El colosal Airbus A380 dice adiós y, como el mítico Concorde, se suma a una triste lista de aviones que son un prodigio de la ingeniería pero que no son rentables económicamente. La retirada de este modelo de avión, más allá de su salida del mercado, tiene importantes repercusiones sobre las aerolíneas, sobre la propia Airbus y sobre el empleo.
Los dos gigantes del sector aeronáutico son la estadounidense Boeing y la europea Airbus. En su pugna con Boeing, Airbus optó por lanzar al mercado el A380, un gran avión de pasajeros de dos pisos, con capacidad para más de 500 pasajeros y con un coste unitario de 445,6 millones de dólares.
Así pues, Airbus lanzó una arriesgada apuesta, creyendo que las compañías aéreas se decantarían por grandes aviones. Se esperaba que el A380 fuese la respuesta a las demandas de mercados de gran crecimiento como Oriente Próximo y Asia. Prueba de ello es que Singapore Airlines fue la primera compañía en comprar el A380, sin olvidar los importantes pedidos que efectuó Emirates.
Sin embargo, el A380, que efectuó su primer vuelo comercial en 2007, se topó con una delicada situación económica, pues se acababa de desencadenar una gran recesión a nivel mundial. Los efectos de la crisis económica se hicieron notar en todos los sectores, el consumo decayó profundamente, afectando también a los viajes, a las compañías aéreas y a la industria aeronáutica.
Las compañías aéreas buscan aviones más pequeños y eficientes
La demanda del jumbo ya de por sí era baja en los últimos años y la situación del A380 se agravó sobre todo cuando Emirates, el principal comprador de este tipo de avión, comenzó a cancelar pedidos. Estamos hablando de que de un total de 337 unidades del A380, 160 fueron adquiridas por Emirates. Estos datos vienen a ilustrar que, tener una gran dependencia de un único cliente, no es una buena estrategia empresarial.
Si bien los grandes aviones como el A380 gozan de buena fama entre los pasajeros, no han respondido a las necesidades de las compañías aéreas. Por lo visto, las líneas aéreas consideran que el A380 es un avión excesivamente grande. Y es que, si un avión con tantas plazas queda vacío o tiene muchos asientos vacantes, la rentabilidad económica de los vuelos se esfuma.
Tampoco podemos olvidar que las subidas de los precios de los combustibles han afectado notablemente a las compañías aéreas. Por tanto, el consumo de un coloso como el A380 no es que sea algo precisamente barato para las aerolíneas.
Otro hecho que ha contribuido a la retirada del A380 ha sido la tendencia de las compañías aéreas a adquirir aviones de menor tamaño. En este sentido, las aerolíneas apuestan por aviones de Airbus y Boeing con idéntico alcance, pero capaces de transportar un menor número de pasajeros. Así pues, las aerolíneas muestran una clara preferencia por aviones de menor tamaño y con una mayor eficiencia en lo que a consumo de combustible se refiere.
Consecuencias económicas
Más allá de los factores que han llevado a fracasar al A380, conviene también valorar los efectos que ha tenido la retirada de este modelo. La decisión de poner fin a la retirada de un proyecto tan grande tiene importantes efectos en la cotización de las acciones, en el empleo y en el conjunto de la economía.
Efectos sobre la cotización
Una de las primeras consecuencias afecta a la cotización de las acciones de Airbus. Los inversores suelen valorar positivamente las buenas noticias, lo que da lugar a que se produzca un incremento en el valor de las acciones. Pues bien, el abandono de un proyecto poco rentable como el A380 ha sido considerado por los inversores como una buena noticia. Así, la decisión de la aeronáutica europea ha sido acogida por los inversores de manera muy positiva, lo que ha dado lugar a que las acciones de Airbus se sitúen muy próximas a su máxima valoración histórica (111,16 euros por acción).

Por otra parte, el sector
aeronáutico está marcado por una intensa competencia entre la europea Airbus y
la estadounidense Boeing. Sin embargo, el valor en bolsa de Boeing es muy
superior al de Airbus, doblando los 85.000 millones de euros en los que está
valorada la empresa europea. Por tanto, como parte de una estrategia destinada
a reducir esa diferencia de capitalización, entre otras medidas, se ha optado
por el cese de la producción del A380.
Despidos y costes de cierre
Ahora bien, desechar la producción del A380 no le va a salir gratis a Airbus, de ahí que haya llevado a cabo una provisión extraordinaria por valor de 463 millones de euros. Recordemos que las provisiones consisten en reservar una serie de fondos para hacer frente a futuras obligaciones. Pero, ¿cuáles son esas obligaciones por las que Airbus ha dotado tan importante provisión? Pues bien, la respuesta es que la compañía aeronáutica deberá afrontar los costes de cierre.
No obstante, el fin del colosal avión de Airbus tendrá consecuencias negativas sobre el empleo. Este gran proyecto europeo implicaba a gran cantidad trabajadores en centros de producción situados en España, Francia, Gran Bretaña y Alemania. Todo ello provocará reestructuraciones de plantilla, dando lugar a miles de despidos.