Política de dividendos

La política de dividendos de una empresa consiste en las decisiones tomadas sobre el reparto de beneficios entre sus accionistas, es un factor muy importante en su estrategia financiera.

Para entender el concepto, comencemos por un ejemplo. Imaginemos que una empresa tiene un capital social de 10 M USD, dividido en 10.000 acciones del mismo valor nominal (1.000 USD cada una). Para este año, establece una política de entregar como dividendo 10 USD por acción.

Supongamos que este año la compañía ha obtenido 300.000 USD de beneficios netos. Debido a su política de dividendos, deberá pagar 10 USD por acción, es decir, un total de 100.000 USD.

Eso significa que, a cada accionista, la empresa le pagará 10 USD por cada acción que tenga en su poder. El dinero saldría de los beneficios netos, lo que dejaría unos 200.000 USD restantes para reinvertir en la empresa.

Tipos de dividendos

El pago puede hacerse en metálico o entregando acciones adicionales gratuitamente

Lo primero que debemos aclarar es que, cuando hablamos de dividendos, estos pueden ser pagados de dos maneras.

La más habitual es hacerlo en metálico, transfiriendo el dinero de la empresa al accionista. La gran ventaja de esta forma es que genera valor automáticamente para el inversor, en el mismo momento en que recibe el dinero. También facilita mucho la valoración de las acciones.

Sin embargo, también hay otra forma de retribución, en forma de participaciones adicionales. Bajo este modelo, los accionistas reciben nuevos títulos de propiedad sobre la empresa.

Siguiendo el ejemplo anterior, supongamos que las 10.000 acciones se dividen a partes iguales entre 5 propietarios. A un valor nominal de 1.000 cada una, cada accionista tendría un patrimonio de 2 M USD.

Imaginemos ahora que la empresa decide hacer una ampliación de capital por 1 M USD, emitiendo 1.000 acciones adicionales. Además, entrega una acción nueva a cada accionista que posea 20 antiguas, lo que implica repartir 500 acciones nuevas y vender las 500 restantes, permitiendo la entrada de nuevos inversores.

Suponiendo que las 500 acciones nuevas se venden a 1.000 USD, el capital ahora será de 10,5M USD. Si dividimos esa cifra entre las 11.000 acciones que tenemos, obtenemos un valor de 955 USD cada una. Observemos que dicho valor ha bajado, con respecto a los 1.000 iniciales.

Sin embargo, esto no quiere decir que los accionistas hayan perdido patrimonio. Antes, cada uno poseía 2.000 acciones de 1.000 USD cada una, es decir, un patrimonio de 2 M USD. Ahora, tiene 2.100 acciones de 955 USD, sumando en total 2,004 M USD.

Esto significa que, con esta política de dividendos, los accionistas han visto compensado en volumen de acciones lo que han perdido por el valor de cada una.

Tipos de política de dividendos

Si bien encontramos 3 tipos principales, no todas las empresas tienen una política de dividendos

Hasta aquí, hemos visto las dos formas que pueden tomar los dividendos. Lo más habitual es que no sean excluyentes, sino complementarias. Ahora bien, ese pago puede seguir una lógica determinada por la empresa, es decir, la política de dividendos propiamente dicha.

Podemos encontrar 3 tipos de políticas:

  • Dividendos irregulares.
  • Dividendos fijos.
  • Dividendos estables.

Además, también debemos recordar que no todas las empresas tienen una política de dividendos. Algunas no reparten beneficios entre los accionistas, y reinvierten el 100 % de las ganancias en la compañía. Como explicaremos más adelante, suele tratarse de proyectos empresariales nuevos, con alto potencial de crecimiento.

Veamos ahora en qué consiste cada una de las políticas de dividendos.

Dividendos irregulares

Al no pagar dividendos, el precio de las acciones también se ve afectado

No es una política en sentido estricto, ya que la retribución varía cada año según lo que decida la dirección de la empresa.

Podríamos decir que la regla general, en estos casos, es no pagar dividendos. Lo cual no impide que, si se han tenido beneficios extraordinarios, no se pueda retribuir al accionista, de manera puntual.

