Mayoría simple
La mayoría simple sucede en una votación cuando las personas que votan a favor constituyen un mayor número que las que votan en contra. Es una fórmula muy usada en política.
En cualquier tipo de votación, ya sea política, social o de cualquier otra naturaleza, existen varios tipos de mayoría. Generalmente existe la simple, la absoluta y la cualificada o calificada. Hablamos de mayoría simple cuando en cualquier votación hay más votos a favor que en contra. Es decir, más síes que noes. Es una forma de votación muy usada en política, es más fácil de conseguir y se acepta para desbloquear situaciones de bloqueo y de falta de consenso.
Por ejemplo, una votación en la que haya dos opciones (que es lo más común). Hay un total de 100 personas con derecho a voto y se establecen dos posibilidades, A y B. A obtiene 55 votos y B 45, la votación A ha ganado por mayoría simple, pero también por mayoría absoluta. Ahora bien, pongamos que entra en juego la figura de la abstención. La opción A obtiene 40 votos, B 35 y 25 personas se abstienen. Decimos que ha ganado A por mayoría simple. Aunque cuente con menos de la mitad del respaldo de las personas con derecho a voto, sí que cuenta con la mayoría de entre quienes han votado las dos opciones.
Si el caso fuera votar entre tres opciones o más, por ejemplo, entre pintar la casa roja, verde, azul o rosa. Decimos que gana por mayoría simple el color más votado. Aunque las otras opciones sumen un número mayor. Por ejemplo, de 10 personas han votado rojo 4; verde 2; azul 2; y rosa 2. Rojo ha ganado por mayoría simple aunque las otras opciones sumen mayoría (absoluta).
Mayoría simple en política
La mayoría simple, al igual que los otros tipos, es muy usada en política. La más usada junto a la mayoría absoluta. Sirve, como hemos mencionado anteriormente, para superar situaciones de bloqueo, mejorando así la gobernabilidad. Aunque, por otro lado, tiene el inconveniente de que no refleja la mayoría real de los votantes, que se consigue a través de la mayoría absoluta.
Esto sucede por lo descrito en los ejemplos anteriores, una opción puede ser aprobada con el 40% de los votos si la otra opción solo recibe el 35%, dando por hecho que el 25% restante se abstiene. En política, algunos casos en los que se utiliza esta fórmula son los siguientes:
- La elección del presidente del Gobierno en segunda votación.
- Las enmiendas a una ley por parte del Senado.
- La aprobación de una ley por parte del Congreso tras los vetos establecidos por el Senado si han pasado dos meses.
- Leyes ordinarias.
- La cuestión de confianza del presidente.
Diferencia entre mayoría simple y mayoría absoluta
Existen diferencias entre estas dos fórmulas de aprobación. La primera es su uso, una se utiliza para unas cosas y la otra para otras diferentes. Por ejemplo, la simple se usa para leyes ordinarias y la absoluta para orgánicas. La absoluta se usa para la primera votación en la elección del presidente del Gobierno en los regímenes parlamentarios, la simple para la segunda si no se ha conseguido con anterioridad.
Pero la diferencia más interesante es su funcionamiento. A la mayoría simple, al contrario que la absoluta, no le interfiere figuras como la abstención o el voto en blanco. Se consigue simplemente si los votos a favor constituyen un mayor número que los votos en contra. En cambio, la absoluta se consigue si los votos a favor constituyen la mayoría de entre todas las personas con derecho a voto.
Por ejemplo, de 100 personas, la opción A consigue 40 votos, la B 30 y hay 20 abstenciones y 10 votos en blanco. La mayoría simple permite que se apruebe la opción A, ya que es la más votada. Mientras que, para ser aprobada por mayoría absoluta, la opción A debería obtener, al menos, 51 votos.