Con el objetivo de suplir a Estados Unidos en su balanza comercial, China impulsa, y firma, el mayor acuerdo comercial de la historia.
La crisis que originó el COVID-19 supuso, en todo el planeta, un shock de dimensiones históricas. Sin precedente alguno, el COVID, como si de un cisne negro se tratase, sacudió los cimientos en los que se sostenía nuestra sociedad actual, desmontando ese gran Estado de bienestar en el que creíamos vivir. Una situación que ha puesto el mundo patas arriba, generando, al igual que amenazas, oportunidades que, en el caso de determinados países, pretenden aprovecharse.
La paralización forzosa de la economía, en aras de contener la expansión del virus por otros territorios inexplorados para este, despertó grandes tensiones que, por el momento y ante el contexto vigente, se mantenían suspendidas. Tensiones que tenían que ver con un comercio internacional en el que China y Estados Unidos, las dos potencias económicas en el planeta, se debatían entre la ruptura y la alianza entre ambas economías. Un conflicto que, antes de la pandemia, se presentaba como uno de los grandes retos económicos, de acuerdo con la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Así, la guerra comercial, que mantenía Donald Trump con el mandatario chino, Xi Jinping, supuso una fuerte paralización en los flujos comerciales a lo largo y ancho del planeta. La imposición de aranceles y sanciones, en un escenario de gran hostilidad, provocó un tira y afloja entre las dos economías, provocando con ello que esas transacciones que retroalimentaban su relación disminuyesen notablemente. Las cuales, a la luz de los datos de comercio a nivel global, registraron caídas muy profundas a cierre del ejercicio pasado.
En el caso de Estados Unidos, la respuesta, aun manteniendo las conversaciones con China para alcanzar un acuerdo, fue el apoyo en otros tratados que, como el T-MEC, han sido muy fructíferos para la economía norteamericana. Las relaciones con México y Canadá experimentaron un fuerte impulso, llegando a registrar datos de comercio con el país azteca nunca vistos. Tanto es así que, de acuerdo con los datos que ofrece la OMC, México, además de haber registrado un volumen de transacciones que no obedecía al pesimismo de la pandemia, se ha convertido, en sustitución de China, en el principal socio comercial del país anglosajón.
Una situación que “dejaba coja” a la economía China, que, a diferencia de Estados Unidos, veía como su comercio con el que hasta ahora había sido su principal socio comercial venía reduciéndose desde el inicio de las tensiones. Es por ello que, atendiendo a los datos de comercio que mostraba el país asiático, China, al cierre del ejercicio pasado, registraba un superávit comercial bastante menos abultado que el que mostraba cuando las relaciones no se encontraban suspendidas. Durante los cuatro últimos meses del año, dicho indicador registró decrementos que mostraban el fuerte impacto, muy dañino, dicho sea de paso, de dicho conflicto para el dragón asiático.
La respuesta estaba por llegar
Como venía comentándose, la respuesta de Estados Unidos, en un escenario en el que las negociaciones se encontraban prácticamente suspendidas, fue el apoyo de sus dos principales socios comerciales. El T-MEC, que rebautizaba el acuerdo alcanzado en el año 1994 con ambos países, el TLCAN, se convertía en la mejor herramienta de presión para un país que precisaba recuperar las relaciones con su principal comprador. Y es que, tanto es así que, desde el año 1994 hasta el cierre del 2018, el volumen de comercialización entre México y EEUU pasó de 82.000 a 612.000 millones de dólares, un aumento del 651%, mientras que los intercambios entre México y Canadá́ se incrementaron 808% durante el mismo periodo de tiempo. Unos datos que servían para demostrar a China el poder de la economía estadounidense, así como la escasa necesidad de los Estados Unidos de depender de China en materia comercial.
A esto, se le sumaron las declaraciones que hacía el mandatario al inicio de la pandemia. La paralización forzosa de la economía, que paralizaba el paso fronterizo de mercancías, dejaba a los países incomunicados, ante la necesidad de que el mayor proveedor de manufacturas del mundo, el primer eslabón de las cadenas de valor a nivel mundial, comenzase a reactivar su comercio. Una situación que, ante la rabia que suponía el desabastecimiento, desató toda la rabia del entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Un presidente que, ante la situación, solicitaba a sus socios el apoyo para impulsar un repliegue y una nueva configuración de las cadenas de valor y del comercio.
Todos estos sucesos, que se han ido dando a lo largo de estos meses, han ido preocupando a la economía china, que, callada como siempre, esperaba una respuesta amigable de los Estados Unidos, así como una nueva configuración en sus relaciones; más próspera y beneficiosa. Sin embargo, la suspensión de las negociaciones, así como los continuos ataques al país asiático por los contagios que vinieron de China, provocó que el mandatario chino, en busca de encontrar alternativas que, como México, compensen ese descenso en el superávit comercial del país, buscase nuevas herramientas para fomentar el comercio, basándose en la misma estrategia en la que se basó Donald Trump.
