Pasan los días y cada vez está más cerca el 31 de octubre, fecha límite para que Gran Bretaña abandone la Unión Europea. Todo parece indicar que, con Boris Johnson como primer ministro, habrá un Brexit duro, una salida del Reino Unido sin acuerdo. Pero, ¿cuáles serán las consecuencias económicas?
Comencemos por explicar en qué consiste un Brexit duro. Pues bien, un abandono de la Unión Europea sin acuerdo significaría estar fuera de la Unión Europea inmediatamente llegado el 1 de noviembre. Así, Reino Unido dejaría de formar parte de dos elementos clave en la Unión Europea: el Mercado Común y la Unión Aduanera.
Los británicos también saldrían inmediatamente de los organismos de cooperación judicial y policial, sin olvidar que ya no tendrían la obligación de aportar unos aproximadamente 11.200 millones de dólares a los presupuestos europeos. Tampoco habría que olvidar que nos encontraríamos con mayores trabas en lo que se refiere a la circulación de personas.
Los efectos que tendría un brexit sin acuerdo no solo perjudicarían a Gran Bretaña, sino al conjunto de la Unión Europea. Entre muchas de las repercusiones que podrían tener lugar se encuentran una contracción del producto interior bruto, el establecimiento de aranceles, la caída de la libra y un aumento del desempleo. Así pues, vamos a analizar cada uno de los posibles efectos.
Caida del PIB y retroceso del comercio
Un Brexit sin acuerdo terminaría por provocar una gran caída del Producto interior bruto (PIB) británico estimada en el 5,5%. Se trataría sin duda de un gran frenazo a la economía del Reino Unido. Gran Bretaña, fuera del mercado común, debería pagar aranceles por los tan necesarios productos agroalimentarios y los precios de los alimentos se verían incrementados, lo que podría reflejarse en un incremento de la inflación del 5%. No solo aumentarían los precios, sino que al tener que hacer frente a unas importaciones de alimentos más caros, Reino Unido podría enfrentarse a problemas de abastecimiento.
Con Gran Bretaña fuera del marco de la Unión Europea, se diría adiós a la libre circulación de mercancías y personas. Esto supondría que las relaciones comerciales con Gran Bretaña se regirían por las normas de la Organización Mundial del Comercio, teniendo que afrontar aranceles e inspecciones en las aduanas.
Además, Reino Unido podría provocar la pérdida de dos millones de empleos de Estados Unidos. El país norteamericano se aprovecha de las condiciones para entrar en el mercado europeo. Es decir, Reino Unido actúa como una puerta de entrada. En caso de que se diera un Brexit duro, Estados Unidos dejaría de entrar por esta vía.
Sectores más afectados
No solo Reino Unido sería el único país que sale perdiendo, pues con las importaciones encareciéndose y trabas administrativas en las aduanas, España sería uno de los grandes perjudicados. Prueba de ello es que Reino Unido es el tercer mayor mercado de exportación para los productos españoles. Entre los sectores más castigados por el Brexit se encontrarían el turismo, las empresas del sector agroalimentario y las compañías industriales.
Especifiquemos cómo afectaría esto a los sectores más castigados. Pues bien, en el caso del automóvil, las autoridades británicas estarían barajando un incremento de los aranceles para proteger la producción nacional en caso de darse un Brexit duro.
El turismo también es un sector fundamental en las relaciones comerciales con Gran Bretaña, pues esta clase de servicios turísticos suponen el 32% de las exportaciones españolas al Reino Unido. Y es que, con la libra perdiendo valor, los turistas británicos verían caer su poder adquisitivo, frenando su consumo en las zonas de destino, como sucedería en España. Todo ello supondría un retroceso para la economía española, donde el turismo se ha consolidado como el sector económico más importante.
El desplome de la libra
No es nada nuevo que el Brexit haya perjudicado a la libra esterlina. De hecho, esto lleva sucediendo desde junio de 2016, cuando los británicos dieron luz verde al abandono de la Unión Europea mediante un referéndum. Desde entonces, la libra se ha desplomado un 15%. Sin embargo, con una ruptura sin acuerdo, esta tendencia podría agravarse. Y es que, las empresas extranjeras que desarrollan sus negocios en territorio británico verían caer las posibles ganancias a repatriar en euros. En este sentido, las empresas más perjudicadas serían las compañías del sector de la construcción y de la hostelería, puesto que reciben sus ingresos en libras.
