Carl Menger (1840-1921) nació en Austria y se le considera el fundador de lo que en Economía se conoce como Escuela Austriaca. Considerado uno de los grandes economistas neoclásicos, destaca por contribuciones como el estudio de la utilidad marginal.
Nacido en 1840 en la localidad de Nowy Saçz, entonces perteneciente al Imperio Austrohúngaro (actualmente Polonia), Carl Menger cursó sus estudios de derecho en universidades como las de Praga y Viena. Finalmente, terminaría obteniendo un doctorado en Derecho por la Universidad de Cracovia.
En su trayectoria profesional se desempeñó como periodista y profesor, orientando su perfil académico hacia una disciplina como la Economía. De hecho, en 1876, el propio Menger llegó a impartir clases al archiduque Rudolf von Habsburg, heredero al trono austrohúngaro. Menger continuó con su labor docente hasta 1903.
La teoría del valor subjetivo
La contribución más destacada de Menger es la teoría del valor subjetivo. Así, Menger propone que el valor de un bien no viene determinado por sus cualidades, ni tampoco por el trabajo que se ha empleado para producirlo. Por tanto, el valor del bien depende de la importancia que le confiera un individuo a la hora de alcanzar sus metas.
De este modo, los bienes tendrán un valor subjetivo, dependiendo de la perspectiva de cada individuo. Cada una de las partes implicadas en el comercio tendrá una percepción distinta del dinero recibido y del trabajo empleado. Por ello, es posible crear valor transfiriendo la propiedad de un bien a un individuo que lo valore en mayor medida. Todo ello implica que la riqueza depende del modo en que los individuos valoren sus bienes.
Ahora bien, a medida que los individuos acumulan unidades adicionales de un bien, el grado de satisfacción disminuye. Esto es lo que se conoce como utilidad marginal decreciente. Según se vayan satisfaciendo las necesidades de un bien, estas se irán desplazando hacia otros bienes.
En la teoría del valor subjetivo, el libre mercado y la competencia son dos elementos fundamentales. Gracias a ambos factores es posible que los individuos adquieran bienes y servicios a los que les conceden mayor valor. En otras palabras, los intermediarios van a permitir la creación de valor al posibilitar el comercio. De este modo, puede concluirse que las dos partes implicadas en los intercambios salen ganando.
Desmarcándose de William Jevons, Menger no creía en medir la satisfacción mediante unidades de utilidad. Para Menger, el valor de un bien venía dado por los usos que pudiese tener el bien en cuestión.
Su teoría sobre el papel del dinero en la economía aún goza de un amplio reconocimiento entre las corrientes actuales de pensamiento económico. Y es que, según Menger, el dinero es un medio que facilita las transacciones comerciales.
Trabajos y legado de Carl Menger
Frente a quienes buscaban una economía basada en disciplinas como las Matemáticas, Menger apuesta por una economía que se sustenta en la percepción de los individuos.
La teoría del valor subjetivo de Menger se ha asentado firmemente entre los economistas de tendencias liberales. De hecho, esta perspectiva subjetiva otorga una importancia capital al individuo y a sus preferencias. Así, los distintos individuos con sus diferentes deseos, convierten la economía en un área de conocimiento volcada en la formación y predicción de precios.
De entre sus trabajos cabe destacar Principios de Economía (1871) e Investigaciones del método de las ciencias sociales con referencia especial a las económicas (1883). Precisamente esta última obra supuso una ruptura con el pensamiento económico establecido hasta el momento, al tiempo que sentó las bases de la Escuela Austriaca.
En sus artículos Sobre la Teoría del Capital (1888) y Los orígenes del dinero (1892) aporta una nueva visión sobre el rol de la economía. Es aquí donde Menger defiende la gran relevancia que tiene el dinero como medio facilitador de intercambios. Sostiene Menger que, frente al trueque, el dinero hace del intercambio un proceso más sencillo.