El TLCAN o Tratado de Libre Comercio de América del Norte se firmó en 1992 y lleva en vigor desde el año 1994. Este acuerdo fijó una zona que permitía el libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. Tras casi un cuarto de siglo en funcionamiento los tiempos han cambiado y es el momento de actualizarlo. La negociación del tratado no va a ser un asunto fácil. Las diferencias entre Estados Unidos y México son evidentes. En Economipedia desvelamos qué hay en juego en el la negociación del TLCAN, también conocido como NAFTA por sus siglas en inglés.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte lleva en vigor muchos años, los tiempos han cambiado y el pacto requiere adaptarlo a los tiempos actuales. La llegada de Trump a la Casa Blanca y su paquete de medidas proteccionistas han provocado que los gobiernos de México, Canadá y Estados Unidos se sienten a negociar.
Diferencias entre México y Estados Unidos
Desde el punto de vista estadounidense, el Presidente Trump aboga por reducir el déficit comercial con México y Canadá. El mandatario estadounidense también quiere poner freno a la deslocalización de empresas y puestos de trabajo hacia México.
En el lado opuesto encontramos a México, la economía más vulnerable que participa en este tratado. La economía mexicana es muy abierta, sin embargo, no está lo suficientemente diversificada y existe una fuerte dependencia del mercado estadounidense, dado que más del 86% de sus exportaciones se destinan a Estados Unidos y Canadá.
Las fuertes diferencias fundamentalmente entre México y Estados Unidos han dado lugar a un proceso de negociación. Al frente de las conversaciones se encontrarán Robert Lighthizer representando a los Estados Unidos, mientras que Kenneth Smith y Salvador Behar encabezarán el equipo de negociación mexicano.
Las diferencias están a flor de piel. México no quiere que las relaciones con su principal socio comercial se vean truncadas por una posible ruptura del TLCAN y Trump insiste en reducir el desequilibrio comercial con México y lograr el retorno a Estados Unidos de aquellas empresas que se deslocalizaron hacia México.
Ante un posible escenario de ruptura, la confianza de los inversores en América del Norte quedaría muy dañada y las relaciones comerciales en la zona quedarían reguladas por las normas de la Organización Mundial del Comercio. Ésto conllevaría que los productos de Estados Unidos tuviesen que soportar un arancel del 3,5% para poder entrar en el mercado mexicano.
¿Qué aspectos se están negociando?
La regulación de los aranceles y tarifas sobre el comercio electrónico va a ser un aspecto clave a tener en cuenta en las negociaciones del TLCAN. Uno de los grandes objetivos es lograr la eliminación de los aranceles al comercio electrónico para facilitar la salida de las pequeñas empresas más allá de los mercados locales.
En este aspecto la disputa está servida. En México los productos entran libres de impuestos cuando el pedido no supera los 50 dólares, mientras que en Canadá no se deben superar los 20 dólares para evitar el pago de impuestos y Estados Unidos ha aumentado la cuantía de 300 a 800 dólares. Al tener un límite tan elevado, en Estados Unidos están entrando productos libres de impuestos que no cubren con las normativas sanitarias y fitosanitarias.
Por otro lado, también existe una falta de consenso entre lo que se considera comercio electrónico. Las distintas representaciones de los tres países tienen conceptos muy distintos sobre lo que debe ser considerado comercio electrónico.
La economía colaborativa será un elemento clave a tratar en las conversaciones por el TLCAN. Plataformas como Uber se han desarrollado rápidamente en México, por lo que la delegación de los Estados Unidos hará una férrea defensa de los intereses de este tipo de empresas. Las compañías estadounidenses ven un mercado muy atractivo en México, por lo que el equipo negociador de Washington trabajará para reducir o eliminar las trabas que ciertos municipios mexicanos oponen a las plataformas de economía colaborativa.
Muy importante será el consenso que se logre en lo referente a propiedad intelectual. El software es un elemento de controversia. Mientras que en México el software queda protegido a través de los derechos de autor, en Estados Unidos se considera una patente. En este sentido, las empresas del sector y los estadounidenses presionaran para que el software tenga una protección similar a la que se ofrece en Estados Unidos.
La industria automotriz también será otro asunto que quedará regulado en la actualización del tratado. Las reglas de orígen van a ser una cuestión fundamental del debate. Por reglas de orígen se entienden una serie de normas que obligan a que el 62,5% de los componentes en los autómoviles procedan de norteamérica. Las industrias automotrices de México, Canadá y Estados Unidos están de acuerdo en mantener la regla de orígen del 62,5% y abogan por el libre comercio. Por el contrario, el representante estadounidense Robert Lighthizer es partidario de establecer unas reglas de orígen por país.