Teoría general del empleo, el interés y el dinero
La Teoría general del empleo, el interés y el dinero es la obra más importante del economista natural de Gran Bretaña John Maynard Keynes. Fue publicada en febrero de 1936 y tuvo como consecuencia una revolución en el pensamiento económico sin precedentes. Este libro es comúnmente conocido entre los economistas como la «General Theory».
La Teoría general del empleo, el interés y el dinero, documento publicado tras la crisis de 1929 (conocida como la Gran Depresión), dio lugar a lo que hoy conocemos como «Revolución Keynesiana». En su obra, Keynes argumenta qué relación guardan entre sí el empleo, la renta y los tipos de interés.
El motivo por el que su obra provocó una vuelta de tuerca al pensamiento económico de la época fue la situación en la que se publicó. En su obra intentó, y de hecho lo consiguió, explicar cómo la situación económica que dominaba los Estados Unidos se podía revertir con una serie de medidas. Dichas acciones trataban, en definitiva, de reactivar el crecimiento económico, alterando los factores que lo componen.
Factores que determinan el crecimiento económico
John Maynard Keynes afronta en su libro lo que él entiende que son los dos problemas fundamentales por los que se produce una insuficiencia de demanda en los años 30 que impide salir de la crisis a Estados Unidos: el desempleo y la deflación. Y para combatirlos pretende estimular la demanda global.
Bajo el supuesto que la demanda global es igual a la oferta global, tomaremos como referencia la fórmula del PIB:
PIB = C + I + G + (X – M)
En la fórmula C representa el consumo de las familias, I representa la inversión, G el gasto público, X las exportaciones y M las importaciones.
Así, para que el PIB aumente debemos, por lógica matemática, llevar a cabo una serie de medidas para que aumente el consumo (C), la inversión (I) el gasto público (G) y las exportaciones netas (X-M), es decir, que aumente la diferencia entre lo que vendemos al exterior (exportaciones) y lo que compramos del exterior (Importaciones).
Consumo (C)
Según la Teoría General, el consumo depende fundamentalmente de la renta disponible. Para aumentar la renta disponible del conjunto de la economía, se debe, en primera instancia, reducir el nivel de desempleo hasta donde la técnica, los recursos y el costo de los factores permitan.
Finalmente, el empleo está determinado, según el economista británico (Keynes), por tres factores: la propensión marginal a consumir, la eficiencia marginal del capital y la tasa de interés. Es decir, si aumentamos la renta disponible (la renta de la que disponemos tras la intervención de los gobiernos) aumentará el consumo. Sabiendo esto, la principal fuente de la que un ciudadano obtiene su renta es el empleo. En un entorno como el de la Gran Depresión, con un desempleo desorbitado, era necesario abordar el problema de raíz. De esta manera, la difícil empresa de reducir el desempleo al máximo posible pasaba por alterar los factores que determinaban el desempleo según Keynes. Para ello Keynes señala que para el funcionamiento eficiente de la economía es necesaria la intervención gubernamental. En conclusión, teniendo en cuenta la importancia capital del empleo sobre la renta disponible, para que esta sea la máxima posible, debemos reducir los impuestos.
Inversión (I)
La inversión depende, tal como dice la teoría económica de Keynes, de los tipos de interés y del crecimiento de los ingresos. Depende de los tipos de interés porque, cuanto más barato sea financiarse, más aumentará la inversión. Por ejemplo, ceteris paribus, es más probable que un empresario se plantee pedir un préstamo si el tipo de interés que tiene que pagar es de un 1% que si el tipo de interés que tiene que pagar es de un 10%. El primer tipo de interés, más barato, da mayor margen de error en las estimaciones de rentabilidad. En el segundo préstamo, el más caro, el empresario se ve obligado a rechazar todas aquellas inversiones cuya rentabilidad estimada sea inferior al 10%. Por último, la inversión también depende del crecimiento de los ingresos. Si un empresario gana más, es probable que invierta más unidades monetarias. La principal medida que propone Keynes pasa por bajar los tipos de interés para fomentar la inversión.
Gasto público (G)
El gasto público o consumo público incluye todo el gasto gubernamental de un país. Según Keynes, el Estado debía incurrir, si fuera necesario, en un aumento del déficit público temporalmente para reorientar el crecimiento económico. A través de un aumento del gasto público, se construyen infraestructuras públicas, como escuelas, hospitales, carreteras, red de telecomunicaciones, etc. Gracias a eso se reduce el desempleo, puesto que el Estado necesita mano de obra.
Exportaciones netas (X-M)
Por último, las exportaciones netas son la diferencia entre lo que vendemos a otros países y lo que compramos de otros países. Con el fin de aumentar las exportaciones netas, Keynes propuso devaluar el tipo de cambio, es decir, devaluar la moneda del país. Cuanto más barata sea nuestra moneda, argumentaba Keynes, más probable será que vendamos más al exterior.
En conclusión, en Estados Unidos coexistían desempleo y deflación, y Keynes propuso un modelo que explicara cómo combatir esos dos males. Ese modelo no es otro que el de la demanda global.
Crítica al modelo keynesiano
Las medidas propuestas por Keynes funcionaron muy bien hasta 1970. Dicho año se dieron a la misma vez inflación y desempleo. El economista británico pensó que desempleo e inflación no podían coexistir por el simple hecho de que una reducción del desempleo mengua la renta disponible. Con una renta disponible a la baja no tenía sentido pensar en una subida de los precios.
En 1970 tuvo lugar una inflación producida no por la demanda, como había pensado Keynes, sino por la oferta. La inflación estuvo producida por un aumento de los costes en la energía. De ahí que surgieran muchas críticas a su modelo de parte de lo que se considera el pensamiento económico neoclásico, así como del pensamiento económico neoliberal.