Acuerdo de Smithsonian
El Acuerdo de Smithsonian es un acuerdo entre EE. UU., Europa y Japón para mantener las paridades cambiarias fijas.
Este acuerdo fue firmado en 1971, con la intención de rescatar las condiciones del Acuerdo de Bretton Woods y tratar de mantener dicho sistema monetario internacional. Incluso, fue llamado por el Presidente de EE. UU. como el “acuerdo monetario más importante de la historia”.
Antecedentes: El sistema de Bretton Woods
Los acuerdos de Bretton Woods establecieron las condiciones comerciales y financieras de los países industrializados en el período de posguerra. Las medidas estuvieron vigentes entre 1945 y principios de la década de 1970.
En este sentido, se estableció el patrón oro en el que EE. UU. se comprometía en mantener el precio en 35 dólares por onza. Por tanto, los demás países usarían el dólar como referencia para las paridades cambiarias. Además, se permitía una fluctuación dentro del rango del 1%.
También, fue creado el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. El objetivo fue que estas instituciones otorgaran financiamiento a los países para lograr mantener sus balanzas de pago en equilibrio.
Fin de Bretton Woods
En agosto de 1971, EE.UU. devalúa el dólar frente al oro, pasando de 35 a 38 dólares la onza. De esta forma, viola las condiciones del acuerdo de tasas cambiarías fijas. Esto se originó por la desconfianza en la fortaleza del dólar y los efectos inflacionarios que podría ocasionar.
Además, la economía superavitaria estadounidense cambió a deficitaria, impulsado por el financiamiento a la guerra de Vietnam. Los países occidentales, como medida de protección, exigían el cambio de sus reservas en dólares por oro. Esto causó la caída de las reservas de oro en EE.UU. y la consecuente devaluación para disminuir el shock económico.
Principio y fin del acuerdo de Smithsonian
Debido a las fallas de Bretton Woods, las economías occidentales intentaron mantener el sistema realizando algunas reformas. Ahora, las fluctuaciones cambiarias se ampliaban hasta 4,5%. Es decir, 2,25% hacia arriba y hacia abajo a partir del valor fijado.
También se abordaron temas como el papel del oro, medidas de ajuste para el tipo de cambio y los flujos financieros volátiles. Igualmente, la disminución de las restricciones comerciales y asumir una mayor carga militar de la Guerra Fría.
Sin embargo, en este caso, EE.UU. no se comprometió a mantener la paridad de su moneda. Por tanto, en esta ocasión la confianza en el acuerdo era menor porque no resolvía los problemas de fondo de Bretton Woods.
El fantasma de la crisis del dólar no desapareció con el acuerdo. El aumento de la liquidez interna en EE.UU. ocasionó que las tasas de interés bajarán, haciendo que los dólares fluyeran hacia afuera. La razón, el capital buscaba mejores rendimientos en otros países.
Estas medidas estimularon la especulación de los agentes de diferentes países, promoviendo la apreciación de sus monedas frente al dólar. Mientras, los Bancos Centrales acumulaban grandes cantidades de dólares. Por tanto, países como Alemania y Japón tuvieron que reestablecer restricciones al flujo de divisas para mantener la paridad acordada.
En 1973, EE.UU. devalúa el dólar en un 10% a 42,22 dólares por onza y días después los mercados extranjeros tuvieron que cerrar. La especulación por comprar monedas que se esperaban se apreciaran por la demanda fue rampante. Por tanto, en ese año desaparece el acuerdo de tipos de cambio fijos y las monedas principales comenzaron a fluctuar con relación al dólar.
Finalmente, el acuerdo de Smithsonian solo tuvo una duración de 15 meses.