La tasa de paro española se sitúa en torno al 15%. Parecen buenos datos, viendo que en el primer trimestre del año 2013 el paro alcanzó su máximo histórico al llegar al 26,94%. Sin embargo, no hay motivos para sonreír, pues la tasa de paro estructural española es la más alta de la Unión Europea.
Uno de los grandes hándicaps de la economía española es su desempleo estructural. En otras palabras, se trata de una importante situación de desempleo de buena parte de la población que no logra corregirse durante los ciclos de expansión de la economía ni tampoco a largo plazo.
Para medir la tasa de desempleo estructural se recurre a la denominada curva de Phillips, que relaciona inflación y desempleo. Así, a mayor nivel de desempleo, menor será la inflación, mientras que en la medida en que se reduce el desempleo aumenta la inflación. Es aquí donde entran en juego conceptos como NAIRU (tasa de desempleo no aceleradora de la inflación), que es la tasa de desempleo que permite unos niveles de inflación estables. Por tanto, hay que tener en cuenta que existe una tasa de paro a partir de la cual, al aplicar estímulos, provocará un incremento no deseado de los niveles de precios.
A lo largo de los últimos años, el crecimiento económico español ha permitido ir reduciendo la elevada tasa de desempleo. El objetivo es continuar esta elevada tasa de desempleo estructural en España, pero sin entrar en los riesgos que conlleva una situación de inflación.
Los efectos de un elevado desempleo estructural
Las consecuencias de cargar con elevadas tasas de desempleo incluso en los ciclos expansivos de la economía se hacen sentir en los colectivos más vulnerables, que pueden situarse en riesgo de exclusión. Entre los más afectados se encuentran los mayores de 45 años, las mujeres o los jóvenes. Cabe señalar que, tras Grecia, España presenta la mayor tasa de desempleo juvenil de la Unión Europea.
Otros efectos de sufrir una alta tasa de desempleo estructural son cifras de crecimiento económico más limitadas y la pérdida de competitividad.
La existencia de una alta tasa de desempleo estructural en España significa que no se está empleando toda su capacidad productiva, que hay un importantísimo volumen de mano de obra ociosa, infrautilizada, cuya inclusión en el mercado laboral podría significar un gran impulso para la economía.
Desempleo vs inflación
El problema que presenta es que, al alcanzar el mínimo de paro estructural (siguiendo el razonamiento de la curva de Phillips), el aumento del nivel de empleo puede llevar a un país como España a caer en una espiral de inflación.
Para colmo de males, el paro estructural también afecta negativamente a la recaudación de impuestos. Al haber menos gente trabajando, habrá menos contribuyentes que pongan su granito de arena a la hora de engrosar las arcas del estado.
Pues bien, la lucha contra el desempleo es, sin duda alguna, uno de los grandes objetivos macroeconómicos. Todo parece indicar que España está peleando por alcanzar una tasa de paro inferior al 10%. Aun así, esto no sería un buen dato para el conjunto de la economía. En países con un nivel de prosperidad como Alemania o Suecia, un paro estructural de esta magnitud sería sencillamente impensable.
Esta tasa de paro, todo sea indicado, depende de factores como la rigidez del mercado laboral, la estructura productiva del país o la eficiencia del emparejamiento laboral.
Críticas a la curva de Phillips
Como anteriormente advertíamos, la lucha contra el desempleo estructural es una batalla muy complicada. Hay quienes advierten de que la reducción del desempleo estructural podría causar tensiones salariales y un aumento de la inflación que terminase desembocando en una pérdida de competitividad de la economía española. Si bien es cierto que, de momento, esto no está ocurriendo, pues según el Gobierno, el año pasado la inflación aumentó un 1,7% frente al crecimiento del 1,1% de los salarios. Esto significa que, aunque el desempleo se ha reducido, los salarios han visto reducido su poder adquisitivo.
Ante la tradicional curva de Phillips, los más críticos argumentan que hacen falta nuevos instrumentos para medir y comprender el paro y la inflación. Sus opiniones se basan en que, a lo largo de los últimos años, con tipos de interés cero, el nivel de paro cada vez tiene menos efecto sobre la inflación.
Posibles soluciones al problema del desempleo
Pero, más allá de la discusión sobre la relación entre desempleo e inflación, ¿qué medidas se pueden poner en marcha para combatir la elevada tasa de desempleo en España?
- Reorientar profesionalmente a los desempleados de larga duración. Todo ello pasaría por una mejora en la formación de los desempleados y una apuesta clara por las políticas de empleo. Para ello habría que centrarse más en aspectos como la formación en lugar de recurrir a las bonificaciones. Respecto a la formación sería fundamental el aprendizaje de los trabajadores en nuevas tecnologías digitales, pues son habilidades cada vez más demandadas.
- Fomentar el emprendimiento. Reduciendo, en este sentido, los trámites burocráticos, especialmente en lo referente a licencias de construcción y permisos energéticos y licencias medioambientales. En otras palabras, se trata de que los emprendedores tengan un punto de partida más sencillo, con menos trabas a la hora de montar su propio negocio.
- Impulsar la competencia entre empresas. Tratando de reducir las barreras a la entrada de nuevos competidores. Para ello habrá que combatir a los monopolios y oligopolios. Y es que, los mercados no competitivos terminan por provocar una distribución desigual de las rentas.
- Apostar por un mercado laboral menos rígido. Es decir, un mercado laboral con menor número de contratos, más flexibilidad y menos penalizaciones para el empresario. Pero sin olvidar que es necesaria la creación de empleos duraderos y de calidad.
Nicolas dice
Gracias por compartir, muy interesante, si es cierto que la formación deja mucho que desear, como bien dices, aún los salarios no se han visto afectados por este desempleo estructural, pues lo salarios han subido por debajo del ipc, por lo tanto, antes hay un problema de paro, luego resuelto este podemos adentrarnos en el segundo. Lo cierto es que puedes encontrar estudios superiores desarrollando puestos de baja cualificación, por falta de este. Si bien es cierto que determinada población posiblemente no vuelva a encontrar trabajo en su vida, hay mucho paro joven, con grandes capacidades y formación para adecuarse a estos puestos.