Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
El TLCAN o Tratado de Libre comercio de América del Norte , firmado en 1992 por Canadá y Estados Unidos, es un gran acuerdo de libre comercio que, posteriormente, se amplió a México.
La implantación del TLCAN ha contribuido a reducir o eliminar numerosas barreras al comercio en Norteamérica. A diferencia de la Unión Europea, no es una institución con poder político, pero el tratado sí que es gestionado por un Secretariado que, entre otras cosas, tratará de solventar cualquier disputa comercial que se produzca entre los países miembros.
Objetivos del TLCAN
Como cualquier tratado comercial, el TLCAN busca impulsar el libre comercio en América del Norte, avanzando en la reducción y supresión de barreras comerciales como los aranceles. Ahora bien, la eliminación de los obstáculos al comercio no es su única finalidad. Así pues, las metas de este acuerdo comercial son las siguientes:
- Reducir o suprimir obstáculos al libre comercio, fomentando la circulación de bienes y servicios entre los estados firmantes.
- Impulsar una competencia justa, en la que se respeten las leyes de la competencia.
- Una decidida defensa de la propiedad intelectual.
- Contar con un mecanismo que permita dar respuesta a las posibles disputas que puedan tener lugar en materia comercial.
- Fomentar la cooperación entre los estados firmantes.
- Crear unas condiciones que estimulen la inversión.
Organismos supervisores
A pesar de no ser una entidad supranacional, el TLCAN es un acuerdo que requiere una gestión y supervisión. Por ello, al calor de este acuerdo, surgieron una serie de organismos que se encargan de supervisar y gestionar el modo en que se aplica el Tratado.
De entre las diversas instituciones surgidas fruto del TLCAN, cabe destacar el papel del Secretariado del Tratado de Libre Comercio. Así, este organismo debe actuar de manera ecuánime a la hora de resolver cualquier conflicto comercial que surja entre los estados firmantes. Este organismo no solo dará respuesta a las disputas que tengan lugar entre gobiernos, sino que deberá resolver los conflictos que puedan producirse entre empresas en el plano industrial.
Al abarcar a México, Canadá y Estados Unidos, la Secretaría del Tratado de Libre Comercio tiene sede en los tres países, quedando ubicada en las tres capitales: Ottawa, Washington y México D.F.
Las consecuencias del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
Entre los efectos más destacados del Tratado de Libre Comercio de América del Norte se encuentra un considerable incremento del comercio entre Estados Unidos, México y Canadá. De este modo, los tres países se han visto beneficiados por las ganancias del comercio. Y es que, la eliminación de los obstáculos al comercio ha permitido a canadienses, mexicanos y estadounidenses acceder a unos bienes a precios más bajos. Todo ello se ha plasmado en un aumento del bienestar de las clases trabajadoras en México que, con la disminución de precios, han podido adquirir una serie de bienes que antes solo estaban al alcance de a las clases medias.
También la industria mexicana del automóvil se ha visto considerablemente beneficiada por el aumento de sus exportaciones. De hecho, gracias al TLCAN, México se ha convertido en el primer exportador de automóviles de Estados Unidos.
No obstante, no todos los efectos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) han sido positivos. Así, en los distintos sectores económicos, encontramos quién gana y quién pierde. En este sentido, las empresas estadounidenses comenzaron a exportar productos agrícolas libres de aranceles a México al tiempo que el gobierno mexicano recortó los subsidios agrarios. Ante la incapacidad para competir con los productos estadounidenses, aumentó masivamente el desempleo en el sector agrícola mexicano.
Por otra parte, la Inversión Extranjera Directa (IED) en México por parte de Canadá y Estados Unidos ha aumentado considerablemente. Si bien esto es positivo para el crecimiento de la economía mexicana, también termina por convertirse en un arma de doble filo, pues cada vez, México muestra una mayor dependencia comercial de Estados Unidos.
Conclusión
En conclusión, el TLCAN ha ayudado a reducir o eliminar numerosas barreras al comercio, impulsando la inversión extranjera y dotando a México, Canadá y Estados Unidos de una herramienta para resolver posibles disputas en materia de comercio. Más aún, el libre comercio entre los tres países ha estimulado el crecimiento económico y ha mejorado la competitividad, pero aún quedan muchos desafíos pendientes.
El desempleo causado en el sector primario mexicano es uno de los principales problemas que afrontar, sin olvidar las tensiones comerciales que han tenido lugar con Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos. Y es que, el mandatario estadounidense, buscando unas condiciones más favorables para las empresas de su país, renegoció las relaciones comerciales con Canadá y México, poniendo fin al TLCAN y dando lugar al TMEC (Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá). De este modo, el TMEC es un acuerdo mucho más estricto en cuestiones laborales y también en lo relativo a la industria del automóvil.