Las medidas económicas que quiere aplicar Donald Trump y sus consecuencias
El magnate Donald Trump será el próximo candidato del Partido Republicano a las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En la elaboración de sus propuestas destacan las cuestiones económicas. Entre las que Trump tiene como ejes centrales el comercio internacional, la reforma fiscal, la deuda y el medio ambiente.
En junio del 2015 Donald Trump confirmó que quería liderar al Partido Republicano en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Casi un año después el deseo del magnate prácticamente se ha convertido en realidad. El único escollo que le queda salvar es vencer a la más que probable candidata demócrata Hillary Clinton
Una parte de las preocupaciones entre la ciudadanía estadounidense, e incluso en la Comunidad Internacional, giran alrededor de la economía. Ello, evidentemente, se reflejará en las campañas electorales, tanto para las primarias como para las elecciones presidenciales. Algo poco sorprendente en un contexto en el que aunque Estados Unidos sigue siendo una potencia económica, pese a que su poderío comienza a verse amenazado. Entre esas amenazas destaca China, país que para algunos expertos ya ha superado el poder económico estadounidense.
Principales propuestas económicas de Donald Trump
Así las cosas, de entre las principales propuestas económicas de Donald Trump nos gustaría señalar algunas de ellas:
– El magnate se ha mostrado contrario al libre comercio, desde una actitud proteccionista. Su pretensión es reactivar el consumo de productos nacionales aplicando aranceles a los extranjeros, especialmente chinos y mexicanos. Estas medidas encarecerían muchos productos, limitando el acceso a las clases menos pudientes y parte de las clases medias. Además, podría desencadenar una guerra comercial entre Estados Unidos y otros países, especialmente con China. Este hecho desembocaría en que otros países interpusiesen trabas a los productos estadounidenses. Sin embargo, los partidarios de políticas proteccionistas defienden que el consumo interno de productos nacionales implicaría un aumento de producción. La duda es si se lograría hacer frente a los perjuicios ocasionados por las dificultades de acceso a otros mercados.
– Trump planea una importante reforma fiscal. En algunas entrevistas se ha mostrado partidario de aumentar los impuestos a las fortunas del país. No obstante, en su plan impositivo se reafirma como una prioridad aliviar las cargas fiscales de los estadounidenses. Con ello beneficiaría a las clases medias y, en mayor medida, a las grandes fortunas. Estas últimas pasarían a tributar tan solo un 25% de sus ingresos, frente al 40% vigente apróximadamente. Además se pretende que ninguna empresa tribute más del 15 por ciento de los beneficios que obtengan. Sin embargo, la puesta en marcha de una fiscalidad de este tipo podría afectar a la estabilidad presupuestaria. Una merma de los ingresos por la hacienda pública conllevaría, probablemente, la necesidad de aplicar recortes presupuestarios en determinados sectores.
– La reestructuración de la deuda pública es una de las propuestas más polémicas. En caso de aplicarse, podría afectar a la credibilidad del país entre los inversionistas. Esta pérdida de credibilidad supondría un impacto negativo en las posibilidades de inversión futura. No obstante, ha repetido en diferentes ocasiones que en caso de alcanzar el poder la reestructuración no incurrirían en default. Con esta afirmación se ha intentado no inquietar ni generar incertidumbre entre los mercados financieros.
-Un último aspecto que resulta de llamativo es la falta de interés por el medio ambiente. Entre sus propuestas no se incluye ninguna medida para luchar contra el cambio climático y la conservación del medio ambiente. Sobre ello opina que solamente servirán para lastrar la economía estadounidense. Igualmente, mantiene posiciones poco favorables a promocionar la investigación científica, lo cual, sin duda, sería un problema para la economía norteamericana. La caída de inversión en la investigación haría perder competitividad a la economía estadounidense.
Estas medidas supondrían un cambio rotundo con las políticas llevadas a cabo por la administración Obama. De igual manera, serían muy diferentes a las que aplicarían los demócratas si lograsen evitar el triunfo de Trump. Así pues, quizás, la llegada de Trump al poder marcaría, en política económica, un antes y un después.