La ventaja de esta política es que no supone ningún compromiso por parte de la empresa hacia los accionistas. De esta manera, si hay pocos beneficios, no se incurre en pérdida de credibilidad por promesas incumplidas.

El problema es que, al no pagar dividendos, el precio de las acciones también se ve afectado. Esto se debe a que, al valorar el precio que estarían dispuestos a pagar por ellas, los inversores potenciales tienen en cuenta el pago (o no) de dividendos.

Dividendos fijos

Una política de este tipo aumenta el valor de mercado de las acciones

Bajo este modelo, se paga una cantidad preestablecida por cada acción. Es la correspondiente a nuestro ejemplo, donde se retribuyen 10 USD a los propietarios, por cada acción que tengan en su poder. Se trata de una política que suele dar una gran confianza a los inversores, ya que les facilita el cálculo anticipado de la rentabilidad.

En general, una política de este tipo aumenta el valor de mercado de las acciones. Sin embargo, para cumplir con ella, es esencial que los beneficios sean regulares de un año a otro, o al menos predecibles.

Al accionista, una política de este tipo le da la seguridad de que recibirá una cantidad determinada, incluso si no hay muchos beneficios. No obstante, si la empresa tiene ganancias extraordinarias, se quedarán sin repartir y serán reinvertidas.

Dividendos estables

Esta política da una gran flexibilidad a la empresa en el cumplimiento de sus compromisos

Se establece un porcentaje de los beneficios que serán divididos entre los accionistas. En el ejemplo anterior, la empresa podría decidir que el 10 % de los beneficios se dedicarán a dividendos. De esta manera, ya no se repartirían 10 USD por acción, sino 3 USD.

Para la empresa, esta política presenta la ventaja de que da una gran flexibilidad en el cumplimiento de sus compromisos. Al fijar una cantidad relativa a los beneficios, el volumen total del desembolso a los accionistas crecerá si ha sido un buen año, pero se reducirá si las cosas no han ido bien.

Por su parte, el accionista deja de tener la seguridad de saber por anticipado cuánto va a recibir como dividendo. Sin embargo, tiene la posibilidad de ganar más si los beneficios crecen.

¿Cuánto puede llegar a pagar la política de dividendos?

A medida que la empresa reparte más beneficios, la cantidad disponible para reinversión en la empresa disminuye.

La adopción de una política de dividendos corresponde a la dirección de la compañía, y depende de sus circunstancias. Ello nos lleva a afirmar que no existe una política de dividendos óptima, ya que habrá tantas como empresas operen en el mercado. Sin embargo, podemos hacer algunas consideraciones al respecto.

En primer lugar, como hemos mencionado, el pago de dividendos es un valor añadido para el accionista. Especialmente si es en metálico, no solo añade rentabilidad a la inversión, sino también previsibilidad. Un factor esencial en el mundo de las finanzas.

Por lo tanto, si una empresa busca maximizar el valor de sus acciones, parecería evidente que el accionista siempre debería ser retribuido todo lo posible. Sin embargo, la realidad no es tan sencilla.

La razón es que, mientras más beneficios se repartan, menos podrán reinvertirse en la empresa. Eso significa que la capacidad de crecimiento de la misma se verá mermada. A largo plazo, sus beneficios pueden estancarse o incluso caer, lo que también repercute negativamente en el precio de las acciones.

Por ello, la política de dividendos suele variar. Las empresas jóvenes, con alto potencial de crecimiento, suelen pagar pocos dividendos y reinvertir la mayor parte de sus beneficios, porque los accionistas valoran más tener una parte de la propiedad de un proyecto en auge.

Por el contrario, en empresas ya estabilizadas, el potencial para crecer suele ser menor. Ese es el motivo por el cual, en muchas ocasiones, los directivos buscan atraer inversores pagando mejores dividendos a los accionistas.  

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Federico J. Caballero Ferrari , 29 de noviembre, 2023
Política de dividendos. Economipedia.com