Riesgo de liquidez
El riesgo de liquidez tiene dos diferentes acepciones. En finanzas, es el riesgo de que un activo tenga que venderse a un precio menor al de mercado debido a su escasa liquidez. Por otro lado, en economía el riesgo de liquidez mide la habilidad alguien de afrontar sus obligaciones a corto plazo (ya sea una empresa, una persona o una institución).
En el primer caso, el riesgo de liquidez aparece en activos poco negociados en los mercados. Es decir, en mercados poco líquidos (por ejemplo, algunos mercados de renta fija o el mercado inmobiliario).
En el segundo caso, el riesgo mide la liquidez que le queda a la empresa para hacer frente a sus obligaciones. Es decir, es el riesgo de quedarse sin liquidez (sin dinero para pagar).
Riesgo de liquidez en finanzas/inversiones
En el mundo de las inversiones, cuando un activo es poco líquido significa que no se negocia de manera frecuente. Imagina cuántas veces se negocia una vivienda. Muchas de ellas se compran una vez y no se vuelven a negociar en décadas. Con los bonos pasa lo mismo, hay muchos de ellos que apenas se negocian en los mercados financieros, sobre todo, los que se emitieron hace mucho tiempo.
Pues bien, imagina que necesitamos vender de forma urgente ese activo poco líquido (ya sea una vivienda, un bono u otro activo). Al no existir un mercado líquido, habrá muy pocos compradores dispuestos a adquirir ese activo. Por lo que probablemente tengamos que bajar el precio del activo para poder atraer a los compradores interesados y venderles el activo. Al final, es probable que tengamos que vender ese activo por debajo del precio de mercado. Si por el contrario el activo fuera muy líquido, como las acciones de un gran índice bursátil, por ejemplo, podemos vender muchas acciones sin miedo a que el precio baje.
Por tanto, el riesgo de liquidez es más alto en mercados que tienen poca profundidad de mercado y poca liquidez.
En renta fija, por lo general, se interpreta que cuanto peor es la calidad crediticia del emisor y/o cuanto más pequeño es un bono o su emisor, mayor es el riesgo de liquidez. Además, el riesgo de liquidez de mercado se refleja por el tamaño de la horquilla de precios. Es decir, la distancia entre el primer precio de compra y el primer precio de oferta (bid y el ask).
Riesgo de liquidez en economía
En economía, el riesgo de liquidez trata de valorar de qué forma y condiciones cualquier deudor es capaz de pagar sus deudas a su vencimiento, generalmente, a corto plazo. Cuando hablamos de liquidez, nos referimos a la parte realizable del activo. Esto es, el activo más líquido y que más rápidamente puede convertirse en dinero. Es la que se sitúa en el activo corriente.
Una empresa o persona puede contar con mucho patrimonio y activos y tener un alto riesgo de liquidez. Esto, ya que cuenta con riqueza, pero no puede convertirla en dinero fácil y rápido con la que sufragar sus gastos.
¿Cómo medir el riesgo de liquidez?
En general, el riesgo de liquidez se puede medir mediante los ratios de liquidez, siendo el principal la relación entre el activo corriente y las deudas a corto plazo. Esto es así porque permite descifrar en qué medida una empresa puede afrontar sus próximos pagos con la parte más líquida de sus activos, que suele comprender el dinero en caja, bancos y las inversiones financieras a corto plazo.
Podría darse el caso de una sociedad que tenga bastantes activos o inversiones a largo plazo y que superen ampliamente al valor de las deudas, pero quizás no es capaz de afrontar pagos líquidos a su vencimiento. En este caso, el riesgo de liquidez también se verá afectado en función de la facilidad de venta y conversión de los activos en dinero líquido.
Este concepto de riesgo de liquidez está íntimamente relacionado con las previsiones de tesorería que se suceden a menudo. Ya que de esta forma se planifican los desembolsos e ingresos que se van a producir en los próximos ejercicios, pudiendo organizar mejor el pago de obligaciones.
No confundir con riesgo de insolvencia
El riesgo de liquidez no debe confundirse en ningún caso con riesgo de insolvencia, ya que mientras la primera es coyuntural y puede ser debido a un alto volumen de inversiones y el activo supere ampliamente a la deuda, la segunda es un problema estructural que hace que una compañía tenga dificultad para afrontar sus obligaciones con su patrimonio.