Control administrativo
El control administrativo es la etapa de la gestión administrativa que se refiere a la evaluación de procesos y del rendimiento administrativo, así como de la identificación de desviaciones y posibles anomalías.
Dentro de la teoría y los estudios económicos y empresariales, el control administrativo se considera una de las fases que componen el proceso administrativo.
Mediante las funciones de control, las distintas organizaciones persiguen vigilar su funcionamiento. Es decir, establece patrones de seguimiento que permitan observar el rendimiento de la compañía.
El motivo principal de su existencia es la valoración de parámetros que informen de un correcto funcionamiento a la hora de perseguir su misión o su actividad económica.
Para ello, se crean funciones o tareas que faciliten ininterrumpidamente la evaluación de los procesos que se ponen en marcha.
En ese sentido, se compara la previsión inicial de la empresa con los valores realmente experimentados o conseguidos.
Rasgos principales del control administrativo
Dentro de las funciones administrativas pertenecientes al control administrativo se encuentran en común una serie de características:
- Evaluación y seguimiento de procesos: Mediante la observación de la actividad de la organización, se pretende medir su funcionamiento y los niveles de eficiencia que arroja.
- Elaboración de patrones y métricas: Tras la observación, el correcto control administrativo debe servir para establecer ratios o niveles óptimos de producción, funcionamiento, etc.
- Búsqueda de eficiencia: El control administrativo busca la desaparición de diferencias entre lo planificado y lo ejecutado. Para ello, precisa de procesos administrativos y de producción lo más cercanos posible a los planteados en origen.
- Identificación de anomalías: Teniendo en cuenta los puntos anteriores, el control debe identificar errores o incumplimientos procesales que aparezcan en el día a día de una organización.
Modalidades de control administrativo
La labor administrativa enfocada al control se realiza de modo diferente atendiendo al momento o punto temporal en el que tenga lugar:
- Prevención y anticipación: Este tipo de control administrativo es planteado previamente al inicio de los procesos. Se refiere a la observación de los recursos a emplear, su consecución y disposición atendiendo al criterio de la planificación.
- Observación simultánea: De modo concurrente se establecen parámetros de control simultáneos al proceso administrativo. De este modo se obtienen datos acerca del aprovechamiento de los inputs y se detectan anomalías en tiempo real.
- Retroalimentación: Una vez finalizado un proceso se extraen conclusiones acerca de su rendimiento, con el objetivo de definir sus posibles aspectos a mejorar para el futuro.
Dicho lo anterior, se observa que la etapa de control está intrínsecamente relacionada con la planificación.
Es decir, un buen control y su ejecución deben facilitar que el diseño y la planificación estratégica inicial se cumpla sin desviaciones funcionales.
Su coordinación y el cumplimiento eficiente de los objetivos de la empresa serán traducibles, por tanto, en la consecución de beneficio económico.