A día de hoy, muchos se preguntan qué sería de Centroamérica si sus países estuvieran unidos. ¿Cuál sería el peso político y económico de este hipotético país? ¿Qué habría pasado si la República Federal de Centroamérica, fundada en 1824, hubiera perdurado en el tiempo?
Doscientos años después de independizarse de España y de México, es decir, dos siglos más tarde, en países como Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, muchos ciudadanos se preguntan si una Centroamérica unida hubiera sido una potencia económica, una nación sólida y próspera.
Hay datos que invitan a pensar que, efectivamente, una Centroamérica unida hubiera sido una potencia económica a tener en cuenta. El conjunto de estas cinco naciones, todas unidas, reuniría a una población superior a los 46 millones de personas, siendo su producto interior bruto (PIB) anual equivalente a 180.000 millones de euros (200.000 millones de dólares). Y es que debemos saber que hablamos de una extensión territorial que rondaría los 420.000 kilómetros cuadrados.
Más aún, si incluimos a Panamá en la ecuación, el país no solo incrementaría su población, su PIB, y su extensión territorial, sino que, de la misma forma, el hipotético país se convertiría en, por ejemplo, el primer exportador de piñas en el mundo. Además, de igual manera, esta hipotética nación podría ser la segunda mayor exportadora de bananos en el planeta, así como la tercera en productos tan demandados por la sociedad como el café.
Sin embargo, si tan prometedores parecen estos cálculos, ¿qué ocurrió para que se frustrase un proyecto de unión política como era la República Federal de Centroamérica? ¿Por qué no han forjado unos lazos comerciales que les permitan, hoy, aunar su poderío económico? ¿Cuáles serían los beneficios si los países centroamericanos uniesen su músculo económico?
En Economipedia lo hemos analizado, ¡Veamos!
Una efímera República Federal de Centroamérica
«La República Federal de Centroamérica, ya desde su inicio, encontró problemas en su intento de consolidarse.»
Tras independizarse de España, México, con Agustín de Iturbide al frente, se anexionó importantes extensiones de territorio que corresponden hoy a los Estados de Honduras, Guatemala, Costa Rica, El Salvador y Nicaragua. Sin embargo, la caída de Iturbide en 1823 trajo consigo la independencia de Centroamérica, que se constituyó como república federal, uniéndose las cinco economías que conformaban dicha república bajo una misma constitución y una misma bandera.
El liderazgo de la República Federal de Centroamérica recayó en Francisco Morazán. Sin embargo, la división era más que evidente entre los pueblos que integraban aquel Estado. Todo el espectro político, desde liberales a conservadores, se hallaba sumido en profundos enfrentamientos.
Como consecuencia de ello, en 1839 quedaba disuelta la República Federal de Centroamérica. Además, dicho sea de paso, el propio Francisco Morazán fue ejecutado mediante fusilamiento.
Conviene señalar, por último, que la República Federal de Centroamérica, en la que se enfrentaron partidarios de la unión y defensores de su disolución, no solo tuvo que sufrir graves divisiones internas, sino que tampoco contó con el reconocimiento internacional.
Así, Gran Bretaña por ejemplo, la nación con la que mantenían el mayor volumen de intercambio comercial, jamás reconoció a la República Federal de Centroamérica.
En resumen, la República Federal de Centroamérica, ya desde su inicio, encontró problemas en su intento de consolidarse. Pues, con lo que no pudieron las fracturas internas entre gobernantes, acabó Reino Unido, así como los numerosos escollos que el proyecto de nación debía enfrentar para subsistir.
¿Y si Centroamérica volviera a unirse?
«Resulta evidente que los indicadores económicos mejorarían, pero la unión política también se plasmaría en una mejora de los indicadores sociales y de desarrollo.»
Historiadores, analistas políticos y economistas parecen ponerse de acuerdo en que una unión política y económica traería grandes beneficios para Centroamérica.
Un Estado fuerte y unido traería consigo un régimen transparente organizado en forma de democracia liberal y con un sistema económico de libre mercado. De este modo, Centroamérica gozaría de una mayor relevancia política no solo en América, sino en todo el mundo. Más aún, Centroamérica sería un actor político a tener muy en cuenta en grandes foros internacionales como la ONU.