Así, en las últimas semanas, se ha estado hablando sobre un nuevo acuerdo comercial que acabase con el liderazgo de otros acuerdos como el T-MEC o la Unión Europea. Un nuevo acuerdo que, integrado por las grandes economías asiáticas, impulsase el comercio en China, sin la necesidad de lograr acuerdos con un país que, hasta el momento, lo único que ofrecía era animadversión. Un acuerdo que, mientras parecía que iba a ser, al igual que la nueva ruta de la seda, un proyecto que acabaría en el olvido, se ha acabado materializando. De esta forma, dando lugar a un nuevo acuerdo de libre comercio, que lleva el nombre de RCEP (siglas en inglés de Regional Comprehensive Economic Partnership, Alianza Integradora Económica Regional).
El acuerdo lo firmaron los líderes asiáticos el pasado domingo en Hanoi, y que incluye a los diez miembros de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (Asean) además de China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Un acuerdo que, como decíamos, pretende ser mucho más grande que los existentes.
Una respuesta demoledora
Como vemos, el silencio no quería decir que China no estuviese preparando la nueva ofensiva. Al igual que ocurría con Europa y el Reino Unido, la espera ha acabado provocando tantas tensiones que, en la actualidad, cualquier acuerdo parece inalcanzable. Pues, teniendo en cuenta que Estados Unidos ya había movido ficha con otros socios alternativos, y que China seguía sin compensar esa caída del superávit con el que contaba el país asiático, China debía buscar opciones para solventar la situación y, de paso, recomponerse del duro golpe que ha supuesto dicha ruptura.
Así, la respuesta es el RCEP. Un acuerdo que, atendiendo a sus dimensiones, presenta unos datos demoledores, en contraste con otros acuerdos. Pues, a la luz de los datos, hablamos de un acuerdo que integra a 15 países, con una población agregada de 2.200 millones de personas. Un acuerdo que, combinando los distintos niveles de producto interior bruto (PIB), supone un agregado de 22,14 billones de dólares. Un acuerdo que, también, acapararía el 28% del comercio mundial, pudiendo absorber una cuota superior en los próximos años. A la vez que, de la misma forma, supondría un acuerdo en el que se integraría el 30% del PIB mundial.
Como vemos, ni la Unión Europea, ni el T-MEC, pueden combatir dichas cifras. En relación con las cifras, presentadas, hablamos de que el T-MEC muestra un flujo comercial de 1,2 billones de dólares entre los países participantes, por lo que se aleja bastante de lo que promete dicho tratado. Por otro lado, la Unión Europea, pese a acaparar cerca del 15% del comercio mundial, así como un PIB combinado que acapara el 20% del PIB mundial, también presenta un volumen de mercancías, así como unos datos como los citados, que se alejan del acuerdo que han alcanzado las potencias asiáticas.
En resumen, hablamos de un acuerdo de gran envergadura y que, en cierta forma, da “la vuelta a la tortilla” en esa guerra comercial que mantenían las dos potencias en el planeta. Cansado de esperar, China se ha levantado en armas contra los Estados Unidos, comercialmente hablando. Una iniciativa que, de la misma forma que busca suplir a los Estados Unidos en esa relación comercial que mantenían ambos países, pretenden impulsar la economía asiática hasta convertirla en la economía dominante del comercio a nivel mundial; una situación que dará mucho que hablar en los próximos meses.
Jaime Bravo G. dice
Me parece muy interesante el artículo del RCEP. Dos comentarios:
El Estado del Bienestar sucumbió a partir de los años 90 del siglo anterior y fue sustituido por un sistema privatizador, en el que se concebía que "menos Estado era mejor para todos" (Fukuyamaya, Wilianson, entre otros).
Segundo comentario, se reforzará el comercio internacional por intercambios regionales. Poco tendrá que ver América Latina y, en el caso de México, se alejará más la posibilidad de diversificar la dependencia de casi un solo mercado como el de los Estados Unidos de América.
Francisco Coll Morales dice
Hola Jaime;
En primer lugar, estoy muy agradecido de que hayas podido leer el artículo.
En segundo lugar, muchas gracias por, además, comentar tu opinión al respecto 🙂
En lo que respecta al primer comentario, creo que ha sido una privatización asimétrica por territorios. En determinadas economías muy importantes, el peso del Estado ha crecido en lo que respecta al PIB. La economía mixta ha jugado su papel más elemental, pero con un mayor intervencionismo de las instituciones, que han generado, incluso, efectos perversos en la política monetaria.
