Economía del bienestar
La economía del bienestar, como parte de la economía normativa, es la parte de la economía que estudia el método para que el sistema económico presente unas condiciones de bienestar social.
La economía del bienestar, en otras palabras, es la parte de la economía normativa que se encarga de orientar el sistema económico hacia el bienestar social.
En este sentido, la economía del bienestar estudia la forma óptima de organizar la economía para, de esta forma, elegir aquel sistema económico que más promueva el desarrollo humano y social. El objetivo es el establecimiento de criterios que doten de capacidad para medir si las propuestas económicas aplicadas mejoran el bienestar de la población.
Aunque su mayor desarrollo llega en el siglo XX, con la aparición de teorías desarrolladas por grandes economistas como Alfred Marshall, su origen se remonta hasta el siglo XVIII. Fue en este siglo cuando el economista escocés Adam Smith, así como la escuela neoclásica, cita los incrementos del bienestar en relación a los incrementos en la producción.
Objetivos de la economía del bienestar
Entre los objetivos que persigue la economía del bienestar se encuentra el hallazgo de un sistema económico que trate de maximizar los recursos, con el objetivo de incrementar el bienestar social.
Para ello, la economía del bienestar persigue la máxima eficiencia económica. Mediante el estudio de los sistemas económicos, el objetivo de esta rama del pensamiento económico se centra en un objeto de estudio como es la maximización de la producción con unos los recursos limitados dados, optimizando la distribución de los bienes y servicios producidos. El objetivo principal es el incremento del bienestar social, así como la utilidad total en una sociedad.
En otras palabras, esta teoría se centra en la ley de escasez, tratando de, con unos recursos limitados, satisfacer unas necesidades ilimitadas de unos ciudadanos en un territorio determinado.
Características de la economía del bienestar
La economía del bienestar integra una serie de pasos que son considerados necesarios para hallar ese sistema económico deseado para alcanzar el bienestar social. Entre los pasos, se establecen una serie de criterios basados en la instrumentación de la economía para el logro de los objetivos.
Así, entre estos pasos o criterios podríamos destacar los siguientes:
- Provisión pública de bienes y servicios sociales.
- Responsabilidad del Estado de mantener unas condiciones mínimas de vida.
- Intervención del Estado en la promoción del pleno empleo.
- Lograr una asignación justa y eficiente de los recursos.
- Redistribuir la riqueza y la renta del país para lograr una sociedad más igualitaria.
Aunque existen más propuestas que han ido surgiendo a lo largo de los años, la economía del bienestar, a partir de la Segunda Guerra Mundial y tras la plena industrialización de las economías desarrolladas, se ha centrado en el estudio de estas variables.
Consideraciones generales de la teoría del bienestar
El bienestar social se refiere al bienestar del conjunto total de la sociedad. Existen, por tanto, dos formas de medir la suma del bienestar de una población. Estos dos métodos de aproximación son el método ordinal, desarrollado por el economista Wilfredo Pareto. Así como, por otro lado, el método cardinal, el cual se basa en la medición del valor en términos monetarios, en lugar de eficiencia, como hace el método ordinal.
Así, el punto de vista ordinal considera la imposibilidad de una medición objetiva en términos monetarios, por lo que propone el análisis en términos de eficiencia de Pareto. Desde el punto de vista cardinal, el análisis utilizado es el del costo-beneficio, el cual trata de incorporar los efectos de la distribución del ingreso. No obstante, este último es el menos utilizado, ya que los problemas que presenta el modelo para agregar variables supone un alto de grado de imprecisión en el cálculo, generando dudas.
Otras aproximaciones, como la de la equidad, se han valorado para su utilización en el cálculo del bienestar social. En esta línea, como decíamos, podemos destacar la aproximación mediante el concepto de equidad como una dimensión agregada del bienestar. Otras aproximaciones como la de la aproximación de la capacidad, contempla el uso de los asuntos de libertad, teniéndolos en cuenta para el cálculo. Este ejemplo de aproximación citado, tras su desarrollo, ha dado lugar a indicadores como el índice de desarrollo humano (IDH).
Otros economistas, también, han tratado de utilizar el concepto de explotatividad como factor adicional relevante para la aproximación en el cálculo. Por último, tampoco debemos dejarnos el modelo propuesto por el Nobel de Economía Daniel Kahneman. Experto en la psicología económica, propone metodologías de aproximación como la satisfacción con la vida, siendo su fin medir la utilidad experimentada.
Como vemos, muchos autores han tratado de demostrar cómo establecer criterios de medición mejorados para el cálculo del bienestar. Sin embargo, podríamos decir que aún no se ha establecido un modelo que permita conocer de forma exacta el cálculo del Estado de bienestar, así como la mayor eficiencia de un sistema u otro. La dificultad que presentan los modelos para discernir entre calidad y cantidad ha provocado que muchos modelos considerados válidos, hayan sido desestimados para el cálculo real.