentenas y se han restringido numerosos eventos. Gran parte de la población de China lleva dos semanas trabajando a medio gas.
Esto ha provocado que la economía China se paralice drásticamente. Sin ir más lejos, ayer salió el dato de producción manufacturera en China en 35,7, siendo el dato más bajo de la historia. Lo que refleja la enorme paralización del principal motor de crecimiento económico mundial.
A diferencia de la anterior crisis sanitaria de China, producida por el SARS. Actualmente China tiene una importancia económica en el mundo 4 veces más grande. A modo de comparación vemos como hace 25 años el PIB de la eurozona era 10 veces más grande que el chino, y el año pasado, China superó a la eurozona en tamaño de producción.
La paralización de la economía china, por un lado, ha contagiado a la economía mundial por su alta relevancia en el mundo, y por su carácter de primer exportador mundial. Muchos productos intermedios fabricados en china para producir otros productos en Europa y América han dejado de llegar. Por otro lado, la crisis sanitaria está comenzando a afectar a Europa y está llegando a América.
Mientras la pandemia se expande inevitablemente por el mundo, con más de 1.000 casos en Italia y 3.000 casos en Corea del Sur, en China, se están dando casos de personas que se habían recuperado y se han vuelto a infectar. Lo que añade más incertidumbre a la crisis sanitaria.
La expansión del virus, está provocando más medidas para tratar de detener su expansión. Cancelaciones de vuelos, restricciones de tráfico aéreo y cancelación de importantes eventos. En Francia por ejemplo se han cancelado todos los eventos a los que concurran más de 5.000 personas. En Suiza, los eventos a los que acudan más de 1.000 personas.
Tantas restricciones están frenando la economía de Europa, que tenía ya a Francia, Alemania e Italia al borde de la recesión. Se habla ya incluso de que Estados Unidos pueda entrar en recesión o al menos tener un trimestre de crecimiento negativo como consecuencia del frenazo mundial y la paralización de la economía. Este es uno de los mayores temores de la bolsa. Que el gigante americano entre en recesión.
Bancos centrales y gobiernos acuden al rescate de la economía
Varios bancos centrales, liderados por la FED, ya han insinuado medidas de estímulo. El mercado descuenta ya 3 bajadas de tipos de interés este año en Estados Unidos. Por su parte, el Gobierno de Hong Kong ha realizado lo que se conoce como helicóptero de dinero, es decir, enviar directamente un sobre con dinero a cada familia hongkonesa.
En Italia, se han tomado un paquete de medidas urgentes de estímulo centradas en las regiones del Norte, las más afectadas por el coronavirus.
Lo que no sabemos es si estas medidas tendrán el efecto deseado en la economía. La crisis económica es una crisis de reducción de oferta, es decir, se está dejando de producir porque menos gente está acudiendo al trabajo como medida preventiva al coronavirus. Medidas para estimular el gasto no tienen mucho que hacer con la falta de oferta. Es más, si la oferta se reduce y el gasto se estimula, la consecuencia más directa es simplemente aumento del nivel de precios. Esto no quiere decir que no tenga sentido aplicar estos estímulos, quizá sirva para aliviar la tensión económica. Pero desde luego no va a atajar la crisis económica.
A la bolsa por el contrario sí le suelen gustar las medidas de estimulo porque significan inyecciones de liquidez en el mercado. La liquidez en bolsa empuja a los mercados al alza, como hemos visto en los últimos 10 años. Por esa razón, muchos analistas creen que la recuperación de la bolsa será en forma de V. Una vez amaine la crisis sanitaria, o se convierta en una pandemia que ya hayamos aceptado, los estímulos económicos seguirán ahí para impulsar la economía.
Varios científicos han afirmado que, de seguir este ritmo de expansión, el coronavirus podría afectar al 70% de la población mundial. Los Gobiernos están ante la tesitura de frenar la crisis económica o frenar la crisis sanitaria. Para eso tienen que evaluar la peligrosidad de esta variación de la gripe.
Sin duda la crisis de salud es prioritaria a la crisis económica por el desconocimiento de cómo funciona realmente esta gripe y porque todavía no hay vacuna para ella. Si para atajarla los gobiernos han de sacrificar actividad económica lógicamente lo van a hacer. Es por ello, que la FED y el resto de bancos centrales, poco podrán hacer por frenar la crisis económica si siguen las restricciones a la actividad en todo el mundo. Quizá consigan mantener la bolsa en pie con inyecciones de liquidez, pero lo que desde luego no podrán es frenar la crisis sanitaria.
Lina dice
Interesante artículo. Muchas gracias
José Francisco López dice
¡ Gracias a ti Lina !
Saludos
Bernardo dice
Excelente artículo, nos ayuda a comprender un poco mas el fenómeno económico que se esta presentando por el Corona Virus y sus repercusiones