Lunes Negro

El Lunes Negro (por su nombre en ingles, Black Monday) fue una drástica caída que vivió la Bolsa de Valores estadounidense. Esta debe su nombre a que ocurrió durante el lunes 28 de octubre del 1929, durante la Gran Depresión.

El Lunes egro, como su propio nombre indica, hace referencia a una jornada bursátil desastrosa que formó parte del Crack del 29. Ese día, la bolsa sufrió un desplome sin precedentes, el cual, más adelante, daría lugar al estallido de lo que hoy conocemos como la Gran Depresión. Durante el Lunes Negro, las cotizaciones sufrieron drásticas caídas que llegaron a registrar descensos del 13% en el Dow Jones, el mayor indicador bursátil en Wall Street de la época.

Aunque su nombre proviene del Crack del 29, se conoce también como “Lunes Negro”, a las caídas registradas durante el lunes 19 de octubre del 1987, en medio del Crash bursátil del 87. También hace referencia a los descensos del mercado de valores durante la crisis pandémica del Coronavirus.

Antecedentes históricos: «Los felices años 20»

Tras salir victoriosos de la Primera Guerra Mundial, la economía estadounidense mostraba una gran robustez. Mientras el resto de economías en el planeta se mostraban agotadas, Estados Unidos prosperaba como ningún otro país en esa época. La aparición de nuevas tecnologías durante la década de “Los felices años 20”, así como el impulso que vivió el consumo derivó en lo que hoy se conoce como la revolución del consumo. Los electrodomésticos, los coches, todas las innovaciones que iban desarrollándose fueron adquiridas por los ciudadanos americanos.

La gente demandaba productos de consumo, lo que generó una revolución que impulsó un nuevo fenómeno que se conocería como la compra a plazos; la financiación, en otras palabras. Esta capacidad de adquirir ahora y pagar después, en un escenario en el que el consumo se había disparado, ocasionó que los ciudadanos norteamericanos se viesen motivados, aún más, a consumir en masa. Así, los años 20 se convirtieron en unos años de bonanza para el país, donde sus ciudadanos paseaban con los mejores coches, así como los mejores equipos eléctricos en sus hogares.

En aras de generar más riqueza, el Gobierno norteamericano había lanzado lo que se conocía como los bonos Liberty. Unos bonos del Tesoro americano, los cuales fueron adquiridos por los ciudadanos. Una revolución del consumo que se extendió a los mercados financieros, donde los ciudadanos invertían todos sus ahorros, generando unos rendimientos que nunca antes habían conocido. La especulación se apoderaba de Wall Street y la burbuja se inflaba.

A mediados de los años 20, cerca de 3 millones de estadounidenses poseía acciones en bolsa. Lo que significa que un 3% de la población de la época poseía acciones. El Gobierno norteamericano se encargó de contratar a actores famosos para promocionar Wall Street, con historias de ciudadanos afortunados que habían generado riquezas tras su paso por la bolsa de valores. Los ciudadanos se veían motivados a invertir, ensanchando esa burbuja bursátil que, muy pronto, acabaría explotando y salpicando al planeta.

Un periodo alcista durante todos los años 20, el cual culminaría en 1929. El mercado estaba repleto de inversores novatos que no sabían invertir, pero que tenían sus ahorros y seguían las cotizaciones. Una situación que tras la sucesión de los hechos producidos durante las jornadas bursátiles de jueves, lunes y martes, acabarían pasando factura a la sociedad norteamericana, dejando unas secuelas que, posteriormente, pasarían a la historia.

El lunes, 28 de octubre de 1929

Agotadas todas las cintas de las impresoras y ante la incapacidad de conocer las cotizaciones de las acciones, los inversores, exaltados por las caídas que estaban produciéndose en Wall Street, colapsaron todas las líneas telefónicas de la ciudad de Nueva York, así como las de otras ciudades.

Las acciones se desplomaban, a la vez que lo hacían los ahorros de los ciudadanos estadounidenses. Unos ciudadanos que, además, impulsados por el “compre ahora, pague después”, compraban las acciones a crédito, apalancándose en un mercado bajista, donde las pérdidas crecían exponencialmente.

El Lunes Negro, la bolsa caía a mayor ritmo que lo hacía el Jueves Negro. Con estas caídas, que alcanzaban el 13%, la jornada pasaría a ser conocida como uno de los mayores desastres de Wall Street. Las desastrosas pérdidas ocasionadas por los mercados bursátiles, en una economía dopada por una burbuja, generó gran malestar en la ciudad de Nueva York. Un malestar que llevó a muchos ciudadanos, así como banqueros, a quitarse la vida de manera voluntaria, ante la incapacidad de parar la catástrofe.

Otros lunes negros en la historia

Lunes Negro de 1987.

Además del Lunes gro de 1929, existen otra serie de “Lunes Negros” que hacen referencia a grandes crisis sufridas en el mercado de valores. Crisis como la de 1987, cuando, el 19 de octubre de 1987, los mercados de valores en todo el planeta vivieron uno de los mayores desastres de la historia. Solo el Dow Jones se dejó un 22,6% en una jornada; Hong Kong, por su parte, cayó cerca de un 46%; la bolsa australiana se dejó un 42%; España un 31%; Reino Unido un 26,4%; Estados Unidos un 22,6%; así como Canadá, que se dejaba un 22,5%. 

Un desplome de la bolsa que llegó, incluso, a superar al lunes negro de 1929; conocido hasta entonces como uno de los mayores desplomes de la historia, junto al Martes Negro.

Lunes Negro de 2020.

Otro lunes negro fue el vivido durante el 9 de marzo de 2020. Un Lunes egro impulsado por una pandemia ocasionada por el virus COVID-19. Los mercados bursátiles, precedidos por unas semanas de pérdidas continuadas, abrían la jornada con pérdidas que las situaban como las peores desde el año 2008, cuando se producía la Gran Recesión. 

Nada más abrir la jornada bursátil, el Dow Jones se desplomaba 1.300 puntos. El Nasdaq, por su parte, se dejaba más de 600 puntos, mientras que el S&P descendía un 7,6%. Junto a Estados Unidos, que tuvo que suspender las cotizaciones durante 15 minutos por las caídas, lo hacían el resto de bolsas en el planeta. Las bolsas europeas se dejaban entre un 12% y un 8%. También lo hacían las bolsas de Australia y Latinoamérica. En resumen, una caída generalizada impulsada por el brote vírico que estaba sacudiendo duramente a los mercados.

¿Quieres referenciar este artículo?

Francisco Coll Morales , 27 de abril, 2020
Lunes Negro. Economipedia.com