Bicameralidad
La bicameralidad es una de las características que puede presentar un sistema político. Esto, cuando tiene dos cámaras legislativas. La Cámara Alta, conocida como Senado; y la Cámara Baja, denominada como Congreso. Ambas forman el Parlamento.
Un sistema político es bicameral cuando posee dos cámaras. Es decir, el poder legislativo es compartido entre el Senado, qué es la cámara territorial y tiene algunas competencias exclusivas; y el Congreso, que es la cámara principal legislativa.
Esta última, según del país que se trate, tiene más o menos peso. En países como España, en el que el Senado tiene poco peso, el Congreso tiene amplio margen de actuación.
¿Qué es una cámara legislativa?
Antes de seguir con la descripción de la bicameralidad de un sistema, hay que definir a qué nos referimos cuando hablamos de la cámara legislativa.
La cámara legislativa hace referencia al lugar en el que el Poder Legislativo lleva a cabo sus funciones. El Poder Legislativo, en las democracias, es elegido por los ciudadanos, tanto en sistemas parlamentarios como presidenciales.
Los representantes elegidos se reparten o bien en una cámara, si el sistema es unicameral; o bien en dos, si el sistema es bicameral. En ella, los ciudadanos electos desarrollan las funciones que la Constitución, o la norma pertinente, les confiere, siempre relacionadas con la legislación del país.
Características de la bicameralidad
Las características de un sistema bicameral son las siguientes:
- Existencia de dos cámaras: El Poder Legislativo se divide en dos, la Cámara Baja que es el Congreso; y la Cámara Alta, el Senado.
- La Cámara Baja se suele encargar de iniciar y aprobar las leyes. La Cámara Alta de las cuestiones territoriales, así como de los tratados internacionales.
- Hay un mayor control: Algunas competencias y decisiones son compartidas, por lo tanto requiere el consenso y la mayoría de ambas cámaras.
- Representación de todo el territorio: Cada región o provincia aporta el mismo número de representantes, dando igual la extensión del territorio. Así se asegura que las provincias más grandes no abusen de las menos pobladas.
- Es propio de Estados federales: En los Estados federales, en los que el poder político está repartido entre los diferentes territorios que componen la nación, es más necesario la existencia de la bicameralidad. También en los países unitarios pero muy descentralizados, como el caso español.
Tipos de bicameralismo
Un sistema bicameral se puede dividir en dos tipos principales:
- Bicameralismo simétrico: Este se caracteriza por tener un reparto equitativo entre ambas cámaras, la territorial y la de representantes. Ambas tienen un poder notorio y necesitan el acuerdo para imponer o llevar a cabo ciertas medidas. Como ejemplo destacado encontramos a Estados Unidos. El Senado representa la unión de todos los Estados y se le dotó con unos poderes similares al Congreso; de hecho tiene atribuciones como la aprobación de los nombramientos del Gobierno; el veto legislativo; o la capacidad de decisión en materia de presupuesto federal.
- Bicameralismo asimétrico: En este caso, el Senado ostenta una clara posición desfavorable en comparación con el Congreso. La Cámara Alta se creó con el fin de tener unas competencias reales, pero a veces, en la práctica, esto no sucede. Es el caso de España. El Senado posee algunas atribuciones, como la aprobación de algunas decisiones territoriales; de los tratados internacionales; o el veto legislativo al Congreso. En la práctica el veto puede saltarse, y la ley ser aprobada saltándose la Cámara Alta.