Desigualdad, automatización, cambio climático, así como otros temas, marcaron la agenda de la reunión anual del Foro Económico Mundial 2020. Un foro que, con motivo de la celebración de su 50 cumpleaños, estrenaba un nuevo manifiesto por el desarrollo ético y sostenible.
Hace una semana se celebraba la 50ª edición de la reunión anual –el annual meeting– que el Foro Económico Mundial (World Economic Forum, en inglés) celebra en Davos, el pueblo suizo que, por unos días, se convierte en el centro del mundo. Los principales líderes políticos, así como empresariales y civiles, se dan cita en este importante evento —el más notable del año— para tratar los temas más relevantes para el planeta y su economía. En dicho foro, el elenco de asistentes debaten sobre los principales retos, entre los que no ha podido faltar la desigualdad o el cambio climático.
Un evento que cerró con, ni más ni menos, que 222 sesiones y conferencias, así como con una participación estimada de 828 ponentes. Aunque no hubo ausencias notables como las del año pasado, cuando el Presidente Donald Trump hizo saber que no acudiría al evento, sí pudimos observar una clara falta de representación para algunas regiones del planeta. Latinoamérica, por ejemplo, fue, con diferencia, la menos presente en el evento, al no acudir al encuentro líderes tan destacados como los principales mandatarios de las dos economías más poderosas del continente; Jair Bolsonaro y Andrés Manuel López Obrador, presidentes de Brasil y México, los cuales no acudieron al encuentro.
Al margen, sí pudimos ver la presencia de otras destacadas figuras del debate público, así como la del líder norteamericano, que este año no faltó al encuentro; aprovechando el mismo para reunirse con determinados líderes políticos y tratar sus relaciones comerciales con los respectivos países que estos representan. También pudimos ver figuras como Greta Thunberg, abordando su temática sobre el cambio climático y que, a su vez, ocupaba un lugar destacado en la agenda del encuentro. Por último, tampoco se echaron en falta esas figuras clave que acostumbramos a ver en este tipo de reuniones. Figuras entre las que se destacan los responsables de los organismos multilaterales, así como los mandatarios económicos de las principales economías del mundo.
Un nuevo manifiesto por el 50 aniversario
Como eje central de la reunión, el Foro de Davos de este año traía consigo un nuevo manifiesto de la institución. Nuevo manifiesto que, a su vez, coincidía con la celebración del 50º aniversario de la fundación de dicho organismo, presidido y fundado por el economista Klaus Schwab. Un nuevo manifiesto en el que se pretendían incluir los principales retos que en la reunión se abordaban, así como la redefinición de nuestro sistema económico. Una redefinición que trataba de aportar una nueva visión del capitalismo a los agentes socioeconómicos. Visión que haría, por otro lado, el sistema económico más sostenible, inclusivo y ético.
Basado en las empresas, el nuevo manifiesto propone una nueva visión del mundo empresarial. Una visión en la que las empresas, en colaboración con sus stakeholders, tratasen de aportar un mayor valor al mundo. El planeta se enfrenta a grandes retos en los próximos años, lo que, para el organismo, significa la necesidad de una mayor conciencia por parte de las empresas, así como todos los agentes interesados, sobre las necesidades que vive la sociedad y el planeta. El Manifiesto recoge precisamente eso, aquellos principios que las empresas deben considerar prioritarios, primando, en muchos casos, sobre el beneficio económico.
El organismo multilateral, en su intención de hacer un nuevo sistema económico, renovado y más justo de paso, pretende concienciar a los empresarios y las empresas, con este nuevo manifiesto, sobre los problemas que atraviesa nuestro planeta. Problemas que deben ser afrontados desde la colaboración y la comprensión entre todos los interesados y asociados. Como decíamos, basando la estrategia de las mismas que allí se congregaban en una nueva línea de trabajo que no solo pretende acabar con un sistema en el que lo único que prima sobre todas las cosas sea el propio beneficio económico, sino también con una mayor inclusión y una fuerte apuesta por la sostenibilidad del planeta y la paz mundial.
Siete ejes temáticos
Entre la gran variedad de temas escogidos, siete fueron finalmente los temas centrales del encuentro. Entre estos temas, los cuales, pese a la variabilidad, mantienen todos una estrecha relación entre sí, se encuentran temas como, en primer lugar, la refundación de nuestro sistema económico, refundando un sistema capitalista para hacer de el, uno más sólido y sostenible en el tiempo. En segundo lugar podríamos destacar al clima como un eje central del encuentro, abordando la sostenibilidad del planeta como pilar fundamental para el logro de los objetivos planteados.
Incluyendo entre estos temas, se trataron las tensiones geopolíticas que dividen al mundo y que, a su vez, nos impiden seguir una línea de trabajo común. Para ello, en las reuniones se hizo hincapié de la necesidad de una línea de trabajo global, en la que se aunasen las fuerzas de las distintas economías para corregir los desequilibrios que impiden el crecimiento y el desarrollo ético del planeta, en su totalidad.
