Industria naciente
La industria naciente es un argumento para justificar la protección a los empresarios locales de un determinado sector. Así, el fundamento consiste en que, si el sector está en una etapa inicial de crecimiento, los productores no deberían enfrentar en una situación de desventaja a la competencia extranjera.
En otras palabras, con el argumento de la industria naciente, los países pueden explicar por qué están protegiendo a los productores en cierto mercado. Esto puede ser, por ejemplo, con la imposición de aranceles altos.
La idea es que la industria protegida se desarrolle hasta alcanzar economías de escala y pueda competir en igualdad de condiciones con las empresas extranjeras.
Origen del argumento de la industria naciente
El argumento de la industria naciente fue inicialmente planteado por Alexander Hamilton and Friedrich List. Esto, a principios del siglo XIX.
El argumento fue aplicado principalmente para justificar medidas proteccionistas en industrias incipientes, particularmente, en países en vías de desarrollo.
Posteriormente, el argumento fue perfeccionado por John Stuart Mill, quien señaló que una industria debe ser protegida solo si será viable sin protección una vez que alcance madurez.
Asimismo, Charles Francis Bastable añadió otra condición, que el beneficio neto acumulado obtenido por la industria protegida sea superior al coste acumulado de la protección otorgada por el Estado.
Formas de protección a la industria naciente
Las formas de proteger una industria naciente pueden ser variadas. Pueden imponerse, por ejemplo, aranceles o impuestos a la importación. De ese modo, se limita la entrada de productos extranjeros al mercado local.
Otra medida que puede tomar el gobierno es el establecer cuotas a la importación. De esa manera, se establece un límite cuantitativo (en unidades importadas) al ingreso de mercadería del exterior. Esto, para cada uno de los socios comerciales.
Cabe aclarar, además, que todas estas barreras, en teoría, deben ser removidas una vez la industria entre en una etapa de madurez. Sin embargo, en la práctica, esto es complicado por los intereses económicos en conflicto. Así, los empresarios protegidos pueden ejercer presión para evitar que se le retiren los beneficios.