Dada la extensión geográfica, sus recursos y el tamaño de sus poblaciones, China e India suelen protagonizar buena parte de las noticias económicas en Asia. Se esperaba mucho de India, sin embargo, pese al crecimiento económico del 7,2% en el último trimestre, la economía india no ha experimentado una explosión tan espectacular como en el caso de China.
Con una población de alrededor de 1.300 millones de personas, se cree que India volverá a ser la nación con un crecimiento económico más rápido. Sin embargo, hay datos y realidades que lastran el avance de la economía india. Así pues, India se consolida como el segundo mayor mercado de internet a nivel mundial, no obstante, no toda la población dispone de acceso a internet. Únicamente el 30% de los indios disponen de acceso a internet, aunque se prevé que esta cifra aumentará considerablemente a lo largo de los próximos cuatro años.
Sanidad y educación, el talón de aquiles
Hay que reconocer que en India se están haciendo importantes esfuerzos en lo que a progreso tecnológico se refiere. Pese al éxodo rural, un amplísimo sector de la población vive de la agricultura. El sector agrícola se ha visto duramente castigado por la sequía, que ha afectado notablemente a las cosechas y también por el incremento que han experimentado los precios. Quienes trabajan en el mundo de la agricultura se han visto perjudicados por una caída en los ingresos, al tiempo que han tenido que hacer frente a unas deudas cada vez más agobiantes.
Para mayor dificultad de la India y del análisis de su economía, hay que señalar que el 90% de su actividad económica se considera economía sumergida. Y es que la mano de obra india presenta graves carencias. El bienestar de la población afecta directamente en la calidad y cantidad de la mano de obra. He aquí dos aspectos fundamentales: la sanidad y la educación. Pues bien, India presenta importantes deficiencias en ambas materias. Su sistema sanitario no le permite contar con trabajadores en buen estado de salud, por no hablar de los problemas de malnutrición que padece parte de la población. Por otro lado, la tercera parte de los hogares indios carecen de electricidad, mientras que la mitad no pueden disponer de agua corriente.
Es evidente que India cuenta con graves problemas de desarrollo en lo que afecta a sanidad y educación. Un dato que refuerza este hecho es el elevado analfabetismo que padece parte del país, pues 300 millones de personas son analfabetas.
Avanzando por el camino de las reformas
La compleja estructura del estado indio también supone problemas para el gobierno a la hora de recaudar impuestos. Existía una gran fragmentación entre los 29 estados que conforman la India, aunque el gobierno central se ha puesto manos a la obra, llevando a cabo una importante reforma en materia de impuestos. Prueba de ello es la creación de un impuesto indirecto que se aplicará en todo el país.
Las relaciones de una economía con el resto del mundo también influyen en su desarrollo y en su bienestar económico y social. A diferencia de China, India se encuentra mucho menos expuesta a los mercados internacionales, por lo que no puede aprovechar las múltiples ventajas que brinda el comercio internacional. En este sentido, India, un país de tradición proteccionista, se encuentra inmerso en un paulatino proceso de apertura al libre comercio.
Ahora bien, el gobierno indio, encabezado por Narendra Modi ha llevado a cabo importantes reformas económicas en los últimos tres años, disminuyendo las subvenciones a la gasolina y permitiendo el trasvase de sectores de la economía sumergida a la economía formal.
Para continuar avanzando en el proceso de apertura al comercio internacional, se han hecho meritorios avances en lo que a inversión extranjera directa se refiere. Sectores como la aviación, la medicina, la construcción o el ferrocarril, han visto cómo se suprimían las restricciones que les afectaban. Las empresas extranjeras ya no deben someterse a una normativa tan exhaustiva. Un claro ejemplo es que ahora están exentas de aprovisionarse de un 30% de bienes locales durante un periodo de tres años.
Estas reformas, que dan mayor facilidad a las empresas extranjeras, se traducen en una mejora de la inversión extranjera directa en la India, que ha pasado de significar el 1% del Producto Interior Bruto en 2014 a suponer el 2% del PIB actual. Y es que la eliminación de los obstáculos al libre comercio permitirá a la India mejorar sus niveles de empleo y acceder a un mayor abanico de bienes y servicios, mejorando su bienestar y sus niveles de desarrollo económico. Pese al difícil panorama social, con graves carencias en sanidad y educación, se estima que a través de este proceso de apertura, unos 500 millones de personas podrían salir de la pobreza. Todo parece indicar que la clave está en la apertura de India al comercio internacional.