John Davison Rockefeller, fundador de la compañía Standard Oil, fue un exitoso y polémico empresario e inversor estadounidense. Tal fue su éxito en la industria del petróleo que llegó a hacerse con el monopolio, lo que le convirtió en uno de los hombres más acaudalados del siglo XIX.
Si bien John D. Rockefeller destacó por sus contribuciones filantrópicas, también fue duramente criticado por las estrategias que empleó para amasar su fortuna. De ahí que fuese considerado uno de los llamados “barones ladrones”, empresarios con escasa ética a la hora de hacer negocios.
Comienzos de John D. Rockefeller
Nacido en 1839 en Richford, Nueva York, John D. Rockefeller no tardó en sentirse atraído por el mundo de los negocios. A la temprana edad de doce años, Rockefeller prestó 50 dólares al 7% de interés a un vecino. El joven John D. Rockefeller quedó maravillado con el rendimiento obtenido con aquel préstamo. Fue entonces cuando se percató de las interesantes posibilidades de enriquecimiento que le ofrecía el negocio de los préstamos.
Después de trabajar un tiempo como contable para Hewitt and Tuttle en Cleveland, decidió que era el momento de crear su propio negocio. Junto a Maurice Clark emprendió un negocio como comisionista en el sector agrario. Aquella empresa pudo comenzar en parte gracias al dinero que el padre del propio Rockefeller le prestó al 10% de interés anual.
La empresa pronto comenzó a generar beneficios. En 1861, Estados Unidos estaba sumido en una guerra civil y el gobierno incrementó considerablemente la demanda de alimentos al necesitar comida para abastecer a las tropas. Todo ello brindó sustanciosas comisiones a Maurice Clark y John D. Rockefeller, que obtuvieron 4.400 dólares de beneficios en su primer año como comisionistas de productos agrarios.
El petróleo, la clave del éxito
En 1863, en el noroeste del estado de Pennsylvania, el perforador Edwin Drake halló un yacimiento de petróleo considerado de gran calidad. Fue así como el químico Samuel Andrews persuadió a Rockefeller para invertir en el sector petrolífero, creando la sociedad Andrews Clark & Co.
Pese a los reveses iniciales, y a verse obligado a solicitar un préstamo para proseguir en el negocio del petróleo, Rockefeller no se desanimó. Mientras otras empresas desperdiciaban los subproductos generados en el proceso del refinado, la compañía de Rockefeller aprovechaba la totalidad del crudo, obteniendo gasolina, nafta y alquitrán.
Tras hacerse con el control en solitario de la empresa, Rockefeller creó en 1870 la Standard Oil. Por aquel entonces, Rockefeller ya gozaba de un amplio poder en el mercado del petróleo. Y es que, la práctica totalidad de los Estados Unidos empleaba el petróleo de Standard Oil.
Una estrategia depredadora
Los acuerdos suscritos con las empresas del ferrocarril permitían a Rockefeller tener unos bajos costes de transporte, gozando de unas condiciones muy ventajosas frente a la competencia.
Utilizando una estrategia depredadora, Rockefeller proponía adhesiones a las refinerías, prometiéndoles amplios descuentos en los costes del transporte ferroviario. De este modo, las refinerías terminaban uniéndose a Rockefeller, mientras que las que rechazaban sus ofertas, terminaban cayendo en bancarrota.
Prueba de esta estrategia de monopolio fue la denominada “masacre de Cleveland”, en la que Rockefeller logró absorber hasta a 26 empresas de la competencia.
Los movimientos de Rockefeller no pasaron desapercibidos para la sociedad ni para el gobierno de los Estados Unidos. El pueblo rechazaba sus maniobras empresariales, carentes de escrúpulos, y desde las autoridades no veían con buenos ojos unas estrategias orientadas al monopolio, sobre todo en un sector clave como era el del petróleo.
Así, en 1890 entró en vigor una ley antimonopolio en Estados Unidos. Standard Oil, que atentaba contra la libre competencia al gozar de una posición de monopolio, fue declarada ilegal y la justicia dictaminó su disolución. De este modo, la compañía Standard Oil quedó dividida en 37 empresas independientes. A pesar de ello, Rockefeller prosiguió con su trayectoria empresarial, siguiendo al frente de la Standard Oil hasta 1911 y atesorando una colosal fortuna.
Más allá de su carrera empresarial, Rockefeller también fue un hombre conocido por su actividad filantrópica. El magnate estadounidense también destacó por financiar comunidades religiosas, universidades, proyectos artísticos e investigaciones científicas y médicas. Rockefeller terminaría falleciendo en Florida en 1937.