Hace escasamente dos semanas, las criptomonedas importantes, con Bitcoin a la cabeza, sufrieron una importante caída en su cotización, de la que no terminan de recuperarse. Hay quien elige precisamente un momento bajista para comenzar a comerciar, pero antes de nada es necesario entender cuáles han sido las cripto más afectadas por las caídas y cuáles han sido las causas principales.
Criptomonedas más afectadas
En términos absolutos, la más afectada ha sido Bitcoin por el simple hecho de que es la que más vale con mucha diferencia. La pérdida de valor por moneda ha sido de casi 2.000 dólares con respecto a su valor del 23 de septiembre (valía 9.700 dólares y a 7 de octubre rozan los 8.000 dólares por debajo).
En términos porcentuales, las más afectadas han sido precisamente una bifurcación de Bitcoin, Bitcoin Cash, y una bifurcación de Bitcoin Cash, Bitcoin SV, con unas caídas de entorno al 30%, y de momento siguen muy lejos del valor al que cotizaban hace dos semanas.
De todas formas, con la excepción de tether, USD coin, ox y unas pocas más, todas las criptomonedas han sufrido en mayor o menor medida retrocesos considerables en su cotización.
Causas posibles de la caída de las criptomonedas
Aunque la caída más espectacular ocurrió el 23 de septiembre, lo cierto es que desde mediados del presente año las criptomonedas llevan acumulando caídas, más o menos pronunciadas, coincidiendo con los “ataques” de los bancos centrales más importantes a Bitcoin y Libra, la futura criptomoneda de Facebook. Con la Reserva Federal y el ministro francés de economía (este último llego a afirmar que en el territorio de la Unión Europea no se iba a permitir la utilización de Libra, por el peligro a la soberanía económica que puede representar, ya que Facebook cuenta con más de 1.000 millones de usuarios, potenciales clientes de Libra) como referentes más importantes.
Pero esta última caída llegó con la salida de la plataforma de negociación de futuros de Bitcoin, Bakkt, promovida por Intercontinental Exchange (ICE), y cuyo objetivo es atraer a la inversión en Bitcoin a inversores con un perfil más conservador, a la vez que busca impulsar los esfuerzos para crear una estructura de mercado. Por lo que parece, este amago de centralización no le ha sentado bien a Bitcoin, al menos en el corto plazo.
Invertir en Bitcoin. Inversión tradicional y trading.
Como es lógico, cuando un activo tan de moda baja atrae a nuevos inversores, con la esperanza de que en un plazo más o menos breve volverá a los niveles anteriores, e incluso puede que gracias a un rebote positivo los supere, y, por lo tanto, el beneficio sea aún mayor.
Pero hay otra forma de invertir en bitcoin y que no depende, para obtener beneficios, solo de que el activo suba, y es el trading con divisas a través de CFDs. Normalmente se realiza con pares de divisas tradicionales, aunque se está poniendo de moda realizarlo con criptomonedas y divisas, el par más habitual es el BTC/USD (o bitcoin/dólar estadounidense) ya que “apostamos” a la tendencia, situándonos en largo, compra, o en corto, venta. A continuación, una breve explicación de cómo funciona el trading por contratos con diferencia (CFD, por sus siglas en inglés).
Antes de nada, hay que decir que el trading con CFDs es muy arriesgado y la mayoría de inversores minoristas pierden el dinero invertido (o incluso más), por lo que como mínimo es muy recomendable tener una gran experiencia en mercados de alta volatilidad. Por otro lado, la inversión clásica en criptomonedas es también más arriesgada que invertir en mercados más tradicionales, como pueden ser la commodities, u operar en forex, ya que de por sí son un activo extremadamente volátil, como hemos podido comprobar estos últimos días.
Bien, en el trading con CFDs podemos apalancarnos, es decir, operar con crédito del bróker correspondiente, y por lo tanto con una menor inversión propia. Esto abre la puerta a obtener ganancias mucho mayores en el caso de que nuestra predicción sea correcta… o pasar a perder toda nuestra inversión, e incluso adquirir deudas, en caso de que nos salga mal la operación.
Para evitar esto último es importante utilizar solo una pequeña parte de nuestro patrimonio, y utilizar estrategias de seguridad como por ejemplo el stop loss, los cuales cancelarán nuestra posición si nuestras pérdidas alcanzan un límite decidido por nosotros, evidentemente perderemos ese dinero, pero salvaremos el resto de nuestros fondos. Hay que decir que, si la subida o la bajada es muy rápida, algo que no es tan raro, el stop loss no saltará inmediatamente, y la pérdida que soportaremos será mayor, aunque siempre será menor que si no hubiéramos activado este “seguro”.