Transición del feudalismo al capitalismo
La transición del feudalismo al capitalismo es el periodo de cambio que vivieron las economías agrícolas y rurales a finales de la Edad Media, a partir del cual, estas economías comenzaron a industrializarse y organizarse en núcleos urbanos. Y es que este proceso de transición se inicia al final de la Edad Media, pero llega hasta el siglo XVIII.
Este gran cambio supuso pasar de una economía agrícola a una economía en la que se buscaba obtener ganancias basadas en la propiedad privada de los medios de producción y la libre competencia.
Por tanto, hablamos de sociedades que evolucionaron, pasando de organizarse mediante el modo feudal, es decir, sociedades de campesinos bajo la protección de señores feudales, a organizarse como sociedad de patrones (también llamados capitalistas) y obreros.
Son diversas las crisis sociales y económicas que llevaron a Europa a evolucionar de una economía feudal a una economía capitalista. Para ello, conviene analizar las etapas clave que influyeron en este gran cambio económico y social.
Crisis del siglo XIV y otros factores determinantes
El siglo XIV trajo consigo hambrunas y enfermedades como la Peste Negra (1348). Todo ello supuso una caída drástica de la demografía, acompañada por un modelo económico feudal que era incapaz de dar respuesta a las necesidades de la población.
El desarrollo tecnológico de la Edad Medieval era escaso, los señores feudales no eran capaces de sacar partido de los excedentes y la actividad económica se concentraba en las zonas rurales. De ahí que las ciudades, al igual que la burguesía, jugasen un papel secundario en la economía.
Sin embargo, tras el siglo XIV, el feudalismo comienza a decaer. Surgen los primeros Estados, decrece el poder de la nobleza, terminan el vasallaje y la servidumbre, las transacciones comerciales se monetizan y aumenta el comercio marítimo.
Más allá del final de la Edad Media, otro elemento de gran importancia en esta transición son las revoluciones que tienen lugar en el siglo XVIII. A nivel económico tiene un impacto decisivo la revolución industrial, mientras que en el plano político resultó decisiva la revolución francesa.
¿En qué aspectos se manifiesta este proceso de cambio?
El gran cambio que vive el mundo cuando abandona el feudalismo y abraza el capitalismo se ve plasmado en todos los aspectos. Así, desde el punto de vista económico, encontramos una evolución en la composición sectorial del PIB, que pasa de ser una economía en la que el sector primario, el agrícola, centraba todas las miradas, a ser una economía en la que las ciudades ganan importancia y va ganando importancia el modo de producción industrial.
A nivel social se produjo un importante cambio de una sociedad estructurada en estamentos (nobleza, clero, campesinos) a una sociedad organizada en clases, en la que la posición de cada individuo viene determinada por la riqueza. A su vez, la burguesía irá ganando en influencia.
En el plano religioso, en la Edad Media, la religión ocupaba un papel central en la vida de las personas. Sin embargo, con el transcurso de los siglos, será el hombre quien ocupe un papel protagonista frente a la religión.
Desde el punto de vista político, esta transición supondrá el final de las monarquías autoritarias. Así, surgen los Estados modernos que, al concluir la Edad Moderna, terminarán avanzando hasta adoptar como sistema político la democracia liberal.
¿Dónde se desarrolló esta transición?
La transición del feudalismo al capitalismo tuvo su principal impacto en Europa y no se desarrolló de manera uniforme en todos los países. Así, Inglaterra sería el primer país en llevar a cabo esta tradición debido al gran impacto que tuvo la Revolución Industrial. Por su parte, en Francia resultó determinante la revolución francesa, que supuso el fin del Antiguo Régimen y consolidó las ideas liberales. Por el contrario, España sería un país más rezagado en esta transición.
Resulta especialmente llamativo el caso de Rusia. Pues su sociedad mantenía muchas características de la sociedad feudal incluso a comienzos del siglo XX. De ahí que el descontento social terminase provocando una revolución en 1917.
También resulta destacable el caso de un país como Japón. Anclado en una sociedad feudal, con un profundo respeto por las tradiciones, el país había permanecido bastante aislado de las ideas procedentes del extranjero. Sin embargo, el siglo XIX supuso una transformación radical del país, pues los japoneses terminaron abriéndose de manera abrupta al capitalismo.