Cobertura cambiaria
La cobertura cambiaria es un mecanismo que permite al inversionista o empresa protegerse de la volatilidad de una moneda. Para ello se realiza una operación a futuro fijando en el presente el precio de la divisa. En inglés se conoce como currency hedge.
El objetivo de esta clase de cobertura financiera es garantizar la adquisición de una moneda a una tarifa acordada previamente. Así, aunque el tipo de cambio suba, el comprador no se verá afectado.
La cobertura cambiaria es útil sobre todo para empresas vinculadas al comercio exterior. Ello, debido a que están expuestas al riesgo cambiario. Es decir, pueden facturar en euros, pero necesitan pagar a sus proveedores, por ejemplo, en dólares.
Herramientas de la cobertura cambiaria
Las principales herramientas de cobertura cambiaria son:
- Contratos forward: Es un acuerdo privado de compra y venta de una moneda a futuro fijando hoy el tipo de cambio. Se establece el monto de la operación y la fecha en la que se concretará.
- Opciones: Son parecidos a los forwards. La diferencia está en que no representan una obligación, sino un derecho de adquirir un activo (que en este caso serían divisas). Ello, a un precio establecido con anterioridad y a cambio del pago de una prima por parte del comprador.
- Swap: Un swap de divisas es el intercambio de un préstamo por otro en una moneda distinta. Ambos créditos deben ser equivalentes en monto y duración. El canje puede ser del principal, de los intereses o de ambos. Supongamos, que una empresa inglesa requiere dólares. Entonces, puede emitir un bono en esa moneda e intercambiarlo por otro instrumento de deuda similar denominado en libras esterlinas. Este puede ser propiedad, por ejemplo, de una compañía estadounidense.
De esta forma, la firma británica tendrá que pagar intereses a los acreedores de su contraparte norteamericana, pero dicha obligación está en libras esterlinas. Así, se reduce el riesgo cambiario.
Finalmente, culminado el período de financiamiento, ambas empresas vuelven a intercambiar el monto inicial de la deuda emitida.
Ejemplo de cobertura cambiaria
Veamos el caso de un importador español que necesita US$ 100 para cancelar a un proveedor en tres meses. Para adquirir esa cantidad de moneda estadounidense, la compañía puede optar por un contrato forward, fijando un tipo de cambio de 0,8 euros a noventa días.
Entonces, culminado ese plazo, comprará US$ 100 pagando 80 euros, aunque la divisa norteamericana haya subido a 0,9 euros por dólar.