Historial de crédito
Un historial de crédito es un informe que detalla aquella información más relevante sobre el perfil financiero de una persona física o jurídica.
Por tanto, lo que hace es aportar información de interés sobre aspectos relacionados con la solvencia de quien va a solicitar un préstamo. De esta forma, la entidad que lo concede puede saber su trayectoria de pagos y decidir si presta o no el dinero. Podemos decir que lo que busca medir es el nivel de riesgo del prestatario.
¿Qué datos aparecen en el historial de crédito?
Pues básicamente los datos personales, como nombre y apellidos o dirección. Por supuesto, los productos financieros contratados como préstamos o tarjetas de crédito. Además, también suele aparecer información sobre historial de pago y lo que es peor, de impagos. Y por supuesto, si estamos o no en las listas de morosos de las que hablamos más abajo.
Pero también debes saber que hay datos sensibles, protegidos por las diferentes leyes sobre datos personales, que no pueden aparecer. Esto depende cada país, pero en general serán aquellos que no tengan que ver de forma clara con el objetivo de estos informes. Por tanto, si algún dato crees que no debe estar, lo mejor que puedes hacer es preguntar.
¿Cómo tener un buen historial de crédito?
Aunque no hay una fórmula mágica, si existen una serie de recomendaciones que, además, pueden aplicarse en cualquier país. Veamos las más relevantes:
- Primero, siempre planifica. Puede parecer obvio, pero en demasiadas ocasiones nos olvidamos de hacerlo. Nunca comprometas unos pagos que no vayas a poder hacer. No hablamos de un futuro incierto, que siempre estará sesgado de riesgo, sino de sentido común. Si tenemos un suelo de 1 000 dólares, no podemos pagar 900 al mes.
- Paga tus préstamos por encima de todo. Esta recomendación puede parecer incluso criticable, sobre todo a raíz de la crisis de 2008. La mala fama de los bancos se ha globalizado. Pero aún así, ellos deciden si te lo dan o no, por tanto, no ensucies tu historial de crédito con retrasos en los pagos.
- La contabilidad puede ayudar. Es cierto que no necesitas conocerla fondo, por ejemplo cuando te enseñamos el proceso para contabilizar un préstamo. Pero también lo es que una simple hoja de cálculo puede ser una herramienta de inestimable ayuda.
El principal problema, la morosidad
El mercado suele abastecernos de cualquier producto imaginable. Este tipo de informes no son la excepción y existen varios profesionales que se dedican a prepararlos. En Internet puedes encontrarlos sin ningún problema. Por tanto, quizá un primer paso sea este, solicitar uno. Además, en muchos países debe ser gratuito por ley.
Ahora bien, lo peor que nos puede pasar es que al solicitarlo, de repente, aparezcamos en una lista de morosos. Mientras estés en ella, despídete de solicitar un crédito. Porque esto es lo primero que van a mirar los bancos. Eso sí, a los cuatro años (dependiendo del país) prescribe y, por tanto, este pagado o no, ya no puedes figurar en ellas. Algunas de las listas de morosos más conocidas son las que mostramos a continuación:
- Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI). Una entidad española cuyo fichero incluye a aquellas personas que aceptando algún medio de pago, no procedieron a su vencimiento con dicha obligación. Es automática, así, por ejemplo, si devuelven un cheque nuestro por impago, somos incluidos en ella.
- Otra, también española, es la que pertenece a la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF-EQUIFAX) que tienen un registro de morosidad que es el más amplio de todo el país y uno de los más consultados.
- BADEXCUG, gestionada por Experian Bureau de Crédito y que ofrece este servicio a todas las empresas que se adhieran a ella.
- Por otro lado, existen otras que están relacionadas con las administraciones públicas y que suelen tener como principal gestora a las diferentes haciendas de cada país.