En lo que comentas en el segundo comentario, completamente de acuerdo con lo que comentas. Y México debería tomar nota de lo que supone la dependencia.
Te mando un fuerte abrazo.
Shicsherabo dice
Esta frase:
"…escasa necesidad de los Estados Unidos de depender de China en materia comercial." fue una intención, y allí quedó
China, hasta hoy, es el único país que esta saliendo de la crisis económica mundial y el acuerdo RCEP no es un plan de último minuto. Se trabaja desde 2015 formalmente y, responde a sus planes quinquenales de desarrollo.
La condena de EEUU es que la pandemia se le ha disparado sin control, y no parece que el cambio de gobierno pueda resolverlo, pues es un problema estructural del sistema anquilosado en el sg XX.
Francisco Coll Morales dice
Hola Shicsherabo;
Efectivamente; lleva años desarrollándose y, de funcionar, podría ser un grado más de aceleración en ese proyecto de China para lograr situarse a la par con Estados Unidos. En mi humilde opinión, podríamos decir que estamos ante una reconfiguración del orden mundial, que no sabemos cómo quedará.
Sin duda, un debate que da para mucho.
Te mando un fuerte abrazo de parte del equipo de Economipedia 🙂
Gloria dice
En algunas frases escriben: "se ha acabado materializando", "ha acabado provocando". Tal vez mejor redactado quedaría: "se ha materializado", "ha provocado".
Francisco Coll Morales dice
Hola Gloria;
Muchas gracias por tus comentarios. En mi humilde opinión, son expresiones que, efectivamente, pueden ser una alternativa que puede facilitar, a determinadas personas, la lectura. Agradezco tu comentario y, por supuesto, lo tendré en cuenta.
Te mando un saludo de parte del equipo de Economipedia.
Javier Chamba Ruesta dice
El RCEP que asocia a 15 países va a generar el desarrollo de los miembros, quedando EEUU a su merced.
Jesus dice
Magnifico artículo. Una visión perfecta de la situacion mundial
Marcelo dice
En la opinión del que lea esto, cree que:
¿Esto constituye otra causa por la que se puede apoyar la unión entre el MercoSur y la Unión Europea?
O, según los libertarios, ¿Darnos cuenta que la clave está en tratados bilaterales de libre comercio y no en bloques comerciales? Para no depender, por ejemplo, Mexico de USA o Argentina de Brasil.
Glevis Alvarez dice
Y cómo quedarían los países latinos , que cada día están más devaluados en cuanto a economía, educación , y el comercio…porque estos líderes se han encargado de destruir el PIB …estaríamos en pobreza extrema
Francisco Coll Morales dice
Hola Glevis;
Ese es el problema que planteo y que debe solventar el resto del mundo. En este sentido, ante semejante acuerdo, Latinoamérica debe reforzar sus relaciones y tratar de integrarse en acuerdos comerciales fuertes y con bastante capacidad de incrementar su participación en el comercio global.
De no ser así, el papel de China seguirá ganando relevancia, a costa de un mayor detrimento de otras economías; afectando a Estados Unidos principalmente.
Espero haberte ayudado.
Te mando un saludo de parte del equipo de Economipedia 🙂
Lesbia Herrrera dice
Realmente un alcance economico elevado para china y sus aliados. Mientras tanto los paises latinoamericanos se quedan en un letargo economico sin posibilidades de vincular sus procesos productivos con ningunno de estos paises, dala la mala politica monetaria que se maneja por estas regiones.
Edgar Arévalo Piñeiro dice
Creo en la integración económica y el impacto que este proceso deriva en la sociedad. La integración económica en respuesta a los desafíos que presenta la globalización es la mejor alternativa para enfrentar los retos de la economía actual.
Francisco Coll Morales dice
Efectivamente Edgar; es una forma de garantizar que el proceso de globalización que experimenta el planeta, se desarrollará de forma sostenible y, más importante aún, sin las tiranteces que otros procesos, como los impulsados en su día por potencias imperialistas y mercantilistas, generaron en la sociedad.
Te mando un saludo de parte del equipo de Economipedia 🙂
Cristhian dice
Hola, buenas, pero que pasará de aquí que tome el poder Biden? Las negociaciones con China podrían volver, olvidándose de México y Canadá… Buen artículo, gracias.
Francisco Coll Morales dice
Hola Christian;
Aun pudiendo ser una opción, no será el caso. Las relaciones con México y Canadá están muy consolidadas y, pese al comercio con China, no se prevé que se extingan. De hecho, se espera que con Biden se fortalezcan.
Muchas gracias por el comentario.
Te mando un fuerte abrazo 🙂