Intereses acumulados
Los intereses acumulados son los intereses generados en un periodo de tiempo determinado y que no han sido pagados al correspondiente acreedor.
En el ámbito financiero y contable, el concepto de intereses acumulados se refiera al volumen de intereses pendientes de pago en un momento dado.
Estos ingresos en los que se incurre y no han sido satisfechos en un punto determinado del calendario de pagos o cuotas.
A la hora de acometer una determinada inversión o financiación, es necesario tener en cuenta la asunción de un volumen de intereses generados.
Dicho lo cual, los intereses que se generan o acumulan pueden ser abonados o satisfechos en cada cuota o en el vencimiento del crédito o préstamo.
Los mismos se disponen en calendarios de pago que consisten en la unión de una devolución de un principal más intereses calculados atendiendo a distintos criterios.
Rasgos principales de los intereses acumulados
Este tipo de interés cuenta con algunas características a tener en cuenta:
- Distinta perspectiva: Contablemente, estos intereses pueden considerarse como gastos (para el prestatario) o como ingresos (para el prestamista)
- Elemento de cálculo: Conceptualmente, los intereses acumulados son localizables en tipos de interés compuesto. Es decir, aquel interés calculado sobre un principal y los intereses pendientes de pago.
- Relevancia de la duración: En préstamos o créditos de larga duración es habitual la asunción de mayor nivel de intereses y, por lo tanto, mayores volúmenes de intereses acumulados.
- Exigencia de cobro: En ocasiones, las entidades acreedoras establecen incentivos al pago de intereses periódicos y la reducción de su acumulación. No obstante, el calendario de pagos es acordado al inicio de cada préstamo.
Por otro lado, en el día a día económico y financiero también es frecuente denominar estos intereses como rendimientos acumulados, especialmente en lenguaje crediticio.
Intereses acumulados y bonos
En el ámbito específicamente inversor, es habitual encontrar esta denominación. Esto sucede en casos en los que se acumulan intereses de bonos.
Los mismos son posteriormente pagados por medio de un proceso de pago de intereses de bonos. El calendario que establece los mismos depende de cada entidad financiera.
La fórmula más habitual es el pago de intereses por medio de cupones de periodicidad semestral.
Así ocurre en otros tipos de valores como por ejemplo la renta fija. Cuando se adquiere un título es necesario desembolsar en mercado su precio de mercado adicionalmente aquellos intereses nacidos desde la última fecha en que haya se pagado.