Dilución de acciones
La dilución de acciones es un fenómeno que se produce cuando la proporción de participaciones (acciones) del accionista de una compañía se ve reducida debido a un aumento del capital social de esta.
Así, llamamos a este efecto dilución de acciones, ya que se da cuando un accionista tiene un porcentaje de participación en una empresa y se ve reducido. Esto se produce cuando una empresa ejecuta una ampliación de capital.
En este caso, cuando se amplía el capital, se emiten nuevas acciones. Por tanto, si el inversor no adquiere nuevas acciones, su porcentaje de participación en la compañía será menor.
Por ejemplo, tenemos una participación del 10% en una empresa que tiene un capital social formado por 100.000 participaciones. Si decide ampliar su capital hasta las 150.000 participaciones, este accionista tendrá un porcentaje del 6,66%, menor que el anterior.
Cálculo de la dilución de acciones
Cómo hemos visto en el ejemplo anterior, la forma de saber esa reducción es sencilla. Hay que tener en cuenta lo siguiente: debemos saber cuál es nuestra participación inicial antes de la ampliación, así como el capital social inicial. Nuestra participación se calcula así:
La dilución de acciones se produce cuando aumenta el denominador porque la empresa emite nuevas participaciones (ampliación de capital). Si el numerador no aumenta en la misma proporción, el porcentaje total se va a ver reducido, es decir, seremos propietarios de una proporción menor de la compañía.
Como evitar la dilución de acciones
Para evitar la dilución, en primer lugar, debemos tener claro si queremos perder esa proporción de la propiedad o no. En el primer caso, el accionista no haría nada, ya que para él no es relevante porque, por ejemplo, su objetivo es la rentabilidad de la inversión y no el control de la sociedad.
En el segundo, el accionista deberá incrementar el numerador (participaciones propias) de la ecuación mostrada antes. Así, lo que hará es utilizar sus derechos de suscripción para obtener un número determinado de acciones o participaciones nuevas que eviten el efecto de la dilución.
De esta forma, cuando la empresa decida ampliar capital, deberá permitir que los antiguos accionistas ejerzan este derecho. Así, ellos tendrán la opción de adquirir una participación proporcional a dicho aumento y evitarán la dilución de acciones.
Hay que tener en cuenta que, a veces, esta estrategia de ampliación busca evitar que uno o unos pocos accionistas tengan demasiado poder. Sin embargo, en estos casos, debido a esos derechos de suscripción, estos pueden optar a no perder su control de la sociedad.
Eso sí, si el inversor decide participar en la ampliación, debe comprar dichas acciones nuevas. Por tanto, se verá más expuesto al posible riesgo. Además, deberá contar con el dinero suficiente para adquirirlas. De esta forma, su cartera de acciones aumenta.
Motivos de ampliación de capital y la dilución de acciones
Este efecto, que repercute en los accionistas, tiene su razón de ser en las ampliaciones de capital que lleva a cabo una empresa. Existen dos motivos para tomar esta decisión:
- Económicos: Cuando la empresa necesita financiarse para llevar a cabo nuevas inversiones, puede hacerlo de forma externa o con recursos propios. En el primer caso, pediría un préstamo a una entidad financiera, en el segundo, ampliaría su capital social.
- Legales: En este caso, es la normativa vigente la que obliga a ampliar capital. Normalmente, es una situación debida a pérdidas reiteradas. Así, se amplía capital si el patrimonio neto es inferior a la mitad del capital social previo a la ampliación. O si, por el contrario, el capital social se reduce por debajo del mínimo legal, según sea el tipo de sociedad de la empresa.
Ejemplo de dilución de acciones
Veamos un ejemplo de este efecto y cómo afecta a los accionistas. Imaginemos una sociedad con un capital social previo de 50.000 € (500 participaciones a 100 €). Deciden realizar una nueva inversión de 10.000 € con financiación propia, es decir, ampliando su capital. Dicha compañía decide vender en el mercado 100 participaciones por valor de 100 €.
Por su parte, un accionista posee un 10% de la empresa, es decir, 50 participaciones (500*10%). Después de la ampliación, las participaciones totales son 600 y, por tanto, tendrá un porcentaje de propiedad del 8,33% (50/600) Como vemos, es menor que el anterior.
Este inversor no quiere perder su proporción de capital social y la empresa debería ofrecerle 10 participaciones más en esa ampliación (derechos de suscripción). De esta forma, se evita la dilución de acciones, ya que vuelve a ser propietario del 10% de la compañía (60/600).