Barings Bank
El Barings Bank, cuyo origen se remonta a 1762, fue la entidad bancaria más antigua de Inglaterra. Sin embargo, en 1995 el banco quebró como consecuencia de las operaciones especulativas de uno de sus empleados, el trader Nick Leeson.
Una extensa trayectoria de más de dos siglos de historia había hecho del Barings Bank el banco más longevo de Inglaterra. La entidad había desempeñado un papel clave financiando a Gran Bretaña en conflictos como las guerras napoleónicas.
Tampoco hay que olvidar que fue un banco muy importante a la hora de financiar las dos contiendas mundiales, pues proporcionó la liquidez que el gobierno británico necesitaba en aquellos momentos tan apurados.
El banco llegó a gozar de un gran prestigio, llegando a tener entre sus clientes más destacados a la familia real británica. Con el tiempo, el Barings Bank adoptó una estrategia de expansión. Precisamente, en el marco de esa expansión, las acciones de su responsable en Asia condujeron al Barings Bank al colapso en 1995.
Nick Leeson, el hombre que llevó a la quiebra al Barings Bank
Nacido en la ciudad inglesa de Watford en 1965, Nick Leeson trabajó en entidades del sector financiero como Coutts y Morgan Stanley. En 1989, Leeson pasó a formar parte de la plantilla del Barings Bank.
Sin embargo, a su paso por Morgan Stanley ya había operado con futuros y opciones.
Al incorporarse al Barings Bank fue destinado a Asia, hasta llegar a ser designado director general de la oficina de Opciones y Futuros de Singapur en 1992. De este modo, se convirtió en el responsable de riesgos y de la gestión interna de la empresa, quedando al frente de las operaciones del Barings Bank en el continente asiático.
El camino hacia el colapso
Inicialmente, Nick Leeson trabajaba con futuros de manera convencional. Pero, ante la posibilidad de obtener mayores ganancias, optó por aumentar sus niveles de apalancamiento.
Leeson había pasado a ser un trader muy reputado y valorado por sus superiores, lo que le permitía una gran libertad de movimientos. Sin embargo, un día sufrió pérdidas.
Para evitar dar parte de dichas pérdidas a sus superiores, optó por crear la denominada cuenta 88888. De este modo, escondía las pérdidas, a las que se refería como errores de back office. En otras palabras, estaba contabilizando las pérdidas como errores de administración y gestión.
Pero las pérdidas de Leeson no fueron algo puntual y empezaron a acumularse. Las operaciones negativas no dejaban de engrosar la cuenta 88888, que en 1994 llegaron a la escandalosa cifra de 208 millones de libras. Cada operación que cerraba en negativo, llevaba a Leeson a incrementar de manera excesiva el apalancamiento. Esto llevó al propio Leeson al extremo de adquirir y traspasarse futuros a sí mismo.
Especulando con Japón
En 1995 se produjo el terremoto de Kobe, una catástrofe natural en Japón que no solo arrasó sus infraestructuras, sino que también provocó un colosal desplome del índice japonés del Nikkei y que causó estragos en la economía nipona.
En medio de aquella tragedia, Leeson vio una oportunidad y apostó por un fuerte apalancamiento en contratos del Nikkei y derivados de divisas. Leeson había hecho una apuesta muy arriesgada al creer que el selectivo japonés permanecería estable después del terremoto de Kobe.
A los ojos de Leeson, la reconstrucción suponía un suculento negocio, pues significaba préstamos para financiarla, grandes contratos de obra, etc. Todo ello había llevado a Leeson a adquirir alrededor de la mitad de los futuros del Nikkei.
Los pronósticos de Leeson no se cumplieron y el Banco de Japón optó por sufragar la reconstrucción del país con bonos del estado. Esto implicaba que los inversores extranjeros como Leeson no podrían beneficiarse de la reconstrucción. Todo ello precipitó la caída del Barings Bank.
El final del Barings Bank
Finalmente, los auditores inspeccionaron las cuentas de Leeson. El resultado de la auditoría fueron unas pérdidas valoradas en 827 millones de libras (dos veces el capital de comercio del propio Barings Bank).
Pese a que el gobierno británico intentó rescatar el Barings Bank, la situación era insalvable y el 26 de febrero de 1995 se anunció la quiebra de la entidad bancaria más antigua de Inglaterra.
Por su parte, Leeson se dio a la fuga, aunque finalmente fue detenido en Alemania y extraditado en noviembre de 1995 a Singapur. Tras declararse culpable de haber falsificado documentación y de ocultar información a los auditores, fue condenado a seis años y medio de cárcel. No mucho después fue puesto en libertad debido a que padecía un cáncer de colon al que logró sobrevivir.
Respecto al Barings Bank, la entidad fue adquirida por el banco holandés ING al precio de 1 libra. Precisamente, fue la entidad holandesa la que asumió las deudas del Barings Bank.
Posteriormente, Nick Leeson publicó su autobiografía bajo el título Rogue Trader y, en 1999, se estrenó un largometraje de idéntico título en el que el actor Ewan McGreegor interpretaba a Leeson.