Emilio Botín (1934-2014), nacido en una familia de banqueros, fue presidente del Banco Santander. Destacó por hacer de un pequeño banco de provincias, el primer banco de España.
En su etapa al frente del Banco Santander demostró tener una amplia visión de negocio, así como capacidad de anticipación y un estilo agresivo para los negocios.
Juventud y primeros pasos en el Banco Santander
Nacido en 1934 en la localidad de Santander, Emilio Botín se licenció en Derecho y Economía por la Universidad de Deusto. Precisamente, el mismo día en que nació, su padre fue designado director del Banco Santander.
Durante su trayectoria al frente del Banco Santander, el padre de Emilio Botín logró hacer de la entidad financiera la más importante de Cantabria, aunque no consiguió convertirlo en el primer banco de España.
Ya en 1958, Emilio Botín comenzó a trabajar en el Banco Santander, donde se desarrolló profesionalmente en los servicios centrales. Tan solo dos años más tarde, ocupó el cargo de consejero y en 1964 asumió el puesto de director general. Al tiempo que pasaba a formar parte de la comisión ejecutiva.
Su ascenso en la entidad fue rápido, asumiendo cada vez puestos de mayor responsabilidad. Así, en 1977, pasaba a ser consejero delegado y vicepresidente segundo. Su meteórico ascenso culminó en 1986, cuando tomó las riendas del Banco Santander al asumir la presidencia de la entidad financiera.
Al tomar los mandos del Banco Santander, Emilio Botín se encontró con que el Santander era el menor banco de las siete grandes entidades financieras españolas. Pero Botín deseaba hacer del Santander el banco más importante de España.
Internacionalización
Dos años después de la llegada de Emilio Botín a la presidencia del Banco Santander, tuvo lugar la fusión entre los bancos Bilbao y Vizcaya. Otros grandes competidores de la banca española eran el Banco Central, Banesto y el Banco Hispano Americano.
Sin embargo, en 1988, Emilio Botín llevó a cabo un valioso movimiento al forjar una alianza con el Royal Bank of Scotland. Si bien se trataba de un banco de mediana entidad en el Reino Unido, más tarde se colocaría como el quinto banco mundial por valor bursátil. Esta alianza permitió dar un perfil más internacional al Banco Santander.
Botín, más partidario de las adquisiciones que de las fusiones, compró el banco alemán Bankhaus Centrale Credit en 1987. Como parte de una estrategia de expansión internacional, adquirió acciones del Instituto Bancario Italiano y de la entidad estadounidense First Fidelity. Asimismo, el Santander profundizó en sus negocios en América Latina, estableciendo filiales en países como Argentina, Panamá, Puerto Rico y Chile.
Un banquero agresivo
Más allá de su expansión internacional, un producto que impulsó notablemente al Santander fue el lanzamiento de la denominada Supercuenta en 1989. Se trataba de un depósito a la vista que brindaba un interés del 11%. Dicho producto le permitió captar numerosos clientes. Con esta estrategia tan agresiva, Botín apeó a sus principales competidores, que no podían ofrecer unas rentabilidades tan elevadas.
Si algo caracterizaba a Emilio Botín, era su visión de negocio, aunque para ello tuviese que llevar a cabo movimientos arriesgados. Botín era un duro competidor y un banquero con una gran capacidad de anticipación.
Este estilo agresivo y, en ocasiones, arriesgado, le llevó en 1994 a adquirir el banco Banesto por 1881 millones de euros. De este modo, el Santander se consolidaba como el principal banco español.
En 1997 se desprendió de las acciones en First Fidelity, que le aportó unas sustanciosas plusvalías. Mientras tanto, siguió volcando su negocio bancario sobre los países latinoamericanos.
Pero la maniobra que realmente causó una excepcional sorpresa fue la fusión del Banco Santander con el Banco Central Hispano en 1999. Se trataba de la mayor operación a nivel europeo entre bancos desde la llegada del euro.
Adquisiciones
La expansión del Santander prosiguió. Botín era consciente de que, para ser un banco importante a nivel mundial, debían ser el banco más importante de España, objetivo que ya había logrado.
Posteriormente, el Santander adquirió entidades como Banespa en Brasil y Serfin en México. También tomó el control de otras entidades menores en Argentina, Venezuela y Chile, lo que le consolidó en Iberoamérica.
La expansión por Europa se fue forjando con la compra en 2004 del banco británico Abbey, la adquisición en 2002 de las financieras AKB en Alemania y Finconsumo. Otras sociedades europeas de consumo fueron compradas para terminar conformando lo que se conoce como Santander consumer, que se ocupa de los créditos al consumo.
Estados Unidos y Polonia constituyeron nuevos escenarios en los que desembarcó el Banco Santander al adquirir el Sovereing Bank en 2008 y el Banco Zachodni WBK en 2010.
Con el Banco Santander ya firmemente asentado como la entidad bancaria más importante de España, y siendo uno de los bancos más destacados a nivel mundial, la entidad se volcó en el patrocinio. Así, el Santander, tratando de transmitir una imagen más próxima al público, tomó parte en el patrocinio de deportes como el fútbol y la Fórmula 1.
El 9 de septiembre de 2014, Emilio Botín fallece en Madrid y su hija, Ana Patricia Botín, le sucedía al frente del Banco Santander.