Aunque si lo vemos desde otra perspectiva cabe la posibilidad de que la depreciación de la libra esté descontando un Brexit duro. ¿Qué quiere decir esto? Que igual, en caso de darse este escenario, dado que está descontado, la libra no seguiría cayendo de forma prolongada.
Aumento del desempleo
Una de las consecuencias de la reducción de los flujos comerciales y de la caída del PIB es el aumento del desempleo. Tomemos como referencia un estudio de la Universidad Católica de Leuven, que estima que se destruirían 1,7 millones de empleos en Europa. Entre los más afectados se encontrarían los británicos con la pérdida de más de medio millón de puestos de trabajo, siguiéndoles Alemania con 291.000 empleos destruidos y en tercer lugar Francia, que perdería más de 140.000 puestos de trabajo. Si, por el contrario, se lograse alcanzar un acuerdo con un Brexit menos abrupto, dejando claras cuáles serían las relaciones económicas con la Unión Europea, la pérdida de empleos sería mucho menor tanto en Europa como en el Reino Unido.
Un espacio aéreo colapsado
Otra consecuencia que vale la pena mencionar y no es citada de forma frecuente es el colapso del espacio aéreo. Para que una aerolínea despegue en una ciudad comunitaria y aterrice en otra ciudad también de la Unión Europea necesita una licencia. Dicha licencia, concedida por la UE exige varios requisitos. Entre ellos, que la mayoría del capital de la compañía se encuentre en espacio europeo.
Lo anterior provoca que para realizar vuelos intraeuropeos la compañía deba ser europea por ley. La salida de Reino Unido provocaría, por tanto, que compañías como Iberia, Vueling o British Airways (con capital británico y del grupo IAG) deban abandonar sus rutas intracomunitarias. Dicho de otro modo, si quieres viajar con Iberia de Madrid a Barcelona, el avión debe ir de Madrid a una ciudad británica y luego de la ciudad británica a Barcelona.
Esto podría suponer por un lado una debacle financiera para estas compañías y, por otro, una reducción de la oferta de vuelos. Y, por ende, una subida de los precios de los mismos. Y esto no es cosa menor, el grupo al que pertenecen Iberia, Vueling y British Airways (IAG) transportó durante 2018 a cerca de 100 millones de pasajeros en vuelos intracomunitarios.
Ricardo Matheus dice
Interesante perspectiva sobre la salida y sus consecuencias. No había leído antes cómo podría afectar al negocio del transporte aéreo. Específicamente el caso de Iberia, considerada línea aérea bandera de España. Indudablemente tendrá efectos adversos en el intercambio agropecuario con énfasis en particular en productos frescos. Mucho que negociar detalle a detalle.
José Francisco López dice
Así es Ricardo, hay muchísimos detalles.
Un saludo y gracias por comentar.
Honorio Gonzàlez dice
Que Iberia sea "considerada lìnea aèrea bandera de España" es puro discurso, si fuera asì no le aplicarìan esas restricciones. De hispa sòlo tiene el nombre, ahora es brtànica, por eso la preocupaciòn.
Marcela dice
Muy buen artículo, es de considerar lo referente al turismo, importante en la economía de muchos países.
Saludos,
Marcela
José Francisco López dice
Gracias Marcela, siempre es un placer aportar nuestro granito de arena.
Nos alegramos mucho de que confíes en Economipedia. Un saludo
LibCan dice
Desde el referendum se espera una catástrofe económica que no ha pasado ni parasará, por una razón muy simple UK tiene el poder y el potencial para contrarrestar cualquiera de esas predicciones, por ejemplo un modelo fiscal a la Irlandesa o inclusive podrían ir más lejos y emular modelos económicos de muy baja fiscalidad y peso del Estado como el de Hong Kong lo cual pondría de rodillas a una UE cada vez más regulada, estatista y subvencionada, además las empresas ya tienen preparados los planes de contigencia para cualquier escenario, así que en realidad los que realmente deberían están precupados por el Brexit son los eurócratas bien pagados de la EU ya que como esto salga bien, otros países se marcharán ya que esta idea de pasar de un estupendo mercado común a un gobierno común de tecnócratas afrancesados fue lo peor que se les pudo ocurrir a las élites intelectuales europeas.