Gestión activa: Qué es, tipos y ventajas
- Involucra comprar y vender activos basados en las expectativas del mercado para maximizar rentabilidad o minimizar riesgos.
- Requiere de un gestor con conocimiento avanzado del mercado y capacidad de análisis.
- Utiliza índices de mercado como referencia para medir y superar su rendimiento.
- A diferencia de la gestión pasiva, la gestión activa aspira a superar el rendimiento del mercado.
¿Qué es la gestión activa?
La gestión activa o inversión activa es el proceso de inversión a través del cual el gestor de un fondo de inversión busca y selecciona activos financieros basado en su propio criterio y análisis, con el objetivo de conseguir unas rentabilidades superiores a las del mercado.
Es lo opuesto a la gestión pasiva, en la que el gestor simplemente trata de replicar el comportamiento del mercado, teniendo los mismos activos. El gestor pasivo busca tener el mismo o similar comportamiento que el índice, mientras que el activo busca hacerlo mejor (aunque no siempre lo consigue).
La gestión activa: Explicación sencilla
Dicho de una manera más simple, la gestión activa es una estrategia de inversión donde el encargado de un fondo busca seleccionar las mejores opciones financieras basándose en su análisis y conocimiento del mercado.
Este tipo de gestión requiere de un gestor con gran capacidad de análisis, elevado conocimiento del mercado y experiencia. Su objetivo principal es poder encontrar oportunidades de inversión que puedan generar unos rendimientos superiores a los del mercado.
Este proceso de inversión necesita, por tanto, una mayor dedicación y tiempo que la gestión pasiva.
Los gestores de los fondos de gestión activa compran y venden activos en función de sus expectativas de mercados, cambiando cuando creen que es conveniente la composición de la cartera. Siempre con el objetivo de maximizar su rentabilidad y/o minimizar sus riesgos. A diferencia de los fondos de gestión pasiva, en los cuales los gestores no cambian las acciones en las que invierten ni tampoco su peso. A menos, eso sí, que el índice de referencia modifique su composición.
Los gestores activos, aunque no traten de replicar a un índice como en la gestión pasiva, sí que utilizan uno para medir su rendimiento e intentar superarlo. Se utiliza tanto para renta variable como para renta fija.
Ventajas de la gestión activa
Estas son las principales ventajas de la gestión activa:
- Alineación de intereses: Los gestores lucharán por conseguir sistemáticamente mayores rentabilidades que el mercado para satisfacer los intereses de sus inversores. Pueden minimizar las pérdidas en momentos de crack bursátil si la gestión es adecuada.
- Alto seguimiento: Se produce un elevado control de las inversiones por parte del gestor. Por lo tanto, si surge algún evento inesperado, la capacidad y velocidad de reacción es elevada.
Inconvenientes de la gestión activa
Estas son las principales desventajas de la gestión activa:
- Comisiones más elevadas: Debido a la gran exigencia que tiene el gestor, las comisiones de este tipo de vehículos de inversión suelen tener unas comisiones más altas que otros tipos de gestión más pasiva.
- Riesgo de malos resultados: Cabe la posibilidad de que el gestor no consiga rentabilidades superiores a las del mercado. En este caso estaríamos pagando unas comisiones más altas para nada. Antes de invertir en este tipo de fondos debes tener claro tu perfil de inversión para saber si se adaptan a ti o no. Te dejo un contenido relacionado para que puedas conocer cuál es tu perfil de riesgo: Curso de perfil de inversión.
Tipos de gestión activa
Aunque existen muchos tipos de gestión activa, las estrategias más conocidas y utilizadas son:
- Análisis top-down (de arriba a abajo): El criterio de selección de los activos comienza realizando un análisis macroeconómico. Es decir, el gestor considerará qué países o economías pueden crecer más o generar mejores rendimientos. Posteriormente pasará a intentar prever qué sectores de esas economías pueden hacerlo mejor. Dentro de estos sectores, los gestores activos elegirán aquellas compañías que piensan que aportarán mayores beneficios al fondo. Este tipo de análisis es el que más se suele llevar a cabo en la práctica.
- Análisis bottom-up (de abajo hacia arriba): Es justo lo contrario que el caso anterior. Los gestores activos buscarán aquellas compañías las cuales consideren que crecerán más en el mercado, independientemente de los sectores o países, así como en el ciclo económico donde se encuentren. Dado al gran universo de compañías que existe en el mercado, y que son susceptibles de ser analizadas por los gestores, la tarea se incrementa exponencialmente en dificultad. Es por ello que este tipo de análisis se usa menos en la práctica que el Top-Down mencionado anteriormente.
La gestión activa en la práctica
A la hora de invertir en algún fondo de inversión gestionado de manera activa hay que tener en cuenta que cabe la posibilidad de que las rentabilidades obtenidas no sean superiores a las del mercado. Por lo que antes de decidirse a seleccionar un fondo determinado es aconsejable realizar un análisis histórico.
Es decir, ver cómo ha actuado el fondo en el pasado y si el gestor ha tenido la capacidad de superar al mercado. Aunque esto no nos asegura que el gestor seguirá superando al mercado en el futuro.
En Economipedia, queremos resolver todas tus dudas. Por eso, hemos recopilado las preguntas más frecuentes sobre este tema. Si no encuentras la respuesta que buscas, no dudes en dejarnos un comentario.
¿Qué es la gestión activa?: Es una estrategia de inversión donde el gestor del fondo selecciona activos financieros basándose en su análisis para tratar de obtener mejores rendimientos que los del mercado general.
¿Cómo se diferencia de la gestión pasiva?: La gestión activa busca activamente superar el mercado mediante la selección y gestión de inversiones, mientras que la gestión pasiva sigue un índice de mercado y no intenta superarlo.
¿Qué habilidades necesita un gestor de gestión activa?: Necesita un amplio conocimiento del mercado, habilidades de análisis y la disposición para dedicar tiempo y esfuerzo en la selección y gestión de inversiones.