Banca de reserva fraccionaria
La banca de reserva fraccionaria es un sistema bancario en el que los bancos mantienen en reservas una fracción de los depósitos de sus clientes. Esta fracción se conoce como coeficiente de caja.
Bajo un sistema bancario de reserva fraccionaria, los bancos no tienen obligación de mantener el 100% de los depósitos de sus clientes en sus reservas. De esta manera, pueden prestar una parte de los depósitos, lo que les permite obtener beneficios y remunerar a los ahorristas. Este sistema se basa en la asunción de que los depositantes jamás retirarán todo su dinero al mismo tiempo.
La banca de reserva fraccionaria permite que ocurra un fenómeno denominado multiplicador bancario. El multiplicador bancario es el efecto de expansión de la cantidad de dinero que se produce cuando un banco recibe un depósito y solo mantiene una fracción en reserva, prestando el resto. Al prestar el dinero que se le deposita, el banco permite que dos personas a la vez tengan el mismo dinero. Este proceso se repite cuando el receptor del préstamo deposita su dinero en un banco. Es por esto que la base monetaria no coincide con los agregados monetarios (M1, M2, M3…).
Implicaciones de la banca de reserva fraccionaria
La reserva fraccionaria implica que los bancos están en constante riesgo de insolvencia, ya que no pueden hacer frente a una retirada masiva de depósitos. Cuando se produce esta situación de retirada masiva de fondos se produce un llamado pánico bancario.
Para mitigar este riesgo constante, el sistema de reserva fraccionaria suele contar con un prestamista de última instancia. Este prestamista se encarga de inyectar liquidez a los bancos en situaciones complicadas para evitar los pánicos bancarios. En la mayoría de los casos el prestamista de última instancia es el Estado a través del banco central. Es el mismo banco central el que fija qué porcentaje de los depósitos debe mantener un banco en sus reservas. Este porcentaje se denomina coeficiente de caja, y es uno de los mecanismos de política monetaria de los que disponen los bancos centrales.