Análisis de inversiones
El análisis de inversiones estudia potenciales inversiones tratando de estimar el resultado que se espera obtener de cada posible inversión. Su objetivo es determinar si es conveniente o no llevar a cabo ese proyecto, teniendo en cuenta criterios como su viabilidad o la rentabilidad esperada.
Se entiende por inversión aquel proyecto que exige un desembolso económico y que, de ponerse en marcha, permitiría obtener un determinado beneficio en un futuro próximo.
El beneficio contable, ingresos y gastos, queda desplazado por los flujos de caja, cobros y pagos.
Generalmente, el análisis de inversiones guarda relación con el mundo empresarial. Cuando hablamos de proyectos.
También podríamos llamar análisis de inversiones al análisis de empresas o fondos para invertir en bolsa. Sin embargo, si estás buscando análisis de inversiones en bolsa, te recomiendo ver la definición de análisis bursátil, donde está más detallado los análisis de este tipo de inversiones.
Objetivos del análisis de inversiones
El análisis de inversiones tiene como objetivo principal evaluar los flujos de caja que se recibirán tras realizar una inversión y así ser capaz de determinar si es una inversión rentable, cuánto de rentable y en cuánto tiempo se recupera la inversión.
Con esos datos, el inversor podrá decir si realizar o no esa inversión
¿Cómo realizar un análisis de inversiones?
Un buen análisis de inversiones deberá enfocarse desde dos ángulos de estudio, uno cualitativo y otro cuantitativo.
La parte cualitativa, deberá tener en cuenta la evaluación estratégica para asegurar que la inversión es consistente con la estrategia de la compañía en el corto, medio o, incluso, largo plazo.
Por contra, la parte cuantitativa, bajo el prisma de ciertos cálculos matemáticos, intentará determinar la rentabilidad, el riesgo y la liquidez necesaria para acometer el proyecto.
- Análisis cualitativo: Respecto a la vertiente cualitativa, se tienen en cuenta sus características, ventajas e inconvenientes y relaciones frente a otros proyectos vivos o incipientes dentro de la misma organización, entre otros muchos más aspectos, antes de iniciar el proyecto.
- Análisis cuantitativo: Sobre la vertiente cuantitativa, el objetivo es determinar si la inversión generará más dinero del que absorba. Para ello, se evalúan tres criterios clave: la rentabilidad esperada del proyecto, el riesgo a asumir mediante su puesta en marcha y la liquidez necesaria. La simulación de los resultados se realiza bajo distintos puntos de vista o distintos escenarios, optimista, neutral y pesimista, generalmente.
Métodos de análisis cuantitativos
El análisis de inversiones tiene en cuenta los flujos de caja o cash-flow, no los beneficios contables. El beneficio contable no refleja necesariamente la verdadera situación financiera de la compañía, por lo que no se deben efectuar planificaciones partiendo de él.
Además, debe considerar el valor del dinero en el tiempo o inflación, ya que lastrará la rentabilidad del proyecto cuando sea elevada. Por eso, a mayor inflación o riesgo, mayor rentabilidad exigiremos al proyecto.
Se clasifican en dos grupos: métodos estáticos y métodos dinámicos.
- Métodos estáticos: No tienen en cuenta la inflación. Entre ellos destacan el método de payback o plazo de recuperación de la inversión, el flujo neto de caja y la tasa de rendimiento contable.
- Métodos dinámicos: Sí tienen en cuenta la inflación y, para ello, aplican un tipo de descuento. Entre ellos se encuentran el VAN, la tasa interna de retorno, el payback de recuperación descontado (incorpora la inflación) y el criterio del flujo neto de caja total por unidad monetaria invertida.
Tipos de inversiones
Las inversiones pueden clasificarse según distintos criterios. En este caso, se atiende a la función que cumplirá el proyecto dentro de la compañía.
Así pues, algunos ejemplos de inversiones empresariales y sobre los cuales se llevan a cabo dichos análisis suelen ser los siguientes, aunque el abanico es mucho más amplio:
- Inversiones estratégicas: Alineadas con la estrategia de la compañía en el medio o largo plazo. Pueden ser fusiones y adquisiciones o la venta de negocios propios o infraestructura estratégica para la organización.
- Inversiones de crecimiento: Orientadas a incrementar niveles de ventas. Bien mediante incrementos de la producción de bienes, bien mediante la apertura de nuevos canales de venta, nacionales o extranjeros.
- Inversiones de reemplazamiento: Mediante la adquisición de maquinaria de producción nueva. La cual, incorpore nuevas tecnologías orientadas a incrementar la eficiencia y reducir costes.
- Inversiones de mantenimiento: A través de la compra de bienes de equipo nuevos a causa del deterioro de los actuales. Siendo estos necesarios para dar continuidad a la producción del bien o servicio.
- Inversiones impuestas: En cuyo caso no vienen motivadas por causas económicas. Sino por otros factores externos como el cumplimiento de leyes o la adaptación a nuevas regulaciones, por ejemplo.
El análisis de inversiones deberán llevarlo a cabo no solo aquellas compañías que busquen ampliar su actividad, sino también los futuros empresarios que estén valorando levantar un negocio, con independencia de su naturaleza. Al fin y al cabo, inversión y emprendimiento tienen una relación muy estrecha.