En tercer lugar, podríamos destacar aspectos tecnológicos como el hacer un mejor uso de la tecnología, así como un desarrollo de la misma más ético y centrado en la mejora de las condiciones de vida. En cuarto lugar, ligando con el tema anterior, también se trató el futuro del empleo. Un futuro automatizado, pero en el que deberíamos actuar basando el desarrollo en unos principios, unos valores, y la ética como eje del desarrollo. Y así, ligando con el quinto punto, se trató el comportamiento de las empresas, haciendo hincapié en una mayor equidad, justicia y valores, apostando por la creación de valor y los valores de la compañía frente al único objetivo de generar beneficio económico para los accionistas.
En sexto y séptimo lugar se encuentran temas más relacionados con la sociedad y el desarrollo humano del planeta. Respectivamente, temas como la salud o la desigualdad marcaron fundamentalmente la agenda de la reunión, destacando la necesidad de hacer de nuestra economía, así como su futuro, una economía más justa e inclusiva, así como saludable para todo el planeta. La salud es fundamental para el desarrollo del planeta, pues aún seguimos conviviendo con una desigualdad que incapacita la llegada de la sanidad a todos los territorios del planeta. Esta inclusión en materia de sanidad y desigualdad cerraban una agenda muy variada y, a su vez, comprometida con todo el planeta.
El clima, eje central del encuentro
Aunque muchos temas fueron los tratados en el encuentro, si uno primó sobre todos ese fue el clima. El desarrollo sostenible, los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), así como todo lo relacionado con la conservación del planeta, centraron la atención de los asistentes en Davos. Junto con la asistencia de la que hoy algunos consideran la figura más relevante en materia de cambio climático, Greta Thunberg, muchos activistas, organismos, así como figuras expertas en la materia pusieron en relevancia la necesidad de hacer de nuestra actividad económica, una actividad sana y sostenible para el planeta.
El cambio climático, ya en los últimos meses, se ha convertido en el epicentro del debate público. Desde la publicación de los ODS, la conservación del planeta se ha convertido en un tema bastante recurrente en este tipo de encuentros. La división que presentan los gobiernos en materia de cambio climático ha sido el principal detonante de que exista tanta insistencia por parte de los ecologistas en concienciar a la sociedad sobre la problemática existente. Las tensiones que han generado las discrepancias entre gobiernos han provocado una paralización en la tarea.
Hemos sido testigos de las amenazas de Trump con salirse de los acuerdos globales en materia de cambio climático, los incumplimientos de determinadas economías emergentes en este campo, así como las tensiones ocasionadas por las discrepancias en base a temas tan irrelevantes para el objetivo común como la capacidad de Greta Thunberg y sus conocimientos en materias como la sostenibilidad del planeta. Tensiones que, a través de estos foros, pretenden disiparse y provocar una mayor concienciación sobre la necesidad de conservar un planeta sin el que no podríamos obtener recursos para el desarrollo económico y humano.
La desigualdad y las tensiones geopolíticas, un lastre para el desarrollo
Al igual que con el clima, la desigualdad y las tensiones geopolíticas fueron temas de gran relevancia en el encuentro. Disipar esta serie de focos de incertidumbre —provocados por las tensiones geopolíticas que mencionábamos— está impidiendo el crecimiento económico del planeta; como bien reflejan las perspectivas que publicaba el Fondo Monetario Internacional (FMI) durante el encuentro.
Tensiones como la guerra comercial, el Brexit, los acuerdos de comercio, así como otros conflictos como los ocasionados por el petróleo, están provocando desequilibrios en el bienestar que, obviamente, inciden en nuestra economía. Tensiones que se abordaron, apostando por el desarrollo de una línea de trabajo común, en la que los países dejasen de lado sus diferencias para trabajar en pro de un futuro más integrado.
De la misma forma, esta desigualdad que persiste en el planeta y que no permite el completo desarrollo inclusivo de todos los países, a su vez, también es un gran generador de tensiones geopolíticas. En el caso de los sucesos ocasionados por el petróleo, en muchos escenarios, la desigualdad ha jugado un papel muy relevante. Hablamos de unas discrepancias que han sido originadas por la competitividad que mantienen determinados países productores de petróleo en materia de precios.
Esta situación, en la que, como dirían los fisiócratas, «el enriquecimiento de unos países genera la crispación de otros«, está provocando unos desequilibrios en materia de igualdad que, pese al crecimiento global, no está viendo reflejándose con uniformidad para la totalidad de los territorios.
Me gustaría saber como van a abordar el tema de la desigualdad, puesto que uno se enriquece gracias a la ineficiencia de otro. La competencia lleva a la demanda hacia el bien o servicio que le brinda mas utilidad.
Debemos entonces sentirnos apenados por el perdedor y ayudar al ineficiente? (Idea absurda, por cierto). O trataban de que se plantearan reglas del juego económico más claras? No comprendí esa parte del Foro.
¡Hola Marce!
Muchas gracias por tu respuesta.
La idea central del Foro es, como poco, brindar las mismas oportunidades a todos los países que integran el planeta, así como abastecer a los mismos de unos servicios mínimos -entre los que se destaca la sanidad-.
El objetivo no está en ayudar al ineficiente, ni permitir la superioridad del desarrollado, sino hacer un mercado más justo y equitativo, donde las oportunidades sean las mismas, mientras que la competitividad sea el factor determinante que los diferencie.
Al final, tristemente, siempre hay unos que ganan más que otros, pero eso es la economía, los recursos son escasos y no podemos contentar a todo un planeta con un raciocinio global.
Un abrazo y espero haberte ayudado.