Seguro flotante
Un seguro flotante, o póliza flotante, es un seguro que permite al asegurado, dentro de unas limitaciones y unas condiciones previamente acordadas, realizar modificaciones en las coberturas que ofrece dicho seguro durante su periodo vigente.
El seguro flotante, también conocido como póliza flotante es, en esencia, un seguro que ofrece una cobertura abierta por parte de la entidad, dentro de unas limitaciones y unas condiciones que han sido previamente acordadas por dicha entidad y el asegurado.
Esta cobertura abierta ofrece, por tanto, la capacidad al asegurado para modificar dichas coberturas a lo largo de la vida del seguro. En este sentido, puede ampliar la cobertura para cubrir nuevos bienes que no poseía anteriormente.
¿Para qué sirve el seguro flotante?
Antes de que se crearan los seguros flotantes, aquellos casos en los que el objeto del seguro varía mucho, como puede ser la plantilla de una empresa (veremos el ejemplo más tarde), requerían mucho tiempo para realizar los trámites administrativos que suponía asegurar a un nuevo empleado cada vez que este entraba a la empresa, así como dar de baja a los empleados que se iban. Este proceso administrativo era muy pesado, pues requería contratar y extinguir contratos constantemente.
Sin embargo, con el seguro flotante, todos estos trámites se agilizaron notablemente. Desde el ordenador de la empresa, o desde el propio smartphone, el seguro flotante permite cambiar o modificar el objeto del seguro.
Todo ello dentro de unas limitaciones, como decíamos, que pactamos previamente con la entidad aseguradora.
Características de un seguro flotante
Así, a modo de resumen, veamos las principales características de un seguro flotante:
- Es un tipo de seguro.
- Ofrece una garantía abierta.
- Es decir, permite ampliar o reducir la cobertura durante la vigencia del seguro.
- Es muy utilizado en el mundo de la empresa.
- En algunos lugares del planeta también se le conoce como póliza automática.
¿Para qué se utiliza un seguro flotante?
Como hemos comentado anteriormente, el seguro flotante nace por la necesidad de simplificar los trámites administrativos en contratos en los que el objeto asegurado está cambiando de forma constante.
De no existir los seguros flotantes, tendríamos que estar continuamente contratando nuevos seguros, a la vez que extinguiendo aquellos que ya no son necesarios. Con el seguro flotante, evitamos esto, pues nos permite cambiar el objeto del seguro de una forma muy sencilla.
Los seguros flotantes son muy útiles, por ejemplo, en concesionarios de coches. En estos concesionarios, muchos coches entran y muchos otros se van; bien porque se han vendido, o porque se han comprado.
Dado que los concesionarios suelen tener sus vehículos asegurados, cuentan con una póliza flotante. De esta forma, cuando un coche entra porque ha sido adquirido por el concesionario, este se incluye dentro de la póliza flotante y ya tendríamos contratada la cobertura. De la misma forma, si vendemos el coche, únicamente tenemos que darlo de baja, por lo que no es necesario extinguir el contrato.
Ejemplos de seguro flotante
Además del ejemplo del concesionario, tenemos otros ejemplos en los que el seguro flotante permite agilizar los trámites administrativos, por ser casos en los que el objeto del seguro varía constantemente.
Un buen ejemplo es el de los seguros de responsabilidad civil que deben tener las empresas, y que cubre a los empleados de accidentes que puedan suceder dentro de la empresa, durante la jornada laboral.
Estos seguros, teniendo en cuenta que la plantilla puede variar con frecuencia, se articulan bajo la modalidad flotante. De esta forma, podemos dar de alta, o de baja, a los empleados cuando estos entran o salen de la empresa. Simplemente notificando a la entidad aseguradora el alta o la baja, el seguro ya estaría modificado, sin necesidad de generar o extinguir contratos.
Asimismo, podemos encontrar otro ejemplo en los seguros contra incendios en empresas en las que el stock varía de forma constante. Debido a la dificultad que supondría tener que contratar un seguro cada vez que llega una nueva mercancía de valor a nuestro comercio, tenemos un seguro flotante que nos permite ampliar la cobertura sobre las nuevas existencias, sin necesidad de, como en otros casos, generar o extinguir nuevos contratos.