Tecnología inteligente
La tecnología inteligente es aquella que, mediante procesos automatizados, estudia y toma decisiones a partir de datos recopilados.
Es decir, la tecnología inteligente consiste en analizar una gran serie de datos para tomar acciones.
El objetivo final de este tipo de tecnología es conseguir realizar los procesos por la vía más eficaz y eficiente.
Características de la tecnología inteligente
Las características de la tecnología inteligente se pueden sintetizar en tres factores:
- La eficiencia: En este aspecto se entiende como eficiente aquello que podemos conseguir sin consumir más recursos de los que realmente necesitamos. Si la tecnología inteligente nos ayuda a determinar en qué épocas del año es más conveniente sembrar ciertas semillas, por ejemplo, estaremos ahorrando en agua, energía y trabajo.
- La eficacia: Consiste en conseguir la meta propuesta aspirando a ser la solución más cercana a la perfección. Un ejemplo es cuando mediante tecnologías inteligentes se nos hace saber cuál es el mejor momento para comer, dormir e incluso tener un hijo, basándose en nuestros datos personales.
- Evitar el error humano: Sin embargo, todas estas conjeturas y cálculos en términos de eficiencia y eficacia se pueden conseguir sin necesidad de acudir a la tecnología inteligente. La contraparte, es que lleva más tiempo, y que, en medio de ese exhaustivo estudio hecho a mano, pueden surgir errores humanos que desemboquen en errores en cadena, lo que exigiría repetir el proceso una y otra vez hasta dar con el resultado deseado.
A pesar de que las tecnologías inteligentes son el presente y futuro del progreso humano, aún no se han podido perfeccionar hasta el punto de conseguir independizarnos de la mano de obra. Ejemplos de tecnologías inteligentes que aún necesitan de un gran avance son los asistentes de voz y los coches inteligentes.
No se debe confundir el término ‘automático’ con el término ‘inteligente’. El primero indica una posible actividad programada que, en ocasiones, ignora su entorno. El segundo se refiere a la realización de aquellas actividades que tiene en cuenta todos los factores que sean relevantes.
Por ello, debemos diferenciar, por ejemplo, entre un automóvil automático (que no necesita marchas) y un automóvil inteligente, el cual puede ser automático o no, pero debe reunir otra serie de requisitos adicionales.
Derivados de la tecnología inteligente
La tecnología inteligente como tal no es una rama específica, sino más bien un conjunto de tecnologías que utilizan procesos de automatización, inteligencia artificial o big data, entre otros.
Algunas de las tecnologías que se basan en el concepto ‘inteligente’ son:
- Ciudades inteligentes. Más conocidas como smart cities, son aquellas que aspiran a utilizar recursos e información para hacer la vida de sus habitantes más fácil y sostenible.
- Hogares inteligentes. La piedra angular de este tipo de hogares es la eficiencia energética, y con ello la sostenibilidad en masa de urbanizaciones, pueblos, ciudades, etc.
- Contratos inteligentes. Los contratos inteligentes se basan en su mayoría en la tecnología blockchain, o de cadena de bloques. Este tipo de tecnología establece que, si en el contrato el suceso ‘A’ se da o no, habrá una respuesta tipo ‘B’, o ‘C’, dependiendo del suceso ‘A’. Por ejemplo, si el alquiler de una vivienda se paga, entonces la cerradura inteligente del inmueble aceptará mi entrada como inquilino a la vivienda. Si, por el contrario, no he abonado mi cuota de alquiler, la cerradura del inmueble me denegará la entrada.
Como podemos observar, las aplicaciones de las tecnologías inteligentes tienen un abanico de opciones muy amplio, y prácticamente no existen restricciones a la hora de desarrollarlas.
Ejemplos de productos y servicios inteligentes
A continuación, vamos a destacar algunos ejemplos de productos y servicios que giran en torno a las distintas tecnologías inteligentes:
- Móviles, relojes y televisores inteligentes: Estos dispositivos nos hacen la vida más fácil, y en ocasiones nos dan información que no hemos pedido explícitamente, pero nos puede ser útil. Todo esto a cambio de nuestros datos, claro está. Cuando este tipo de dispositivos nos muestra nuestras horas de sueño, las series que nos recomiendan o la publicidad que nos parece más relevante, no es una causa aleatoria, recopilan nuestra forma de proceder en ellos para ofrecernos una experiencia personalizada.
- Chatbots: Este tipo de comunicación se está dando cada vez más en las webs, ofreciendo una asistencia virtual al visitante de dicha web. El objetivo de los chatbots no es otro que poder responder a las dudas del usuario sin tener que utilizar el factor humano.
- Aspersores y conductos de riego inteligentes: Estos productos se basan en la meteorología y la época del año, entre otros factores, para dotar de agua a los cultivos de la forma más eficiente posible. Con ello, el desperdicio de agua se reduce a cifras mínimas en comparación a si lo hiciéramos de forma analógica o manual.
A pesar de que se han expuesto solo algunos ejemplos, la tecnología inteligente, a medida que su desarrollo crezca y se innove en otros sectores, irá dando cada vez más aplicaciones que pasen de estar en fase de I+D (investigación y desarrollo) a ser un producto o servicio sólido.