Intereses devengados
Los intereses devengados representan la cuantía monetaria acumulada resultado de una inversión o deuda en un periodo de tiempo transcurrido.
Los intereses devengados pueden ser percibidos como pasivo o como activo. Cuando estos corresponden a una obligación por pagar, corresponden a un gasto. En este caso son considerados como pasivo. Cuando estos intereses son el producto del rendimiento de una inversión, corresponden a un ingreso. En este caso son considerados como activo.
Los intereses devengados tienen una característica fundamental a resaltar. Los intereses devengados sirven para proyectar, en cualquier momento, la cuantía adicional. Sea el rendimiento a futuro de una inversión o sea el monto adicional de una deuda.
Ejemplo de cómo se originan los intereses devengados
Tomemos como referencia la siguiente operación financiera. Al señor Pedro, la entidad bancaria X le concede un crédito de 5.000 euros. Con intereses de un 10% anual. Para ser saldado al término de un año.
Resultó que al final del periodo, el señor Pedro pagó un total de 5.500 euros. Esto significa que pagó el monto prestado de 5.000 más 500 de intereses generados. Aquí, vamos a decir que los 500 euros son los intereses devengados.
Como podemos notar, los 500 euros representan un gasto para el señor Pedro. Sin embargo, para la entidad bancaria representan un ingreso. Es decir, los intereses devengados pueden ser activos o pasivos, dependiendo del punto de origen desde donde se tomen.
Es oportuno resaltar, respecto a los intereses denominados como devengados, que la contabilidad mantiene un principio contable que dice que estos deben registrarse en el momento en que se generan. Es decir, que estos se registran a su fecha, independientemente de si estos se perciben antes o después de la fecha final.
Precisamente, estos intereses son denominados en el área contable como intereses nominales devengados cuando están vencidos en su fecha. Independientemente de que estén cancelados o no.