Sensibilidad de un bono
La sensibilidad de un bono es un indicador de riesgo que tiene en cuenta la duración de ese activo. Esto es, cómo afecta al precio un movimiento adverso en el tipo de interés.
Actúa como indicador de riesgo en la medida en que señala que, a mayor duración de un bono, mayor será su sensibilidad a cambios en los tipos de interés.
Carece de fórmula matemática y, generalmente, el concepto de sensibilidad suele ser tratado como sinónimo de la duración modificada.
Es un aspecto clave en la gestión de riesgos de aquellas carteras que contienen renta fija.
La sensibilidad de bono explicada
La renta fija no es fija, a menos que se mantenga hasta su vencimiento. Recordemos que el precio de un bono está sometido a la volatilidad de los tipos de interés y que estos dos conceptos se mueven bajo una relación inversa.
Esto provoca que la rentabilidad efectiva del bono pueda no coincidir con la señalada en el momento de la compra del título si tenemos pensado venderlo antes de su vencimiento. La sensibilidad mide, a través de la duración modificada, el impacto negativo que pueda sufrir el precio de un bono ante movimientos adversos en los tipos de interés. Por ello, se expresa en negativo.
Por tanto, la duración es clave tanto para valorar y analizar un bono, como para gestionar el riesgo de una cartera de renta fija, cuyos bonos no siempre se mantienen hasta su vencimiento. Gracias a ella podemos cubrir parte del riesgo de tipos de interés coordinando los flujos de los activos y pasivos de una cartera, por ejemplo, de un fondo de pensiones. Aquí hay que cuadrar los pagos periódicos a la base de pensionistas con los flujos que generan los activos de la cartera (además de aportaciones de los partícipes y revalorización de la cartera).
Formas de calcular la sensibilidad de un bono
Existen dos formas de calcular la sensibilidad de un bono. Así, dependiendo de la que utilicemos, existirán diferentes interpretaciones:
- Duración de Macaulay (o duración a secas): Expresa en número de años la cantidad de tiempo necesaria para recuperar la inversión, teniendo en cuenta los flujos de caja o cupones a recibir durante la vida del título. La duración no es equivalente al plazo de tiempo que queda hasta el vencimiento, sino a la media de los plazos hasta el vencimiento de cada cupón ponderados por los valores actuales relativos de cada flujo.
- Duración modificada: Expresada en porcentaje, gira en torno a la elasticidad del precio del bono frente a movimientos en los tipos de interés, el factor de descuento.
Duración, herramienta clave para inmunizar carteras frente al riesgo de tipo de interés
La duración nos permite y anticiparnos para contrarrestar el beneficio o pérdida obtenido con la compra de un bono, derivados del cambio del precio por movimientos en los tipos. Permite identificar rápidamente qué bono está más expuesto a movimientos adversos en los tipos:
- Subida de tipos: Si anticipamos entornos de subidas de tipos, buscaremos reducir al máximo la duración de nuestra cartera. Es decir, inmunizarla para evitar que la TIR sea inferior al rendimiento inicial al que el inversor compró los bonos. Una estrategia de inmunización puede ser vender futuros sobre los bonos que tengamos en cartera. Todo lo que hagamos para recibir el efectivo más rápido, reducirá la duración. De esa forma, neutralizamos la posición y reducimos el riesgo de la caída del precio.
- Bajada de tipos: Si prevemos bajadas de tipos, intentaremos comprar bonos de mayor duración.
Otros factores que influyen en la duración y sensibilidad
Sin embargo, tengamos en cuenta que la duración también se ve afectada por otros factores:
- Tiempo hasta el vencimiento del bono: A mayor plazo de tiempo, mayor duración y sensibilidad.
- Cupón del bono: A mayor cupón, menor duración y sensibilidad.
- Frecuencia de pago de cupón: A mayor frecuencia, menor duración y sensibilidad.
- TIR exigida hasta vencimiento o YTM (yield to maturity): Es el factor de descuento utilizado para para calcular el valor actual de un bono. Si esta aumenta, el valor actual de los flujos más lejanos en el tiempo cae y, por tanto, la duración también (asumiendo constante el tipo de cupón y el vencimiento).
De hecho, la relación que existe entre los cuatro factores anteriores y la duración es la siguiente, tanto para la de Macaulay como para la modificada. Ante un aumento de los tipos, el número de años para recuperar la inversión aumenta (duración Macaulay) y el precio del bono cae (duración modificada):
- Si cupón = 0: La duración en años será igual al plazo de vencimiento del bono, porque el bonista recupera su inversión íntegra a vencimiento, sin flujos intermedios. A estos bonos se les denomina bonos cupón cero.
- Si el cupón = YTM, en un bono bullet: La duración en años será inferior al plazo de vencimiento del bono, porque el bonista recibe flujos intermedios de su inversión antes del vencimiento. La demanda del bono no se ve modificada y, por tanto, tampoco su precio oscila.
- Si el cupón < YTM, en un bono bullet: El bono tendería a depreciarse si el tipo de mercado es inferior al cupón que ofrece el bono. Esto se traducirá en una caída de su demanda, ya que los inversores buscarían rentabilidades superiores, y ello abarataría el precio, caería. Por tanto, disminuiría su duración en años.
- Si el cupón > YTM, en un bono bullet: El bono tendería a apreciarse si el tipo de mercado es superior al cupón que ofrece el bono. Esto se traducirá en un aumento de su demanda, ya que los inversores querrán beneficiarse de mejores rentabilidades, y ello encarecería el precio, subiría. Por tanto, aumentaría su duración en años.
Debilidades de la duración
No incluye el riesgo de insolvencia del emisor ni tiene en cuenta la amortización anticipada del bono. Así como tampoco asume cambios en la cantidad o vencimiento de los flujos esperados, en el caso de los convertibles o de los flotantes.