No obstante, cabe decir que estas ventajas no solo serían políticas, sino también económicas.
Como anteriormente explicábamos, la suma del PIB de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica rondaría los 180.000 millones de euros (200.000 millones de dólares). En otras palabras, la unificación podría traer un incremento de la riqueza.
Otro aspecto a destacar es que la dotación de recursos naturales de Centroamérica mejoraría.
Así, el nuevo país que surgiese dispondría de mayor cantidad de madera, piedras preciosas y tierras de cultivo. Desde el punto de vista ecológico, la hipotética república concentraría el 10% de la riqueza biológica mundial.
Por tanto, es muy probable que con la unión los indicadores económicos mejorasen, pero además podría haber una mejora de los indicadores sociales y de desarrollo. Gracias por ejemplo al buen nivel de alfabetización que mantiene Costa Rica, que podría contribuir a elevar el del resto de Estados.
Entonces, ¿por qué Centroamérica no avanza hacia la integración económica?
La verdadera realidad de la integración centroamericana
«Para alcanzar la prometedora prosperidad de una Centroamérica unida, no solo se hace necesario que estos países alcancen una posición común a la hora de suscribir tratados comerciales.»
Hacia 1960, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador pusieron en marcha un proceso de integración económica. Se trataba del Mercado Común Centroamericano (MCCA). La finalidad era consolidar una unión aduanera, dando lugar a una zona de libre comercio y pactando con sus integrantes una política comercial.
Sin embargo, la realidad ha resultado desalentadora, pues si tomamos los datos de 2019 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el comercio intrarregional solo significa el 26,3% de las exportaciones de Centroamérica. Estaríamos ante un bajo nivel de comercio intrarregional si lo comparamos con el caso asiático, que llega al 46%, y no digamos ya si hablamos de Europa, donde el comercio intrarregional se sitúa en el 65%.
La razón de este bajo nivel de comercio entre los países centroamericanos se explica porque aún persisten las barreras no arancelarias. En otras palabras, todo se debe a trabas administrativas, requerimientos técnicos y normativa sanitarias y fitosanitarias.
El transporte también ha supuesto un hándicap en la integración económica centroamericana, pues los costes logísticos son elevados y la infraestructura de la región presenta importantes carencias.
También la ausencia de una política comercial común está perjudicando económicamente a Centroamérica. En otras palabras, los países centroamericanos no han unido fuerzas a la hora de negociar un arancel exterior común, sino que alcanzaban acuerdos de manera bilateral con los socios comerciales intrarregionales. Todo ello les ha conducido a una posición de debilidad en materia comercial.
Y es que, como muchos analistas también afirman, podemos considerar, también, la desunión como el factor que permitió el desarrollo de unos países, como Costa Rica, que supieron gestionar mejor la situación que otros. Esta hipotética unión genera miedos entre los que suscriben esta teoría, pues consideran determinadas economías un lastre para el desarrollo de otras.
Asimismo, conviene resaltar el poderío de Guatemala, que, como capital, concentró gran parte de las riquezas de este país. Unos privilegios que llegaron a la capital de la «nueva nación», generando tensiones en territorios que, habiéndose integrado en esta república, se sentían abandonados.
Por lo tanto, para alcanzar la prometedora prosperidad de una Centroamérica unida, no solo se hace necesario que estos países alcancen una posición común a la hora de suscribir tratados comerciales y que sus Gobiernos apuesten de manera decidida a profundizar en la integración económica, sino que, además, deben eliminarse esas tensiones que, causadas por las numerosas divergencias culturales, económicas, así como por otros factores, mantienen los territorios que en esta hipotética nación convivirían.
¿Y tú? ¿Qué opinas de una Centroamérica unida?
Eddy Igarza Naranjo dice
Una Centroamérica unida, sería una buena idea. Comparten, idioma, costumbres, historia y un origen muy similar, pero agregue los enemigos comunes que tendrá esa integración. El artículo roza con la punta de un pelo el problema. Lamentablemente, sus economías no son dependientes.